Este articulo fue publicado en inglés el diciembre 2003 en Proletarian Revolution Nro. 69 (invierno 2004).


¡EEUU fuera de Irak ahora!

La ocupación de Irak en desbandada

14 de diciembre 2003

La casa blanco celebró la captura de Saddam Hussein con la esperanza de distraer la atención del hecho que la mayor potencia dominante económicamente y militarmente en el ámbito mundial, después de ocho meses de ocupación ha demostrado ser incapaz de someter a las masas iraquíes. La resistencia guerrillera ha asestado duros golpes a las fuerzas ocupantes, y mientras los EEUU dicen que estos golpes se deben solo a los remantes del aparato de Saddam y a terroristas extranjeros, la oposición popular a los ocupantes continua creciendo. Incluso el montaje de Bush visitando a las tropas en Bagdad para el día de acción de gracias tuvo que ser organizado entre penumbras debido a la preocupación de que la resistencia pudiera atentar contra él.

La gran mayoría de los iraquíes están fieramente opuestos a la ocupación y quieren que los imperialistas se marchen. Decisivos son los chiítas, quienes representan la mayoría de la población y estuvieron oprimidos por la dictadura de base sunita de Saddam. Su oposición a los EEUU es solo superada por la de sus odiados baathistas de Saddam. Ellos se han vuelto combativos en su demanda de elecciones llamando a la resistencia contra los EEUU. Ellos han empujado a los lideres moderados que planeaban colaborar con los EEUU, principalmente al supremo líder religioso Gran Ayatolá Ali al-Husseini al-Sistani, a posicionarse contra la ocupación, mientras muchos otros, principalmente sectores pobres y de la clase obrera, han abandonado a los moderados pasándose a las filas del clérigo Muqtada al-Sadr. La amenaza creciente de una revuelta chiíta es el principal miedo de los imperialistas. Irónicamente, capturando a Saddam, cuyo retorno seguía siendo una amenaza, los imperialistas han alimentado la creciente rebelión chiíta.

En casa, la administración Bush ha perdido su enorme popularidad que disfruto como resultado de los atentados terroristas del 11 de Septiembre que desataron una ola de patriotismo en los EEUU. Su mayor justificación para la guerra – Saddam era una amenaza que tenia armas de destrucción masiva e Irak lazos con Al Qaeda – ha quedado al descubierto. Sus sueños de un recibimiento popular han sido remplazados por la cruda realidad de un incesante numero de cadáveres de soldados norteamericanos volviendo a casa. Detrás del aumento con el descontento con Bush esta también el empeoramiento de las condiciones de vida de la clase obrera en EEUU, fuerte aumento del desempleo acompañado de un decline económico a pesar de la fiesta que los capitalistas se están dando con los recortes de impuestos y el aumento de sus beneficios.

Sobre caras y cambio de politicas

En Septiembre [2003], la casa blanca estaba en crisis, desesperándose por conseguir que la ONU asuma la responsabilidad de la situación en Irak junto con los costos económicos, antes del año de las elecciones presidenciales. Sin embargo, quedo atrapada sin escapa entre fuerzas contradictorias.

¡La oposición guerrillera a la ocupación continua creciendo, y los EEUU son incapaces de identificarla y derrotarla!

¡La hostilidad de las masas iraquíes a la ocupación de EEUU continua intensificándose!

¡Imperialismos rivales como Francia y Alemania no están ansiosos de facilitarle los problemas a EEUU en Irak, especialmente cuando los EEUU insisten en mantener el control sobre las riquezas del país y el riesgo de las fuerzas de ocupación continua creciendo!

En los meses recientes hubieron una serie de cambios de caras y de políticas en la administración Bush que mostró su creciente ansiedad en encontrar una escapatoria de Irak. Estos cambios terminaron cuando en Noviembre la casa blanca dramáticamente revirtió su decisión de ocupar Irak hasta que un gobierno sea democráticamente electo.

En cambio, el virrey Paul Bremer anuncio a mitad de Noviembre que entregaría el poder a un gobierno soberano iraqui en Julio de 2004 después de que se hicieran lo que los oficiales de la casa blanca denominan “elecciones parciales” – elecciones donde solo votarían los políticos notables, ancianos, y jefes tribales previamente aprobados por los EEUU. ¡Y todo eso para llevar la democracia a Irak! Además, las tropas norteamericanas continuarían ocupando el país por años, con mas de 100.000 soldados basados en Irak hasta el 2006. Pero este nuevo plan podría también colapsar ante nuevos levantamientos de masas y el desarrollo de la crisis capitalista mundial, la cual limita la capacidad de los EEUU para solucionar la situación.

El ridiculo “Nuevo orden mundial” de Bush

Como la LRP ha explicado repetidamente, la decisión de la administración de invadir Irak no fue solo el resultado de los sueños políticos neoconservadores de dominar el mundo. En lugar de ello, fue un intento de solventar necesidades básicas del capitalismo norteamericano en lo que coinciden tanto republicanos como demócratas, ante lo cual los críticos burgueses no tienen alternativa. Viendo que la crisis económica se extiende en el mundo y el estancamiento se consolida localmente, la clase dominante estadounidense conocía que los trabajadores y pobres se rebelarían, sobre todo en el “tercer mundo”. La estabilidad imperialista demandaba una amenaza militar para mantener oprimidas a las masas y a raya a sus rivales imperialistas. Los ataques del 11 de Septiembre desafiaron la autoridad de los EEUU, la única superpotencia mundial, quien respondió con una demostración de fuerza que aterrorizara sobre todo a las masas árabes y acobarde a todo el mundo. La invasión de Irak cumplía con todos los requisitos para ello.

Además, los EEUU conocían que la economía mundial se continua deteriorando y que su competencia con sus rivales imperialistas se acrecienta. Apoderándose de las riquezas petroleras iraquíes, los EEUU intentaban fortalecer su control sobre las reservas petroleras del planeta, tomando una ventaja decisiva sobre competidores como Alemania y Japón, más dependientes del petróleo de medio oriente. Ello también permitiría a los EEUU despegarse de Arabia Saudita, quien se ha vuelto un problema para el imperialismo norteamericano. Entendiendo que el fortalecimiento económico debe ser apoyado por la fuerza militar, los EEUU desafiaron incluso la ley internacional imperialista y usaron su superpoder militar para imponer por la fuerza sus intereses en Irak – necesario paso preparativo para usar su ventaja militar en cualquier otro lugar en el futuro.

Así los EEUU terminaron con la cooperación interimperialista del periodo posterior a la segunda guerra mundial marcada por el boom económico y la guerra fría, y comenzaron a utilizar unilateralmente su poderío. La administración Clinton había tomado pasos en esta dirección cuando paso por encima de la ONU hace unos años cuando atacó Serbia debido a Kosovo. Invadiendo Irak, la administración Bush avanzo en el camino hacia el unilateralismo. En el “Nuevo orden mundial” deseado por Bush, los EEUU estarían preparados para desafiar los deseos de sus rivales mientras mantienen la ONU e invocan la ley internacional cuando les convienen.

La crisis del unilateralismo de los EEUU

Durante un tiempo, la invasión a Irak pareció ser exitosa. La rápida victoria de los EEUU pareció dejar a sus rivales imperialistas, ansiosos de quedarse al menos con una pequeña influencia en el Irak post Saddam, sin otra chance que aprobar la ocupación. Así fue que en el mayo el consejo de seguridad de la ONU reconoció a Bremer como la única autoridad en Irak. Pero posteriormente en el agosto, frente a la extendida e inesperada resistencia militar, la administración Bush tuvo que comenzar negociaciones con la ONU intentando conseguir que esta enviase una fuerza militar a Irak.

Los EEUU no deseaban compartir el control sobre Irak – ello socavaría todos los objetivos de la invasión – y solo buscaban soporte logístico: dinero, tropas, y la aprobación oficial que de a otros gobiernos una cobertura para involucrase en la ocupación.

Los EEUU fracasaron rotundamente en la ONU. En el septiembre, Francia y Alemania sabían que los crecientes problemas les permitirían negociar concesiones políticas y económicas, y que con el tiempo su posición se fortalecería. En respuesta a la resolución propuesta por los EEUU, ellos demandaron un rol mas importante para la ONU en la planificación del futuro político de Irak y una rápida transición a un gobierno iraqui soberano. Los EEUU rechazaron estas demandas les permitió a ellos negarse a enviar tropas y ayuda financiera a Irak.

El ataque suicida contra el cuartel general de la ONU en Bagdad, donde murió el enviado de la ONU Sergio Vieira de Mello, fortaleció la posición de los rivales imperialistas de EEUU. A comienzos del octubre, el secretario general de la ONU Kofi Annan sumó su voz a las criticas francesas y alemanas, y matando cualquier esperanza de los EEUU por conseguir una resolución favorable a sus intereses.

Los rivales imperialistas de los EEUU están interesados en limitar el crecimiento de la supremacía económica y militar de los EEUU. Pero a pesar de ello no pueden permitir una debacle militar de los EEUU, ya que ellos dependen del poderío militar de los EEUU para mantener la estabilidad internacional en beneficio de sus propios intereses. Si los EEUU estuvieran amenazados por una derrota infligida por las masas iraquíes, en lugar del hostigamiento que actualmente sufre, sus rivales lo ayudarían con seguridad urgentemente a restablecer la dominación imperialista.

A largo plazo, las fuerzas que gobiernan el capitalismo convertirán la guerra económica en guerra militar, con lo cual los rivales imperialistas de los EEUU deberán desarrollar su propia fuerza militar. En la actualidad, ellos están satisfechos con ver a los EEUU hostigados, pagando un costo creciente por la ocupación que lo hará recular en su agresiva ofensiva unilateral y ofrecerles a ellos una porción de la torta a repartir.

Los componentes de la lucha armada

La resistencia militar de las guerrillas y los ataques suicidas han afectado contundentemente a los EEUU. No hay ninguna perspectiva de que los EEUU sean derrotados militarmente en lo inmediato. Pero la resistencia puede ser tan costosa que la oposición y la lucha de clases en los propios EEUU en el futuro pueden forzar la retirada de las tropas estadounidenses, sin embargo esta es una perspectiva a largo plazo. Lo que asusta a los ocupantes mas allá del creciente sentimiento antiimperialista de las masas iraquíes es su verdadero potencial para iniciar una lucha de clases que puede amenazar su autoridad en Irak y extender la revuelta a toda la región.

El eje de la resistencia en el centro de Irak esta constituido por ex miembros del partido Baath de Saddam, de sus fuerzas armadas y servicios de seguridad. Por su parte, los ataques suicidas, los cuales constituyen una cantidad ínfima de los ataques contra las fuerzas ocupantes, ha sido obra de terroristas extranjeros. Sin embargo, ello no significa que la resistencia este constituida solo por fieles a Saddam y terroristas.

En primer lugar, hay numerosos grupos anti-baathistas, desde islamistas hasta nacionalistas pan árabes y pseudo socialistas. Estos grupos, han ganado miembros de las tropas de Saddam y se atribuyeron la responsabilidad de varios ataques. Mientras la captura de Saddam ha debilitado a las fuerzas fieles a el, deterioró muy poco a la mayoría de las fuerzas guerrilleras que se declararon opuestas a él.

En segundo lugar, es verdad que la mayoría de los ataques han tenido lugar en el triangulo sunita, donde la mayoría de las fuerzas ocupantes están concentradas. Pero aproximadamente el cuarenta por ciento de los ataques fueron perpetrados fuera de esta zona, tanto en la zona sur predominantemente chiíta como en el norte kurdo. La guerrilla en estas áreas tiene un claro apoyo de la población. El análisis de los guerrilleros capturados, heridos o muertos confirman que los guerrilleros proceden no solo de entre los sunitas, sino también de entre los chiítas, cristianos, turcos, y kurdos. De hecho, mientras los medios occidentales han hecho todo lo posible par mostrar lo contrario, las fuerzas ocupantes tienen grandes problemas en el sur chiíta, donde hay muy pocos musulmanes sunitas. Las fuerzas españolas ocupantes de los centros chiítas de Najaf y Diwaniyah han sufrido un constante ataque de artillería. En el norte la mayoría de los ataques han sido desarrollados por guerrilleros del nacionalista Partido Obrero del Kurdistan (PKK), lo cual forzó a los EEUU a prometer a Turquía que podrá lanzar una ofensiva para erradicar a los miles de militantes de este fuerte grupo.

Elevando la conciencia anti-imperialista

La mayor amenaza para el imperialismo ha sido el desarrollo de la conciencia anti-imperialista de las masas iraquíes, particularmente de los chiítas. Los iraquíes conocen en profundidad el apoyo que los EEUU brindan a la opresión israelí sobre las masas palestinas así como también su apoyo a los regímenes árabes opresores de sus propios pueblos (incluyendo el de Saddam). Debido a ello, las masas iraquíes están convencidas de que los EEUU están en Irak por sus riquezas y no para liberarlas. Por ello, en ausencia de una alternativa secular a los lideres religiosos islámicos, las masas son perceptivas a sus proclamas de guerra santa contra los infieles invasores.

Como hemos descrito con anterioridad en Proletarian Revolution, la organización política que se esta desarrollando mas rápidamente en Irak es la organización islámica Jimaat-i-Sadr-Thani (JST) liderada por Muqtada al-Sadr. Mientras el resto de los grupos opositores fueron eliminados o forzados al exilio por Saddam, este movimiento ha ganado una reputación de ser los mas valerosos oponentes a Saddam. Cuando los EEUU comenzaron la invasión, las fuerzas sadristas expulsaron a la policía de Saddam de la mayoría de los barrios chiítas de clase obrera en Bagdad, ocupando instalaciones claves, incluyendo arsenales, mezquitas, escuelas y hospitales. Al mismo tiempo el JST confirmó su carácter reaccionario imponiendo el uso del velo a las mujeres y su pena de muerte en caso de que cometan “ofensas morales”.

El JST también lanzó una ofensiva contra sus rivales chiítas. Primero cuando el clérigo pronorteamericano, Abdul Majid al-Khoei, regreso del exilio a la ciudad santa de Najaf sosteniendo una reunión con el anterior líder chiíta, colaborador de Saddam, Haidar al-Kilidar, militantes sadristas asesinaron a ambos. Luego, los sadristas se manifestaron frente a la residencia del mayor líder chiíta de Irak, el Ayatolá Ali Sistani, a quien amenazaron de muerte.

Sistani, por su parte, todavía representa a la mayoría de los chiítas, y a pesar de las amenazas ha sido capaz de forzar por el momento a Sadr a que se le subordine. Para mantener su base de apoyo, Sistani ha ido tomando posiciones antinorteamericanas. En un primer momento Sistani había llamado a las masas a no interferir la ocupación, pero el crecimiento de los sentimientos anti-EEUU lo hizo cambiar de opinión. Cuando Bremer anunció la formación de un Concejo de Gobierno Iraqui (CGI) títere Sistani no tuvo otra alternativa que condenarlo en una fatwa (edicto religioso) y reclamar elecciones democráticas.

Mientras tanto la presión de las masas hizo que Sadr iniciara la lucha contra la ocupación. Sin embargo, a pesar de sus denuncias contra los EEUU, Gran Bretaña, e Israel como el “gran imperialismo infiel,” Sadr no tiene ninguna intención de llevar a cabo una verdadera lucha contra ellos. Su único objetivo es tras la retirada de los EEUU estar mejor posicionado que sus rivales sunitas y chiítas para tomar el poder. Sus convicciones capitalistas, iguales que las de sus socios de la dictadura clerical iraní, Sadr no quiere lanzar a las masas a una lucha que el no pueda controlar.

Sadr ha alternado entre una retórica combativa contra la ocupación e intentos de cooperación dejando entrever que incluso participaría de un futuro gobierno “democrático”. La renuncia de Sadr a realizar una lucha consecuente podría haber costado mucho. Sin embargo, la ausencia de una genuina alternativa proletaria facilita su control de las masas más combativas de entre los pobres y los trabajadores.

Los EEUU también han dudado respecto al JST. En varias oportunidades ellos han amenazado con detener a Sadr. Pero ellos saben muy bien que una maniobra contra Sadr podría lanzar a millones a una revuelta. Los EEUU prefieren evitar esta confrontación bajo cualquier circunstancia ya que ellos saben que mientras no cuenten con el apoyo del Ayatolá Sistani, ellos serán incapaces de derrotar la respuesta de la gran mayoría de los chiítas.

El nuevo plan para instaurar un gobierno títere

A comienzos de Noviembre la ocupación de Irak estaba en crisis. El Consejo de Gobierno consista de lideres procapitalistas iraquíes sin ningún tipo de apoyo entre las masas. Sabiendo que las masas chiítas eventualmente se unirían a la resistencia guerrillera la casa blanca hizo ir a Bremer a Washington para una reunión del consejo de seguridad nacional (NSC).

En la primera de esas reuniones se discutió un informe de la CIA. Es informe sostenía que la resistencia armada es fuerte y extendida. Desafiando las posiciones de la casa blanca de que la resistencia se limitaba a saddamistas y a Al Qaeda, el informe explicaba que miles se habían unido a la resistencia, y que la incapacidad de la coalición para eliminar la insurgencia hacia que un numero creciente de iraquíes se sumara a ella. El informe concluía que era urgente transferir el gobierno a un gobierno iraquí.

El problema era como crear un gobierno confiable para los norteamericanos y que al mismo tiempo tenga un considerable apoyo popular. Con seguridad, la solución no era la realización de elecciones democráticas.

Días después de instalar a sus téteres del CGI la casa blanca anunció un drástico cambio de curso: a finales del junio del 2004 el poder será transferido a un gobierno iraqui que no seria electo sino selecto por consejos regionales, cuyos miembros deberían ser aprobados por las fuerzas ocupantes. Las elecciones serian pospuestas indefinidamente y la decisión sobre las mismas concerniría al nuevo gobierno iraqui.

Esencialmente la esperanza de Washington consistía en dividir a los lideres chiítas y aislar a Sadr. Con Sistani amenazado por Sadr, los EEUU esperaban conseguir su apoyo o al menos su aceptación al plan propuesto. A cambio de ello, Sistani podría fortalecer su posición garantizándose lugares en el futuro gobierno para lideres fieles y teniendo acceso a los “fondos para el desarrollo”. Básicamente, los EEUU trataron de formar una alianza con Sistani y las organizaciones chiítas representadas en el GCI, incluyendo el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak (CSRII) y el partido al-Da’wa al-Islamiyya (El llamado del Islam).

Mientras amenazaba a Irán por su programa nuclear la casa blanca sostuvo reuniones secretas con el gobierno iraní para garantizarse el apoyo de este a sus planes. La paga al apoyo de Irán era la retirada de todas las amenazas. Ansioso por llegar a un acuerdo, el gobierno de Irán aceptó la oferta y su presidente Mohammed Khatami apoyo el plan de los EEUU durante una visita del coordinador del CGI, Jalal Talabani.

La creciente oposición chiíta a los EEUU

Mientras Sistani probablemente quiera aceptar el plan, las demandas por el fin de la ocupación y por elecciones democráticas fueron creciendo. Esa presión forzó su oposición a los EEUU y la exigencia de elecciones democráticas inmediatas y del final de la ocupación.

Esto creó una crisis aun mayor en la casa blanca, entrampada entre oponerse a las elecciones democráticas o confrontar con los chiítas. Después de algunos días de dudas, la casa blanca decidió no negar los derechos democráticos ante la posibilidad de que las masas se organicen mejor. Por los EEUU hicieron que la mayoría del CGI apoyara su plan y rechazara las demandas de Sistani e iniciara un proceso que llevara a un gobierno títere y a un traspaso nominal de la soberanía.

Para intimidar a Sistani y a Sadr los EEUU lanzaron dos maniobras. Primero anunciaron la fusión de las milicias de los partidos del CGI en una organización paramilitar estatal. De esta forma se garantizaron la influencia de estos partidos en el futuro de Irak y legitimizaron las fuerzas militares que ellos usaran para legitimizar su poder. En particular, esta fuerza no solo nuclea a las tropas de los partidos títeres, como el Congreso Nacional de Irak (CNI) de Chalabi, el Acuerdo Nacional Iraqui (ANI) de Iyyad Alawi, y la Unión Patriótica del Kurdistan de Jalal Talabani, sino también a las tropas entrenadas en Irán del CSRII e incluso aquellas del partido comunista. Además estas fuerzas paramilitares serán dirigidas por el CGI, controladas por Alawi, antiguo fiel a Saddam experto en la represión contra los chiítas.

En segundo lugar los EEUU lanzaron una amenaza directa contra Sadr, después de anunciar su rechazo a las elecciones, lanzaron una operación para detener a sus lugartenientes de Sadr. En estos momentos aun no sabemos cual será la respuesta de Sistani y Sadr a esta provocación. Inmediatamente después de los anuncios de los EEUU y el CGI, el jeque Abdel Mehdi al-Karbalayi, representante de Sistani, condenó la decisión de los EEUU. Él dijo “ha llegado el momento de que obtengamos nuestros derechos” agregando “Yo no digo que habrá una acción militar, quizás sea civil, pero habrá inestabilidad”.

Al mismo tiempo los sadristas realizaron una serie de manifestación en Bagdad y en otros lugares reclamando elecciones. Además Sadr llamó a una huelga general nacional coincidiendo con el aniversario del asesinato de su padre, el Ayatolá Muhammad Sadiq al-Sadr, por parte de las fuerzas de seguridad de Saddam. Este aniversario es muy sentido por todos los chiítas mas allá de que apoyen o no a su hijo. La convocatoria a una huelga general ese día esta destinada a presionar a Sistani para que la apoye y a hacer aparecer al movimiento de Sadr como la única oposición a los EEUU.

Pero la demora de Sadr en actuar contra los EEUU también muestra sus debilidades y no es muy creíble que su huelga general sea apoyada masivamente ya que su base de sustento esta entre los desempleados ya que los asalariados en general siguen tradiciones seculares y desconfían del fundamentalismo reaccionario.

En resumen, mientras la creciente rebelión de las masas chiítas hace que Sadr amenace a Sistani con lanzar nuevas acciones y que lance proclamas contra los EEUU, es muy difícil que ninguno de ellos desee una confrontación real. El tiempo nos dirá si ellos serán capaces de calmar a las masas o deberán incrementar su oposición.

El futuro de la ocupación norteamericana

Los EEUU conocen que el desconocimiento de la voluntad de las masas chiítas está convirtiendo en una monigotada su discurso sobre la supuesta liberación de estas de la tiranía de Saddam, y despertara nuevas luchas antiimperialistas en toda la región. Por ello continuaran tratando de evitar una confrontaci& 3243n mayor y de sembrar la división entre Sistani y Sadr. Pero si los EEUU siguen sin encontrar una solución no le quedara otra que la opresión militar y la reimposición de un régimen colonial con fachada iraqui.

Mientras las formas de neocolonialismo que los EEUU usaran en el futuro son por ahora desconocidas, la perspectiva a largo plazo está bien clara. En medio oriente los EEUU han tenido que reconocer su incapacidad para estabilizar la región sin reformar a sus socios locales y hacer algunas concesiones democráticas cosméticas. Pero lo que para los imperialistas significa democracia es solo el pluripartidismo. Así ellos buscan dividir a los árabes en cada país para prevenir futuras revueltas de la clase obrera que pudieran barreras las antiguas y nuevas barreras étnicas, religiosas y políticas. Ellos impulsan a los diferentes nacionalistas burgueses, clérigos y políticos a una guerra todos contra todos para repartirse la pequeña porción de la torta que le sobre al imperialismo, guerra que los mantendrá divididos.

Los países imperialistas, como resultado de las superganancias que ellos acumulan gracias a su dominación del mundo han sido capaces de subsidiar a una clase media acomodada dentro del sistema capitalista, la cual forma la base estable de los partidos procapitalistas. Pero las clases dominantes de las explotadas neocolonias, como Irak, no pueden sostener a esta capa privilegiada y deben aplicar distintas formas de dictaduras para someter a las masas. Mientras los EEUU mantengan una masiva presencia militar en Irak, será posible mantener un sistema pluripartidario. Pero en algún momento tendrán que reducir las fuerzas de ocupación para emplearlas en otro sitio, y entonces tendrán que aceptar la necesidad de un hombre fuerte que aplique una dictadura similar a la del partido Baath para mantener la estabilidad que el imperialismo requiere.

La táctica de los EEUU de enfrentar entre si en Irak a los políticos y clérigos kurdos, sunitas y chiítas al mismo tiempo que busca una derrota militar de las masas y la imposición de instituciones “democráticas” resultara en cualquier cosa menos en un gobierno democráticamente controlado por las masas obreras y campesinas. En estos mismos instantes, los EEUU han profundizado el uso de las técnicas represivas usadas por los ocupantes israelíes en Palestina. Mediante el uso de fuerzas especiales ha iniciado una represión masiva contra las familias y poblados de los combatientes resistentes armados y el asesinato selectivo de sus lideres.

Hacia la lucha de masas contra el imperialismo

Como Proletarian Revolution ha remarcado durante años, la teoría de la revolución permanente de León Trotsky marcó como objetivos fundamentales las tareas democráticas y antiimperialistas en los países coloniales, semicoloniales y neocoloniales. De acuerdo con ella, las fuerzas burguesas en esos países no pueden ir demasiado lejos en su lucha contra el imperialismo, a pesar de la presión de las masas durante los levantamientos populares. Solo la revolución proletaria socialista, luchando contra la explotación económica y titánica mas allá de las fronteras puede lograr los objetivos democráticos por medio de la creación de una federación de estados obreros.

En Irak, solo la clase obrera puede sacar a las masas de la actual pesadilla. La clase obrera no tiene ningún interés en mantener la explotación capitalista e imperialista. La derrota revolucionaria del régimen capitalista imperialista en Irak y la construcción de un estado obrero es la única forma posible de garantizar los derechos democráticos de las masas.

La invasión imperialista no tuvo ninguna duda en aniquilar a la clase obrera. El desempleo alcanzó cifras siderales y muchas industrias aun continuas cerradas. A pesar de ello, la clase obrera ha comenzado a luchar. Las protestas de los trabajadores desempleados o impagos son frecuentes y ha habido huelgas espontáneas en un numero importante de industrias, incluyendo las petroleras.

Los revolucionarios en Irak deben participar en estas luchas, ayudando a sus camaradas obreros a aprender sus intereses de clase en el transcurso de la lucha. Peor ellos no deben ignorar la lucha antiimperialista de las masas; por el contrario, esa lucha es crucial en la etapa actual. Los lideres religiosos chiítas están movilizando a las masas no por sus edictos religiosos sino por sus consignas antiimperialistas. En cambio, los lideres burgueses kurdos están impulsando una limpieza étnica contra los árabes para desviar la atención de su traición a la demanda de un estado kurdo independiente.

El apoyo a estos demagogos puede ser socavado por la lucha revolucionaria de la clase obrera si esta es la luchadora antiimperialistas y democrática más consecuente, principalmente contra el imperialismo, pero también contra los ataques a las libertades por parte de los nacionalistas y religiosos. Los revolucionarios impulsan la derrota del imperialismo en cada batalla contra fuerzas iraquíes, pero al mismo tiempo tratan de movilizar y armar a las masas obreras independientemente para su propia defensa.

Los militantes obreros y los genuinos demócratas deben luchar por una Asamblea Constituyente Revolucionaria, organizada contra el imperialismo y sus socios, que proclame una constitución y un gobierno; los auténticos comunistas deben explicar que la lucha enseñara que la única forma de garantizar los derechos democráticos es derrotando al imperialismo, destruyendo al capitalismo e instaurando el poder obrero. Ellos apoyaran la lucha por un Kurdistan unificado e independiente y por los derechos de las minorías étnicas y grupos oprimidos como los chiítas.

Nosotros no conocemos ninguna organización genuinamente revolucionaria en Irak en estos momentos. El partido comunista ha colaborado históricamente con la oposición burguesa y está ahora abiertamente del lado del imperialismo, formando parte del CGI. EL izquierdista partido comunista obrero de Irak (PCOI) está jugando un rol activo en la lucha de los trabajadores y se opone a los islamistas y nacionalistas. Peor mientras se opone de palabra a la ocupación, ha encontrado una forma para capitular cobardemente frente al imperialismo.

En las batallas entre las fuerzas imperialistas y la resistencia él se declara imparcial, negándose a ver que la mayor amenaza para las masas es el imperialismo. El condena la resistencia guerrillera como reaccionaria, negándose a dar su apoyo militar en la lucha contra el enemigo mayor e inmediato. Sin embargo las masas solo serán capaces de liberarse de sus enemigos saddamistas, nacionalistas y clericales por medio de la lucha contra la fuerza a la que ellos sirven: el imperialismo. Negándose a tomar partido contra el imperialismo equivale a abandonar a las masas en manos de los contrarrevolucionarios que combaten al imperialismo ahora. En consonancia con ello, el PCOI propone la retirada de las fuerzas imperialistas en lugar de su derrota.

En lugar de la ocupación de los EEUU, el PCOI impulsa un régimen interino controlado por el UNO. Esta es una grotesca capitulación al imperialismo, ya que fueron el UNO quien impulsó la sangrienta guerra del golfo, quien aniquiló a millones con mas de una década de bloqueo económico, favoreció la división del país, regularmente aprobó los bombardeos en las zonas de exclusión y ahora reconoce a los EEUU como poder gobernante en Irak.

Hoy en día las masas iraquíes están apoyando abiertamente la lucha contra la ocupación imperialista. Ellas serán capaces de romper con los nacionalistas y clérigos contrarrevolucionarios solamente mediante la practica comprobando que solo la clase obrera las puede guiar a la victoria. Ellas encontraran el camino a la victoria solo si un genuino partido comunista revolucionario lidera a los trabajadores más conscientes. Mientras la lucha continua, la resistencia de las masas inspirara a los trabajadores y oprimidos de todos los lugares a no dejarse sojuzgar por el poderío militar del imperialismo y a no aceptar la pobreza y la explotación que este les impone.