Este artículo fue publicado el 16 de Enero 2000 en ingles en la revista Proletarian Revolution.


¡Afuera la Marina de Vieques!

Por mas de medio siglo, la Marina de Guerra de los Estados Unidos ha utilizado a Vieques, una pequeña isla-municipio de Puerto Rico, como campo de práctica para el tiro al blanco. Los ejercicios militares de la Marina han perjudicado severamente a los residentes, muchos de los cuales han contraído cáncer debido a los residuos tóxicos de los bombardeos, y han destruido el ecosistema.

Pero después de 60 años, la población de Vieques y todo Puerto Rico dijeron “¡Ya Basta!” Cuando un guardia de seguridad de la población civil, David Sanes, fue muerto accidentalmente el pasado mes de abril como consecuencia de una bomba arrojada por un avión de la Marina de Guerra, se levantó un movimiento popular el cual demanda la salida inmediata, permanente e incondicional de la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Furiosos y justificadamente, el pueblo demandó un alto a la intolerable destrucción de su tierra, su modo de vida y su salud.

En reacción a la presión, se estableció un Comisión Especial de Vieques en Puerto Rico, con la participación de los tres partidos políticos de la burguesía puertorriqueña. Alineada con el sentimiento de las masas, la Comisión Especial presentó su reporte el pasado verano, comenzando con un llamado para el retiro inmediato y permanente de la Marina de Guerra y el paro completo de todo tipo de bombardeo e entrenamiento en Vieques. El Presidente Clinton rechazó estas demandas.

Según El Nuevo Día (16 de enero del 2000), Clinton permanece obstinado en su posición de que los militares permanecerán por cinco años y continuarán con sus prácticas, programadas para recomenzar en la primavera, con bombas inertes. Este plan es un intento para mantener el “status quo” el mayor tiempo posible. Es un rechazo abierto a las demandas de las masas puertorriqueñas. Y es inaceptable.

El imperialismo y Puerto Rico

Cuando los resultados de la segunda ronda de negociaciones se anunciaron, el momento definitivo de la confrontación entre las masas de Puerto Rico y el imperialismo de los Estados Unidos puede estar por llegar. Pero el problema es que la constante oposición hasta el momento ha sido limitada solo a la desobediencia civil pacifista de unos cuantos cientos de activistas que acampan en Vieques. Empero 50,000 personas sostuvieron una demostración en la base militar de Roosevelt Roads el pasado 4 de julio, y hubo otras protestas masivas anteriormente. La rabia se ha diseminado en contra de la presencia militar en Vieques y satura la perspectiva de los trabajadores y los pobres a través de Puerto Rico. En nuestro punto de vista, que una movilización de las masas es posible y urgentemente necesaria. Es la llave para el triunfo de la reivindicación del retiro permanente e inmediato de las fuerzas armadas.

La situación de Vieques demuestra dramáticamente este hecho ineludible: Puerto Rico continua siendo una colonia despiadadamente dominada por el imperialismo norteamericano. Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos no solo ocupa dos tercios de Vieques sino cerca del 13 por ciento de la tierra cultivable en Puerto Rico, la cual esta ocupada regularmente por al menos 35,000 soldados estadounidenses.

Puerto Rico también carece del control de otros aspectos de su propia vida económica y política. Por ejemplo, los puertorriqueños pueden ser reclutados por las fuerzas militares de los Estados Unidos, y cualquiera de sus leyes puede ser derrocada por el Congreso de los Estados Unidos – pero los residentes de Puerto Rico no pueden votar por el Presidente y carecen de representación con voto en el Congreso de Estados Unidos. El gobierno de Puerto Rico puede realizar plebicitos sobre la interrogante del estatus de la isla, supuestamente para determinar si el pueblo favorece la estadidad, el estado libre asociado o lo que sea. Pero los plebicitos no son nunca validados, y el Congreso tiene siempre la última palabra. A los ojos de sus amos, los esclavos coloniales no pueden decidir las condiciones de su propia emancipación.

Los capitalistas estadounidenses controlan la mayoría de los negocios en Puerto Rico y se han disfrutado de tremendas exenciones contributivas y otros tantos incentivos financieros para invertir en Puerto Rico. Las compañías estadounidenses han extraído cerca de $20 billones en ganancias anuales a costa de la superexplotación de los trabajadores puertorriqueños, principalmente en las industrias del turismo y los textiles las cuales se caracterizan por sus bajos sueldos. El desempleo oficial en Puerto Rico es sobre el 13 por ciento, tres veces mayor que el nivel de desempleo en los Estados Unidos. Para aquellos que pueden conseguir empleo, el ingreso anual es alrededor de $18,000, solo un 60 por ciento del ingreso promedio de los trabajadores dentro del territorio continental. No obstante, el costo de vida es cerca de un 25 por ciento mas alto que en los estados de la Unión.

Desde que la recesión tocó a Puerto Rico a inicios de la década de los 70, los estándares de vida y servicios sociales han bajado. En 1998 hubo una huelga general poderosa de trabajadores en contra de la privatización: la venta de la compañía estatal de la telefónica a una corporación de los Estados Unidos. (Refiérase a PR 58.) Puerto Rico ha sido rivalizado por otros países de bajos ingresos, sobre todo México y la República Dominicana. La perdida parcial de las exenciones contributivas previamente provistas a las firmas norteamericana ha dirigido a la perdida de inversiones; ya ha habido despidos drásticos e incrementado la austeridad. Las compañías farmacéuticas, una parte importante de la economía, han comenzado a disminuir empleos y a cerrar. Se espera que las condiciones empeoren en unos cuantos años cuando las exenciones contributivas particulares sean retiradas por completo. Este deterioro de condiciones ha empujado a la clase trabajadora contra la pared; otro levantamiento de las masas es solo cuestiñn de tiempo.

Vieques podría ser la llama para una huelga general en Puerto Rico. Como Vieques demuestra, gran parte de la importancia de Puerto Rico para los Estados Unidos es su estratégica posición geográfica. Su localización es ideal para que las fuerzas armadas estadounidenses impongan su hegemonía sobre el resto de Latinoamérica. Washington ya cedió el control formal del Canal de Panamá, y de su Comando Sureño, el cual organiza intervenciones militares en Latinoamérica, ha sido mudado a Puerto Rico. Las tropas norteamericanas utilizan a Vieques como una zona de lanzamiento para la invasión de la República Dominicana en 1965, de Granada y de Panamá tanto que las guerras clandestinas en El Salvador y Nicaragua. En el caso siempre más probable que Washington utilice la “guerra contra las drogas” como pretexto para una nueva y sucia guerra en Colombia, los “consejeros” norteamericanos y las tropas colombianas entrenadas por los Estados Unidos podrán ser sin duda enviadas desde Puerto Rico, que se encuentra solo a unas pocas cientos de millas a través del océano de Colombia.

Vieques es también una base amenazante para otras áreas del mundo. Como la localidad principal de entrenamiento para las flotas del Atlántico, Vieques ha sido una parada necesaria para llegar a localidades estratégicas en el Mediterráneo y en el Golfo Pérsico. Los pilotos de los bombarderos envueltos en la destrucción de Servia e Irak practicaron primero en Vieques. Además, Vieques es un principal centro de entrenamiento para las otras flotas de la OTAN (NATO por sus siglas en inglés).

Desde este punto de vista, sacar a la Marina de Guerra de Vieques no solo concierne a los puertorriqueños. Todos los que se opongan al imperialismo de los Estados Unidos tiene un interés en darle un revés serio.

LA abominable propuesta de Clinton

Después de que Sanes fuera muerto el pasado mes de abril, activistas políticos empezaron a acampar en los territorios ocupados por los militares en Vieques como forma de protestas. En este punto, Clinton estaba andándose con rodeos frente a la faz de una amenaza popular. Designó un panel especial para más contemplar la situación. A medida que las cosas se dilataban, la tensión se acrecentó debido a que la rutina de bombardeo estaba programada a recomenzar en diciembre del 1999. Durante el pasado otoño y por varias semanas el Gobernador Pedro Rosselló y Clinton, junto al alto mando militar, se enfrascaron en negociaciones secretas, Rosselló afirmaba a los medios informativos que tenía las cosas bajo control. Finalmente el 3 de diciembre, Clinton y el Secretario de Defensa Cohen anunciaron las ordenes que ellos estarían dándole a los militares. El bombardeo normal no se llevaría a cabo en diciembre; él se reasumiría durante la primavera. Tambiín se le ofreció un paquete de beneficios que incluye:

Las masas puertorriqueñas reaccionaron con rabia y asombro ante esta oferta. Claramente la Marina esperaba utilizar el dinero como un soborno y una ficha barata. Por otra parte, tan solo hacer referencia a un “consentimiento” de los viequenses para una presencia continua de la Marina es un insulto, dada la oposición masiva a través de todo Puerto Rico. La oferta, entre otras cosas, fue una maniobra para arreglar la situación como concerniente a los residentes de Vieques solamente, no de todo Puerto Rico.

Por supuesto, dentro de 5 años Clinton no será el presidente. Ya que los puertorriqueños residentes en el territorio continental pueden votar, los candidatos presidenciales por el Partido Demócrata Gore y Bradley han tratado de gratificar a ellos emitiendo unas cuantas palabras de simpatía hacia la agonía del pueblo viequense. Pero no existe razón alguna para creer que una vez ocupen la oficina presidencial van a ser menos favorables con los militares que los republicanos. Después de todo, un demócrata, Clinton ha continuado la política de sus predecesores republicanos, una política de bombardeos y de terror e invasiones de pequeños países para imponer el imperialismo y la hegemonía mundial de los Estados Unidos. Vieques fue vital para esas campañas, y Gore o Bradley, lo más probable es que continúen esa política tanto como lo harían McCain o Bush.

El Jefe de Operaciones Navales, el Almirante Jay Johnson ha llamado a Vieques una “posesión irremplazable” y “la joya de la corona de los bombardeos y entrenamientos armados con bala viva e armas combinadas”. Ha prometido que no hará nada para remover las instalaciones pero si “convencer” a los viequenses de que consientan. La Marina espera que el sucesor de Clinton no le considerará necesario cumplir las promesas de la campaña electoral que haga al electorado puertorriqueño.

Los principales partidos

La mezquina proposición de Clinton aun representa una concesión de su parte, una respuesta a la intensa impopularidad de la presencia militar en Vieques. La pregunta para las masas de Puerto Rico y sus defensores en extranjero es como expulsar a los imperialistas.

Si una lucha de clases se desate, la Marina de Guerra de los Estados Unidos podría muy bien ser expulsada de Vieques. Por que va a representar una enorme amenaza para Washington. Cualquier levantamiento de las masas de trabajadores puertorriqueños expondría claramente las pretensiones democráticas de Washington y el status colonial de la isla. Una confrontación militar de parte de los Estados Unidos seria catastróficamente embarazosa para Washington, quien continua criticando a Rusia por subyugar a Chechenia. Obviamente Clinton le teme a tal desarollo.

También expondría que los principales partidos políticos de la isla. El Gobernador Rosselló representa el partido en el poder y el partido que promueve la estadidad, el Partido Nuevo Progresista (PNP). Sila Calderón, quien esta postulándose en contra del Partido Nuevo Progresista por el puesto de Gobernador en las próximas elecciones en noviembre, es la mayor representante de un partido más liberal, el Partido Popular Democrático (PPD), quienes abogan por el actual status de la isla. En tercer lugar se encuentra un partido mucho menor, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), quienes abogan por un Puerto Rico independiente y capitalista el cual sea establecido a través de elecciones y con medios legislativos (como el apelar al Congreso y a las Naciones Unidas.)

Ninguno de estos partido actualmente quieren eliminar la relación imperialista entre los Estados Unidos y Puerto Rico, no importa cuanto deseen cambiar el status especifico de la relación. Los lasos políticos que tienen con los Estados Unidos entorpecen su habilidad de luchar efectivamente, aun por el retiro de las tropas navales de Vieques – sobre todo porque cualquier lucha seria y genuina par arrojar a los militares estadounidenses de Vieques levantaría la interrogante en cuanto a la presencia militar de los Estados Unidos en todo Puerto Rico.

La propensión a capitular es relativamente obvia en los casos del PNP y del PPD; estos partidos políticos son conocidos como los partidos coloniales y por muy buenas razones. Estos partidos no tienen historia alguna de oposición real a la presencia militar de la Marina en Vieques o en cualquier otro sitio, debido a que básicamente apoyan los medios imperialistas. En general, solamente difieren en cuanto a como debería ser llevado a cabo la relación de dicha “asociación” entre Puerto Rico y el imperialismo de los Estados Unidos. De manera que a pesar de sus expresiones sobre Vieques, no han establecido una presencia en si en los campamentos de protesta establecidos en Vieques.

El Gobernador Rosselló particularmente no tiene ningún historial a favor del desalojo inmediato de la Marina. Como un político a favor de la estadidad, la lógica claramente lo apunta en contra de esto. Una ala de los estadistas es dirigida por la Vieja Guardia, representada por la persona de Luis Ferre, y es completa e incondicionalmente sumisa a Washington. Rosselló dirige el ala del partido que aboga por una estadidad basada en la igualdad, y en el fin de la ciudadanía de segunda clase, un sector que incluso presenta un acercamiento obstinado hacia Washington. Se proyecta como un gobernador fuerte quien no pestañará frente a los ojos de ningún Republicano abiertamente racista, ni ante los ojos de le Presidente. Pero aún así necesita probar a Washington que Puerto Rico puede ser “solamente otro estado más de la unión”: socialmente tranquilo, leal y ansioso por bases militares.

El PPD (llamados los populares) es descendiente del ex gobernador Luis Muñoz Marín, quien inicialmente fue un independentista y se transformó en un defensor del “estado libre asociado”. La ideología del estado libre asociado siempre ha apoyado e incluido el establecimiento y mantenimiento de las bases militares y tratados amigables con los Estados Unidos. Debido a que los populares fueron los administradores de la colonia por tantas décadas su “apoyo” al retiro absoluto de las tropas militares de Vieques es ciertamente dudoso; el dominio de los Estados Unidos sobre Vieques es claramente el resultado del existente Estado Libre Asociado. La única esperanza del PPD es que el PNP seda a las presiones de Estados Unidos y de esa manera ellos se desentiendan de la situación.

En contraste. El PIP se ha distinguido siempre al presentar un papel protagánico en la lucha de Vieques. Pero ese partido también desea mantener una relación de dependencia con los Estados Unidos – su opción para independencia en el proyecto plebiscitario del 1989 abogaba por la presencia militar de los Estados Unidos en Puerto Rico por 25 años! No sin razón, muchos independentistas con inclinaciones nacionalistas rutinariamente han boicoteado dichos plebiscitos, dada que la opción pro independencia presentada por el PIP es un fraude. En gran medida el PIP está tratando de utilizar a Vieques para rescatarla de su marginalidad de la política puertorriqueña.

El programa económico del PIP es completamente capitalista. A menudo ha sostenido que su visión de Puerto Rico es el lograr lo que Mandela ha hecho en Sudáfrica: Mandela simboliza la remoción de la racista política de “apartheid” pero ha continuado la superexplotación del trabajador negro sudafricano. El proyecto económico del PIP para un Puerto Rico “independiente” también acepta la continua dependencia de las inversiones de Estados Unidos en la isla – a pesar de que también desea abrir el mercado puertorriqueño a la inversión europea. Mientras la economía puertorriqueña est‚ basada en el capitalismo, necesita la inversión de los Estados Unidos y de Europa. Para lograr eso necesita proveer de incentivos tales como salarios bajos y recortes en los impuestos. Si no encara estas realidades capitalistas, va a perder la competencia que enfrentará con otros países dominados por el imperialismo. El PIP no tiene la solución a este dilema porque no existe solución alguna dentro de un sistema capitalista.

Por esta razón es que los Marxistas auténticos argumentan que no hay manera de que Puerto Rico pueda siquiera asemejar un desarrollo burgués independiente en un mundo dominado por el imperialismo. Únicamente después de una revolución socialista, cuando los medios mayores de producción sean expropiados a los amos imperialistas, puede un estado obrero comenzar a incrementar la productividad en una nación oprimida como lo es la nación puertorriqueña. (Regresaremos a este tema mas adelante.) De manera que el PIP, como otros partidos burgueses traicioneros, no representan una respuesta a la dominación imperialista sobre las masas puertorriqueñas.

Como se desarrolló la lucha

No fue accidental, por consiguiente, que ninguno de los partidos políticos ha señalado la única solución para Vieques. Han eludido el llamar por una movilización de la clase obrera para expulsar a la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Para demostrar este punto, necesitamos repasar como se ha desarrollado la lucha hasta ahora.

Después de la muerte de Sanes, Rubén Berrios, el dirigente del PIP, estableció un campamento en los terrenos de la marina en donde se sucedió la muerte de Sanes. A este se le unieron otros campamentos representados por otras fuerzas, incluyendo ambientalistas, activistas comunitarios, sindicatos y pescadores.

La táctica de acampar es su estrategia central. Fue utilizada exitosamente por Berrios a principios de la década de los 70, después de que varios niños fueron muertos debido a ejercicios militares en la isla vecina de Culebra. Pero como conclusión de esa operación Vieques quedó como el único lugar en Puerto Rico para practicar los bombardeos con bala viva. Existen todas las razones para creer que la lucha ahora va a ser mas difícil de lo que lo fue tres décadas atrás.

El compromiso del PIP con la estrategia de acampamiento conllevaba el dejar las negociaciones sobre el futuro de Vieques a cargo de Rosselló. Mientras el PIP “invitaba” al PNP y al PPD a unírseles en los campamentos, no demandaba compromiso alguno de ellos que les expondría si no vengan para riesgarse personalmente. En la Comisión Especial Sobre Vieques, el PIP se unió a los otros partidos burgueses en la construcción de la ilusión que mostraba a los tres partidos unidos y de acuerdo con las demandas principales en cuanto a la Isla Nena. El PIP se abstuvo de criticar sus oponentes abiertamente pro-imperialistas y no advirtió sobre la inevitable traición que se avecinaba. Ciertamente, Manuel Rodríguez Orellana, uno de los principales portavoces del PIP, habló con entusiasmo sobre la nueva unidad interpartidista, contrastandola con los ataques en contra del PIP que desplegó el PNP y el PPD durante la lucha en Culebra:

“¡Cuanta diferencia hacen unas cuantas décadas! Ahora existe un apoyo sólido y el movimiento independentista no está solo en el llamado al cese permanente de las practicas militares y en abogar por la devolución de los territorios ocupados por la Marina de Guerra. Ahora todos, incluyendo al Arzobispo de San Juan, quien se ha referido a dichas prácticas como “inmorales”, desean que la Marina las detenga ya.”

Pero antes de la emisión de las fuertes recomendaciones de la Comisión Especial, Rosselló ha hecho sus intenciones conciliatorias bastante obvias. Solo y debido al sentimiento popular fue que se vio obligado a seguir las recomendaciones de la Comisión Especial. También fue obvio que Rosselló se estaba alistando para una traición durante la primera sesión de negociaciones secretas durante el otoño. Cuando la propuesta de Clinton fue anunciada, una vez mas la opinión publica obligó a Rosselló a rechazarla tan inflexiblemente como lo hizo. Por eso, elogiarle por rechazar la primera propuesta de Clinton, eso fue otra manera de construir una ilusion publica: cualquier lector de periódico serio pudo deducir que Rosselló y aquellos que le rodeaban no estuvieron satisfechos con el particular puesto que no les dio suficiente cobertura política.

Rosselló fue capaz de una respuesta oportunista antes la presión publica. Pero era absurdo el pensar que realmente resistierá tenazmente a los EE.UU. en una confrontación. Después de todo, él es uno de los políticos mas constantes a favor del imperialismo estadounidense en Puerto Rico y el gran arquitecto de una serie de campañas de privatizaciones y ataques a leyes de protección obrera en la isla. Por otro lado sirvió obedientemente como comandante de los ataques de parte de la fuerza policíaca en contra de la huelga general del proletariado que sacudió la isla en el 1998.

También fue remarcable que el PIP permaneciera mudo con relación a las negociaciones secretas. De haber sido luchadores serios hubieran insistido en que no había nada que negociar desde un principio. Por los menos, contando con el apoyo de las masas, hubieran demandado que las negociaciones fueran publicas.

El P.I.P. se adhiere a los partidos políticos coloniales

Hoy en día el revestimiento de unanimidad se ha resquebrajado. Las implicaciones de una segunda ronda de negociaciones secretas se han hecho más evidentes. Particularmente, la prensa ha estado publicando artículos, día tras día, explicando que Rosselló estaría a favor de cualquier tratado que le permitiera el uso de balas inertas a cambio de que se fijara una fecha de partida definitiva; que su objeción a la primera oferta fue que dejaba demasiado en el aire la cuestión de una fecha definitiva en que la marina saliera de Vieques.

El P.P.D., encabezado por medio de Sila Calderón, todavía se mantiene en su postura de unidad con Rosselló y en el optimismo sin garantías de que el resultado final será favorable para Vieques. El Ex-senador Fernando Martín, vicepresidente del PIP, recientemente admitió, “Todo esta apuntando hacia una disposición gubernamental a favor de la aceptación de que se reanude el bombardeo a cambio de una fecha fija para la partida de la Marina, lo cual es inaceptable para nosotros, y yo creo que también es inaceptable para la mayoría de los puertorriqueños. (El Nuevo Día, Enero 2, 2000)

Pero el conocimiento de una inminente traición no ha producido ningún tipo de cambios en las tácticas que están siendo utilizadas. El PIP mantiene su confianza en los actos simbólicos de desobediencia civil y tiene esperanzas de que los campamentos de protesta aumenten. En el artículo anteriormente citado, Berrios señala que de ser desbandados sin que hallan arrestos (una posible táctica para prevenir la creciente simpatía hacia los activistas), ellos regresaran a las áreas restringidas “por que ustedes pueden estar seguros de que el Army tiene que pagar el precio”. Eso es todo. El PIP sigue absteniéndose de cualquier tipo de comentarios que conlleven a movilizar el poder mayor de la isla, la clase obrera puertorriqueña.

(Nosotros discutiremos la posición de los nacionalistas izquierdistas y de los grupos socialistas en esta lucha en un articulo subsiguiente.)

En algunos casos el PIP incluso se ha movilizado en contra de algunos elementos más militantes en Vieques. Por ejemplo, el PNP, el superintendente de la Policía Toledo, y el arzobispo de San Juan condenaron la expansión de la desobediencia civil cuando se movilizó para bloquear el acceso de la marina a los almacenes de armas en el Campamento García en Diciembre. En dicho momento el PIP añadió su peso a la presión reaccionaria ejercida por sus aliados, disfrazada en forma de consejo para los militantes. Demagógicamente Fernando Martín señalo:

“Recomiendo que [los bloqueadores] sean extremadamente cautelosos y cuidadosos porque este es el tipo de situación del cual la Marina se aprovecharía debido a su sensibilidad y podrían movilizar a sus agentes; y los únicos en Puerto Rico que quieren traer la violencia a la situación de Vieques son los promotores y los que respaldan a la Marina.” (El San Juan Star, Dec. 9).

La mejor interpretación de estas líneas del PIP es que una acción militante como el bloqueo podría producir una respuesta violenta de parte de las fuerzas estadounidense y por lo tanto es una mala idea. Lo peor es que Martín esta acusando a los agitadores de ser agentes de la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Bajo presión, el bloqueo fue desbandado.

El PIP le teme a una lucha obrera en contra del imperialismo

En adición a la larga escala de protestas populares en Vieques (y también en contra del daño ambiental de la Base Naval de Roosevelt Roads), hubo demostraciones masivas demandando la liberación incondicional de los prisioneros políticos puertorriqueños. La mayoría de estos presos han estado en cárceles estadounidenses por dos décadas aún cuando no se le pudo vincular con ningún acto de bombardeo en particular o ningún acto de terrorismo. Estas sentencias tan excesivamente largas hicieron obvias que la victimización fue parte de la total agresión de los Estados Unidos en contra de cualquier lucha antiimperialista de parte de los puertorriqueóos. En septiembre, 11 prisioneros fueron otorgados una “clemencia” fuertemente condicionada – una camisa de fuerza política impuesta por Clinton rechazando la justa demanda de que se les liberara incondicionalmente.

No se necesita un Marxista para reconocer cuanto volátil es la situación. Como Carlos R. Rivera señaló:

Si los EE.UU. insisten en reasumir el bombardeo en Vieques, todos aquellos señalamientos hechos por los lideres estadounidenses de que los prisioneros políticos puertorriqueños era solo criminales comunes y terroristas van a emerger como puras mentiras sesgas. Estamos seguros de que los “Minute Men” de 1776 no hubieran aguantado lo que los puertorriqueños residentes de Vieques han tenido que soportar. Tan claramente como sabemos que los habitantes de las islas de Martha’s Vineyard o de Staten Island no soportarían que la Marina estuviera bombardeando sus tierras. No lo tolerarían ni siquiera por un par de horas... el bombardeo constante de la Marina de Guerra no seria más que un acto de terrorismo de estado. (The Free Press)

Ciertamente la clase obrera ha ya esta haciendo estas conexiones. La hostilidad de los trabajadores hacia los ataques imperialistas en contra de los independentistas puertorriqueños solo puede ser acelerada por la reciente exposición de la llamada campaña de las carpetas de subversivos. Millares de puertorriqueños, en su mayoría en pro de la independencia, fueron espiados y hostigados por la unidad de inteligencia de la policía del Estado Libre Asociado durante décadas. La información de las victimas era utilizada para denegarles empleo, para instigar arresto ilegales y otros tantos ataques; las víctimas pertenecían a todos los sectores y estratos de la comunidad puertorriqueña. Rosselló se disculpó públicamente y ha tratada de acallar el escándalo mediante una indemnización económica a una pequeña parte de las victimas. Pero los reportes en este asunto han demostrado el rol decisivo que tuvieron el FBI y otras ramas del gobierno de los Estados Unidos.

A pesar del el creciente descontento de los obreros puertorriqueños con el imperialismo estadounidense tanto en el campo económico como el político, el PIP no hizo un llamado para una demostración masiva de la clase obrera, aún cuando los arrestos y la renovación de los bombardeos ya eran inminentes en Diciembre. Ahora mas que nunca, un solevantamiento de la clase trabajadora sería también un modo de ponerle alto a las intenciones traicionadores apenas escondidas de Rosselló. ¿Como no llame el PIP para tala movilazción?

El hecho es que tales partidos pro-capitalistas como es el PIP temen desatar el poder de la clase obrera. Un trastorno de la clase obrera cuanto a cuestiones políticas y econmicas es una amenaza a la que el PIP le teme. La huelga general de 1998 tomó un pronunciado carácter político pero estuvo socavada y traicionada por los lideres sindicalistas pro-capitalistas. Aun así, aúnque no consiguió sus objetivos, el poder masivo de la clase obrera capitalista fue mas que evidente a todo el mundo.

Si la clase trabajadora fuera movilizada, las demandas en contra de los militares en Vieques transformaría fácilmente la lucha a favor de una dirección temida por el PIP y la cual quiere evitar a cualquier costo. Los trabajadores podrían hacer una gran huelga o cualquier otra acción masiva para demostrar en vigor su hostilidad a la privatización y a cualquier otro tipo de ataques fomentado por los imperialistas y sus lacayos.

“Terrorismo” y desobedencia civil

Los imperialistas y sus amigos en Puerto Rico han clasificado a grupos como Los Macheteros y la FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional) como “terroristas” para hipócritamente poder denunciar su “violencia” – como si la imposición de un status colonial no fuera un acto real de violencia en contra de todo un pueblo, como si el colonialismo hubiese ocurrido sin violencia o pudiese haberse mantenido sin el ejército ni la policía. El colonialismo es en realidad un acto de terrorismo de estado. No obstante, la estrategia de grupos como los Macheteros ha girado principalmente en bombardear instalaciones particulares o a blancos asociados con el opresor, los Estados Unidos, esto se ha llevado acabo tanto como un acto simbólico y como un intento de intimidar a los EE.UU. para que cambien su política. Esta estrategia no ha ganado el apoyo de la clase obrera, entendemos que nuestra clase tiene muchos mejores métodos a su disposición.

Sin embargo, los trabajadores puertorriqueños apoyaron abrumadoramente la liberación incondicional de los prisioneros políticos. Hubo una demostración de sobre 100,000 demandando su liberación incondicional. Existe como mínimo un sentido de respeto propio y de orgullo cuando los obreros ven a los Macheteros, como puertorriqueños, reafirmando su derecho al uso de la violencia en contra del opresor, si este reanudara los bombardeo en Vieques. Marxistas auténticos de todas las nacionalidades se unieron a los trabajadores rechazando el pronunciamiento de que los asesinos de las masas en Washington quienes denuncian el “terrorismo” de los oprimidos.

El problema es que los pequeños actos guerrilleros en que se han visto envueltos los nacionalistas no han ocasionado daño serio al régimen imperialista. Su estrategia parte del hecho de que estos grupos radicales no estan enraizados en la clase obrera. No es accidental que sus métodos de lucha sean basados en actos cometidos por una pequeña elite en vez de ayudar a crear un movimiento obrero que utilice la poderosa posición de nuestra clase en la sociedad, su habilidad de actuar colectivamente y su potencial para desarrollar una conciencia anti-capitalista. Estos grupos no tienen deseo ninguno de desarrollar la lucha conciente de la clase obrera. Esta es la principal razón por la cual nosotros rechazamos el denominado “terrorismo” como una estrategia a favor de los oprimidos, aun cuando en ciertas ocasiones, actos específicos no pueden ser excluidos como tácticas dentro del contexto de la lucha de masa.

Nuestro rechazo a la lucha de guerrilla urbana no tiene nada en común con el pacifismo del PIP, quienes se vanaglorian de su pacifismo. La desobediencia civil generalmente significa una decisión consciente de romper la ley. El propósito es generalmente de demostrar simbólicamente que la ley en si misma es una injusticia y por lo tanto merece ser violentada. Ahora, la desobediencia civil también implica pacifismo – en al mejor caso, una estrategia designada para eludir un ataque de parte del estado y/o para ganar la simpatía de la opinión publica en caso de que sea de un ataque. Como filosofía plantea de equivalentes a la auto defensa del oprimido con la violencia del opresor. Concretamente, la posición del PIP es que la gente en la lucha por Vieques debe permanecer pasiva no importe lo que pase. Este es otro aspecto de los esfuerzos del PIP por prevenir que las protestas alcancen un carácter masivo. Una participación masiva de parte de la clase obrera es inimaginable si se demanda la pasividad frente a los ataques de la policía local o de los federales; los trabajadores se defenderían cuando se dieran cuenta de que tienen la ventaja numérica y el poder para hacerlo. Mas aún, una estrategia de desobediencia civil significa que los activistas están expuestos a arrestos y a daño físico; aun más importante, significa que los protestores van a ser ignorados y aislados tan pronto como las autoridades encuentren el modo más conveniente para llevarlo a cabo.

Sin embargo, no deseamos dar a entender que actividades como el acampamiento o la ocupación no son tácticas útiles dentro de la lucha en general. Ciertamente hizo sentido el acampar en Vieques. Si los federales se atrevieran a arrestar a los manifestantes, eso podría ganar mas apoyo popular al movimiento y haría ver a los Estados Unidos como el monstruo que es frente a una audiencia mucho mayor – parecido a cuando la policía creó el disturbio en Seattle.

Pero como quiera aunque dichas acciones sean bochornosas para Washington, dichas ocurrencias no son lo suficiente para vencer. Una táctica eficaz no es un substituto para una estrategia exitosa. Para sacar a los militares de Vieques y de todo Puerto Rico, se necesitan luchadores, no corderos de sacrificio. Una acción masiva de parte de la clase obrera en forma de huelga general crearía un lazo estrangulador para las ganancias económicas. Y manifestaciones masivas de trabajadores abiertamente decididos a defenderse sería la mejora forma de disuasivo para el uso de armas a parte de los imperialistas. La policía estaría menos dispuesta a atacar si temieran una represalia armada. Y como hemos señalado anteriormente, Washington estaría mas dispuesto retirar y salirse de Vieques completamente si se desatara una lucha que aplastara su máscara ideológica del defensor democrático de los oprimidos en los Balcanes, el Medio Oriente, etc.

Los revolucionarios deben defender a los manifestantes de hoy en día contra todo ataque de parte de los imperialistas y de sus agentes. Como sea, una lucha mayor con mayores metas es vital si las raíces de la hierba venenosa deben de ser removidas.

¡Afuera las Fuerzas Armadas Estadounidenses de todo Puerto Rico!

Los obreros puertorriqueños ya saben que el bombardeo de Vieques esta lejos de ser el único abuso que han sufrido de la dominación de los EE.UU. Estos abusos tienen una causa común. Tanto en Puerto Rico como en otros “países del tercer mundo”, los trabajadores están conscientes de la superexplotación y de la opresión de que son víctimas a manos del imperialismo esto es un factor común entre ellos todos.

Como revolucionarios internacionalistas, buscamos abiertamente derrotar el imperialismo estadounidense en la actual confrontación en Puerto Rico. Nuestra posición es que se deben retirar no solamente de Vieques sino de todo Puerto Rico. Para los puertorriqueños, esto significaría el no estar más sujetos a la injuria, la indignidad y la opresión de una ocupación militar. Fortificaría su habilidad para ejercer su derecho a la autodeterminación sin ser amenazados por las fuerzas armadas estadounidenses. Una retirada completa sería una victoria no solo para los puertorriqueños sino para todos los trabajadores y los oprimidos del mundo.

Mucho más importante aun que un revez en lo militar para los Estados Unidos, serían las consecuencias políticas y simbólicas. Una derrota del imperialismo Estadounidense en su mayora colonia directamente gobernada no solo expondría sus reclamos seudo democráticos en todas partes, podría desmoralizar a los imperialistas – tanto como su derrota en Vietnam lo hizo hace una generación atrás. El Almirante Johnson expreso su temor de que una victoria para los viequenses podría revivir los movimientos en contra de las bases militares estadounidenses en otras naciones también. En un planteamiento conjunto con el comandante de los Marine Corps, el General James L. Jones, expreso:

“Nuestros amigos y aliados también tienen grupos de interés que preferirían que dichas actividades no tomaran lugar cerca de sus comunidades. El movimiento de “no en mi patio trasero” (“not-in-my-backyard”) es un fenómeno que, de triunfar en nuestro suelo, podría socavar las oportunidades de entrenamiento en todas partes.”

Su temor es nuestra esperanza. Creemos que es critico el luchar por una victoria en Vieques y también el luchar para expandir la perspectiva de oposición a toda la presencia militar en todo Puerto Rico. Al mismo tiempo, hacemos un llamado por la lucha internacional en contra de las fuerzas armadas estadounidenses. Todo esto es posible pero solo determinado por la lucha masiva hasta e incluso la huelga general.

Por el liderato de la clase obrera

La tarea principal de los trabajadores revolucionarios en Puerto Rico, como en cualquier otra parte, es la de construir un partido político que luche por un liderato que prevenga las demases derrotas y las traiciones. ¿Qué pasos pueden ser tomados hacia esta dirección? ¿Como pueden los militantes de la clase obrera batallar para desarrollar la lucha obrera?

En Puerto Rico, tanto sindicatos como la izquierda han exprimido fuertemente su apoyo a Vieques. Aún si en la práctica signifique el envío de pequeñas delegaciones para reforzar los campamentos de desobediencia civil, en vez de organizarse en a favor de una lucha masiva de la clase obrera en contra de la marina. Aquí en los Estados Unidos continental, la AFL-CIO, en una muy bienvenida desviación de su usual endoso total al militarismo imperialista, ha votado en su convención a favor de demandar la completa remoción de la Marina de Vieques.

Esto es significativo, a pesar de que en la misma convención los burócratas dieron su endoso usual al hombre preferido por el “establicimiento” del Partido Demócrata, Al Gore, el secuaz de Clinton. Todavía se puede decir que es un paso hacia delante, aúnque la resolución no hizo un llamado a ningun sindicato para que tomara una acción concreta en defensa de Vieques. Su importancia solamente recae en el hecho de que los burócratas de la AFL-CIO se vieron forzados a cubrir por los demócratas, cosa que hicieron únicamente por el apoyo determinante de los puertorriqueños por la lucha. En los Estados Unidos continental, el apoyo por la causa viequense ha sido limitado a pequeñas demostraciones y a acciones de desobediencia civil.

En Puerto Rico, ahora es el tiempo de comenzar a organizar acciones masivas para oponerse a la Marina. Esto comprende piquetes y demostraciones, tanto que paros laborales que conlleven a una nueva huelga general. En los Estados Unidos, los defensores de Vieques deben obligar a los sindicatos a hacerle honor a sus palabras de apoyo y movilizar a sus miembros en acciones en defensa de Vieques y Puerto Rico.

Para sostener esta lucha en contra del mal liderato burocrático de nuestra clase requiere la lucha para construir un partido revolucionario de la clase obrera – aquí en la barriga de la bestia imperialista estadounidense, en Puerto Rico y a través del mundo. Dicho partido debe ser internacionalista, peleando por el derecho a la autodeterminación de Puerto Rico y de todas las naciones oprimidas. Dicho partido pelearía en contra del programa de guerra, la explotación y la austeridad – el programa real de los imperialistas y de sus agentes. Una victoria para el pueblo de Vieques y para todo Puerto Rico sería un capítulo de gloria en la historia de nuestra clase y la construcción de ese partido.

¡Afuera las fuerzas armadas estadounidenses de Vieques y de todo Puerto Rico!
¡Autodeterminación para Puerto Rico!
¡Recreemos la Cuarta Internacional!


Autodeterminación, Independencia y Revolución

Además, la lucha sobre Vieques ha planteado claramente la cuestión del status de Puerto Rico. No es accidental que por mucho tiempo no hubiera moción decisiva alguna hacia alguna dirección. Todas las alternativas capitalistas para Puerto Rico conducen a callejones sin salida.

Pero, como hemos explicado con anterioridad los revolucionarios debemos de defender el derecho de Autodeterminación en Puerto Rico. Defendemos el derecho de Puerto Rico a la separación si es que el pueblo así lo escoge. Únicamente cuando la clase obrera en los países imperialistas se convierta en el defensor más determinado por el derecho a la independencia, es que verían los obreros oprimidos la diferencia tan inmensa que existe entre los obreros y los imperialistas en los países Imperialistas. Entonces ellos entenderán que el internacionalismo del comunismo auténtico es en su mejor interés, en vez de alguna forma de nacionalismo. Por eso nosotros los leninistas defendemos el derecho de autodeterminación y luchamos por la clase obrera estadounidense tratando de convencer a nuestros compañeros obreros de esta política.

Sin embargo, la creencia de que la defensa al derecho de autodeterminación automáticamente significa abogar por la separación es una equivocación. Hoy en día, defendamos el derecho de autodeterminación, sin embargo no abogamos por la separación. ¿Por qué?

No existe solución nacional alguna

Muchos trabajadores puertorriqueños votaron en pro del PNP y/o del PPD. Estos votos no significan que ellos deseen la estadidad o el “Estado Libre Asociado,” sino que no creen que la alternativa que presenta el PIP encamine a la independencia del imperialismo si esta fomentada en bases burguesas. Al mismo tiempo, la huelga de 1998 revelaba claramente su hostilidad a la privatización y a los imperialistas vistos como los perpetradores. No hay duda que los puertorriqueños en su mayoría se ven como una nacionalidad distinta de los norteamericanos. En verdad, los puertorriqueños perciben a los independentistas del pasado como héroes nacionales. A pesar de eso, perciben la posibilidad de independencia como un desastre, porque ella se propone en una manera no-revolucionaria, una forma burguesa. Por eso, la posición de la LRP no es abogar la independencia inmediata, sino luchar para todos los derechos democráticos de la nación puertorriqueño, incluso la libertad incondicional de todos los prisioneros políticos.

En cambio, si un movimiento progresista pro independencia se desarrollará entre una capa avanzada de los trabajadores, nosotros abogaríamos a favor de la independencia y trabajaríamos junto al movimiento independentista para fortalecerlo y ayudarlo a lograrse. Al mismo tiempo, nosotros trataríamos de revelar franca y honestamente la esencia reaccionaria del nacionalismo y los peligros de una economía limitada nacionalmente en el mundo hoy en día. En lugar de eso, nosotros aspiramos a un Puerto Rico, que dirigido por el proletariado, se volviese parte integrante de una federación socialista de estados obreros caribeños y latinoamericanos. Entonces, bajo estas circunstancias distintas a las actuales, los revolucionarios comunistas no sólo defenderíamos el derecho de los puertorriqueños a optar por su independencia, sino que también seriamos consejeros en cuanto a dicha opción. La separación es una ruta indirecta pero a veces necesaria para la egalidad y unidad de todos los pueblos. Hoy en día, en ausencia de un sentimiento masivo pro independencia, los revolucionarios pueden argumentar directamente la lucha global contra el imperialismo y la necesidad de un partido obrero bolchevique-leninista y internacional que tenga como meta la revolución socialista.

Puerto Rico puede ser una chispa

Señalamos esto ahora no solamente por claridad teorética. La cuestión de la independencia nacional es en estos momentos un factor principal para el movimiento obrero en Puerto Rico. Si luchas como las de la causa viequense se lograrán, sería posible que los obreros percibieren la independencia como el único método de luchar contra el imperialismo, a pesar de sus posibles peligros. La opción de la independencia sería mucho mas llamativa si se diese el caso de que el nivel de conciencia y de lucha de los obreros estadounidenses fuese mucho menor que el de los obreros puertorriqueños.

En dicha situación, los revolucionarios expresaremos claramente que nosotros luchamos a favor de la independencia como la mejor manera en dichas circunstancias de mostrar que la revolución socialista es la única solución real. Un Puerto Rico obrero que cancelé las deudas que tienen con los imperialistas y que expropié los corporaciones inmediatamente. Una revolución socialista puertorriqueña que encienda y animé a los pueblos oprimidos de todo el mundo y que les muestre el camino a la liberación y hacia una federación internacional de estados obreros. Y por supuesto, tomando en cuenta el aumento y la gran importancia de tanto los trabajadores puertorriqueños en EE UU como la de todos los latinos en los EEUU, una revolución puertorriqueña pudiera ser una chispa que iniciara la lucha revolucionaria.