El 27 de septiembre, la Corte Constitucional de la Republica Dominicana dictaminó que cualquiera persona que haya nacido cuando sus padres estuviesen “de paso” por el país no tendrían la ciudadanía dominicana. Esta ley en la realidad esta dirigida contra los haitianos y sus descendientes, incluyendo a sus tataranietos que ahora no pertenecen a ningún estado. Son varios cientos de miles de personas afectadas entre una población dominicana de sobre 10 millones de dominicanos.
Esta ley provoca miedo y no augura nada bueno. Durante los últimos años se han visto incontables palizas y matanzas contra los dominico-haitianos conducidos con una horrible brutalidad – descabezamientos, muerte por golpizas y otras maneras similares. Y todos saben que durante octubre del 1937, el entonces dictador favorito de EE.UU., Rafael Leonidas Trujillo masacró a decenas de miles de dominico-haitianos.
La opresión de dominico-haitianos es racista; son por lo general de piel mas oscura que la mayoría de los dominicanos. Casi todos los dominicanos tienen herencia africana, pero como en muchos otros países, la gente con la piel mas oscura son sujetos a la opresión racista. Durante mas de un siglo, los haitianos y dominico-haitianos han llevado acabo en la Republica Dominicana los trabajos peor remunerados, los más sucios y duros, desde el corte de caña de azúcar hasta la excavación de los túneles del sistema de ferrocarriles de pasajeros del país.
Haití era ya uno de los países más pobres del mundo como resultado de generaciones de explotación y opresión imperialista, cuando el terremoto del 2010 devasto más aún la vida de millones de haitianos. Una nueva ola de inmigrantes haitianos salió del país en busca de empleo al otro lado de la frontera en la Republica Dominicana. Mientras tanto la Republica Dominicana ya desesperadamente pobre de por si, pasa por cuenta propia por un creciente declive económico que es parte de la profundizante crisis económica mundial.
Los partidos capitalistas dominicanos alientan o aceptan los ataques racistas contra los dominico-haitianos. Los acusan de “robarse los empleos dominicanos” y de cometer crimines. Esta política va dirigida a distraer de sus verdaderos enemigos a los dominicanos pobres y trabajadores: de la burguesía dominicana y de sus socios mayores, los imperialistas de los EE.UU. Esta campaña racista tiene el propósito de “retornar a los dominico-haitianos a Haití”, país que la mayoría nunca ha visitado ni siquiera conoce su lengua y que es más pobre y oprimido
Los dominico-haitianos encaran un genocidio en los sentidos de la palabra. Todos los que nos oponemos al racismo debemos exigir que se le ponga fin a la campaña racista contra los dominico-haitianos. Por el derecho a una ciudadanía completa para todos los residentes de la Republica Dominicana! La clase trabajadora y los anti-racistas en la Republica Dominicana deben unirse a los dominico-haitianos bajo la consigna de Defensa física de masas contra losgolpeadores racistas.
No son los haitianos sino los capitalistas dominicanos y sus socios 14 mayores imperialistas de EE.UU. quienes se roban los empleos y quienes cometen crímenes. ¡No abandonen a los dominico-haitianos a resistir solos!