El siguiente artículo apareció en inglés en el número 71 de Proletarian Revolution (verano 2004).
La contienda presidencial entre Bush y Kerry es una farsa cruel. Las masas sitiadas alrededor del mundo observan el espectáculo de dos pomposos multimillonarios con sus manos ensangrentadas compitiendo para decidir su destino. Parece que los americanos son los únicos privilegiados porque solamente ellos pueden elegir entre ambos. Pero incluso esa elección es una mentira. Los trabajadores americanos, especialmente los negros, latinos e inmigrantes, son también el blanco del Imperialismo de los EUA.
Dejando a un lado su retórica ocasional, ningún candidato en esta elección ofrece nada parecido a lo que el pueblo trabajador necesita y quiere. Esto se debe a que esta sociedad, con sus elecciones pseudo-democráticas incluidas, de ninguna manera sirve a la clase obrera. Es una sociedad capitalista, dirigida por y para la clase capitalista gobernante. Millones de trabajadores americanos quieren el fin de la guerra sangrienta contra el pueblo de Irak. Quieren trabajo para todos con retribuciones humanas, un decente sistema de salud, una real capacitación, buenas viviendas y una sólida educación para sus niños. Pero el voto no les dará nada de esto.
Los hechos son claros. Los dos principales candidatos presidenciales están de acuerdo casi en un 100% con la guerra imperialista fuera de las fronteras y con los ataques a los trabajadores y oprimidos dentro. Los dos insisten con “mantener el rumbo” en Irak, esto es extender el desastre para la población de Irak y prolongar la indeseada estadía de los fuerzas ocupantes. Ambos candidatos prevén una economía de EUA y el mundo que ante todo defienda los intereses de Wall Street y por consiguiente demanda austeridad para las vastas mayorías, tanto en casa como en el exterior.
Entonces ¿Cuál es el punto en votar? Como significado de la campaña presidencial, la clase gobernante quiere una ratificación popular de su curso imperialista y anti-humano. Apoyar a Bush o a Kerry es respaldar ese curso: continuar y expandir los asesinatos y torturas del régimen de EUA en Irak y sacrificar todas las esperanzas de beneficios sociales y económicos en casa por las insaciables necesidades de guerra y ganancia.
Además, como nuestro articulo de tapa explica, el Imperialismo de EUA está enfrentando una catástrofe en Irak. El principal hincapié en la campaña de Kerry esta puesto en que solo él puede rescatar a la clase dirigente del desastre al cual George W. Bush y Compañía la ha llevado. Hacer campaña por Kerry, como muchos activistas obreros y anti-guerra harán, con el objetivo “practico” de sacar a la odiada administración Bush, significa buscar el salvataje del Imperialismo de EUA de su auto-impuesta debacle. Significa movilizar a la población de EUA por los sacrificios requeridos para mantener la “carga del hombre blanco” de los regimenes coloniales en Irak, Haití y en cualquier otra parte. Significa acomodarse a las políticas que se dirigirán tanto a recortes en gasto social en casa como a incrementos en el poder militar de EUA en el extranjero.
Entonces ¿Qué hacer? Los problemas que enfrentan los trabajadores americanos no se solucionaran mediante elecciones, por los capitalistas o dentro del sistema capitalista. La única alternativa es la revolución socialista; la vía para llegar a ella es la acción de masas, la viva lucha de clases. Ni derechos ni libertades fueron nunca conseguidas por otro camino que no sea la lucha de masas que por lo menos amenace al sistema. Si hay algunas luchas de masas victoriosas en este país actualmente, la realidad es que la avaricia del capitalismo forzará a la clase obrera a pelear. El punto entonces es trabajar para que en estas inevitables luchas se pueda ganar.
Lo que es necesario ahora – lo más práctico y realista que se puede hacer – es ver que cuando las luchas irrumpan otra vez no sean nuevamente frustradas por los líderes izquierdistas liberales que apoyan o se adaptan al Partido Demócrata. Esto significa que es necesario construir los núcleos de un partido obrero revolucionario. Hoy los revolucionarios deben reclutar, entrenar y educar a los miembros de la clase obrera militante, que no tienen interés en defender al imperialismo capitalista, en orden a pelear para ganar la dirección de las futuras luchas. Los revolucionarios debemos usar las elecciones como lo hacia Lenin, para convencer al pueblo trabajador de la necesidad del partido de vanguardia y la revolución socialista.
Esta tarea no puede ser postergada alegando la necesidad de poner fin al desastre eligiendo otra vez el mal “menor”, un enemigo que defienda este sistema de horrores peores. Aquellos que defienden la senda de la invariable precaución en las luchas de masas inquietados por los daños que se pueda hacer a las oportunidades de sus candidatos de ganar el apoyo de los que están a mitad de camino. Hasta ahora ellos traicionaron el único camino que ofrece una genuina solución; ofrecen un futuro que traerá matanzas y miseria para innumerables seres humanos. ¡Un voto en estas elecciones para cualquier candidato burgués es un voto que valida los asesinatos masivos y al Imperialismo! Dedicar cualquier esfuerzo a una campaña imperialista no es solo una desviación sino una barrera para la liberación de nuestra especie.