El siguiente artículo apareció en inglés en el número 78 de Proletarian Revolution (otoño 2006).


Demócratas y republicanos, enemigos de los trabajadores inmigrantes

La marcha de millones de inmigrantes que se llevó a cabo esta primavera en Los Ángeles, Chicago y otras ciudades principales de los Estados Unidos, captó la atención de los habitantes del país y del mundo. La masiva movilización incluyó huelgas parciales, ausencia laboral y también la deserción de estudiantes de sus aulas. Trabajadores indocumentados de México y otros países de Centro y Sur América, salieron de las "sombras" finalmente; un valiente movimiento defensor de los derechos de todos los trabajadores inmigrantes, inspirador de valientes y fuertes sentimientos de orgullo, estaba en proceso de crearse.

El 25 de Marzo de 2006, la fuerte y multitudinaria "Gran Marcha" en Los Ángeles – sobre el millón de participantes – y las manifestaciones que se dieron el Primero de Mayo en todo el país, fueron de una magnitud jamás vista en los Estados Unidos hasta ahora. Ello dio como resultado que el Congreso abandonara la sonada propuesta racista proyecto de ley contra los trabajadores, "Sensenbrenner HR 4437", la cual había sido pasada por la Casa de Representantes en Diciembre pasado. Esta medida, respaldada por los líderes de la Casa de los Republicanos, hubiese marcado cada inmigrante indocumentado, así como a todos aquellos que les ayudasen, como felones. Como respuesta, los representantes del Senado, adoptaron la "Reforma Comprensiva de la Inmigración," S.2611, la cual ofreció algunas apaciguantes cláusulas a los inmigrantes y cuyas aspectos principales fueron apoyadas por George W. Bush.

Sin embargo una vez que Sensenbrenner estuvo fuera de la mesa, la cabecilla del movimiento de los derechos del inmigrante, de hecho, le dijo a la gente que se mantuvieran fuera de las calles. A pesar del monumental éxito obtenido, los líderes del movimiento cambiaron la acción de las masas por el esfuerzo del registro de votos, con el fin de elegir supuestos políticos amistosos del Partido Demócrata. El plan era hacer cabildeo por un compromiso, el cual sería algo parecido al acuerdo del Senado.

¿Que hicieron los Democratas?

¿Pero, qué fue lo que pasó? Ante la ausencia de las protestas de masas, todo lo que el Congreso enfrentó fue solamente un número de acuerdos represivos, incluyendo uno en el cual se autorizaba al estado y las autoridades policíacas a reforzar las leyes del inmigrante. Como escribió Miguel Pérez en el Chicago Sun-Times (26 de Septiembre), los propósitos "fueron una parte de la legislación extremista de la Casa de los Representantes lo que prendió el fuego de las demostraciones en pro de los derechos del inmigrante en todo el país la primavera pasada. En otras palabras, se trata de una represión empaquetada otra vez".

El proyecto de ley que el Congreso pasó en Septiembre del 2006 significó un atraso total. Apoyado por casi todos los Republicanos y por la mayoría de las Demócratas en el Senado, se abocaron en pro de amurallar parte de la frontera Mexicana con los Estados Unidos. De acuerdo a Associated Press (29 de Septiembre) "La Casa de Representantes y el Senado están tratando de acelerar la construcción de 700 millas de cerca a lo largo del borde sureno nacional, con el propósito de mantener a los latinoamericanos y criminales de entrar ilegales al país." Caracterizando a los inmigrantes como criminales y terroristas es el método racista bipartidista. Tal muralla forzaría aun más a la migración de trabajadores fuera de áreas pobladas, adentrándose a remotos desiertos y regiones montanosas, incrementándose con ello el ya existente horrendo número de muertos.

Hasta el gobierno Mexicano, amigo de Bush, caracterizó la idea de la muralla fronteriza como un gesto hostil. Los políticos que votaron a favor del proyecto de ley incluyeron liberales hipócritas, como Hilary Clinton de Nueva York y Barak Obama de Illinois, quienes habían aparecido esta primavera en la marcha masiva de los derechos del inmigrante. De nuevo contando con que el Partido Demócrata había sido el callejón sin salida para la lucha de las masas.

El "comprensivo" S.2611, aupado por los Demócratas, no tenía de hecho nada que ver con el apoyo a los derechos de los inmigrantes. No ofrecía la amnistía para todos los inmigrantes indocumentados, claramente la exigencia mínima inmediata que pedía la marcha masiva. El supuesto "vía a la ciudadanía" fue colgado como un regalo prometido, pero atado a una larga vara. S.2611 era muy punitivo y ofrecía la ciudadanía solamente para aquellos capaces de vencer innumerables obstáculos.

Además, el S.2611 representaba una política de "divide y vencerás", dirigida en contra de los indocumentados. Se enfatizaba en la deportación de todos aquellos indocumentados que tuviesen menos de dos anos en el país; requiriendo de los inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos que hubieran pasado de dos a cinco anos aquí a salir del país antes de que pudiesen solicitar ciudadanía o visa. Aquellos suficientemente afortunados de haber estado trabajando como casi esclavos en los Estados Unidos por más de cinco anos, debían pagar miles de dólares de multa y pagar impuestos retroactivos para poder solicitar la ciudadanía.

Aun más, el S 2611 tenía entre sus objetivos el incremento de la militarización en la frontera con México, incluyendo la "cerca", entre otras proposiciones de este acuerdo "comprensivo". También se avocó al programa "trabajador-temporal" el cual requería que el trabajador inmigrante regresara a su país de origen por un ano luego de trabajar en los Estados Unidos por un límite de 6 anos. Esto recuerda el infame programa "bracero" de los anos 1940s, 50s y 60s, el cual fue llamado "esclavitud legalizada" por el oficial del Departamento del Trabajo que estaba a cargo entonces, cuando este programa terminó.

La razón detrás de todas estas propuestas es que los capitalistas querían mantener a los inmigrantes como ciudadanos de segunda clase, pues ellos forman la capa de la clase trabajadora más fácil de explotar. A ellos se les hace mucho más difícil encarar condiciones adversas además de tener sueldos por debajo del salario mínimo. Y si existe una capa de trabajadores forzados a vivir en miserables condiciones, ello debilita a toda la clase trabajadora, ya que trabajadores que son ciudadanos de todos modos se encuentran con la amenaza de ser reemplazados por el sector de fuerza laboral peor remunerada.

Cualquier estudio serio del contenido de los diferentes proyectos de ley dentro del Congreso sobre inmigración, se mostraría que nunca fue un debate acerca del "pro- inmigrante" contra el "anti-inmigrante". Cuando los líderes "pro-inmigrantes" apoyaban al acuerdo bipartidista "comprensivo" S 2611 y al anterior proyecto de ley McCain-Kennedy, de la cual se derivó, se estaban permitiendo un encubrimiento político a las políticas anti-inmigrantes.

Algunos líderes actuales del movimiento defensor de los derechos del inmigrante fueron un poco más críticos. La Junta Nacional de La Raza (NCLR en inglés) en un documento suyo corrió un gran encabezado recomendando el proyecto de ley S.2611 del Senado, "Por un voto histórico de los inmigrantes." Incluyeron una pequena nota aclaratoria abajo indicando que su organización tenía reservas significativas a las medidas que se adentraban en el proyecto de ley. La presidenta de NCLR, Janet Murguía declaró: "Estamos profundamente preocupados acerca de algunos preceptos en este acuerdo, pero al final, el Senado votó hoy para colocar a millones de inmigrantes en camino a su ciudadanía en los Estados Unidos. Esto representa el mayor paso adelante en un debate que es vital para nuestra comunidad y para la nación".

Las organizaciones pro-inmigrante no querían oponerse directamente a los acuerdos asociados al partido Democrático. Los sindicatos, que proclaman ser los defensores de los trabajadores inmigrantes, actuaron similarmente. Ellos tienen su crítica tocante a los Demócratas, de eso se está seguro. Pero la última cosa que ellos quieren es exponer el carácter anti-trabajador del partido Democrático y de sus propuestas de inmigración, ya que ellos apoyan el sistema capitalista, así que ellos inevitablemente impulsan la trillada línea de que los trabajadores y las personas oprimidas deberían apoyar al "menos diablo", y éste siempre es el partido Demócrata.

Un eslogan común en la marcha masiva de la primavera pasada fue "hoy marchamos, manana votamos" pero un sector de los trabajadores inmigrantes ya habían caído en cuenta de que hay grandes problemas con ambos partidos dentro del Congreso – y esto se hará más evidente para muchos otros, en el futuro. Está en manos de los trabajadores revolucionarios el exponer la verdad acerca de los lideres pro-capitalistas y sus estrategias y adelantar una alternativa, que tenga sentido para la clase trabajadora. Es necesario construir una lucha para confrontar cualquier acuerdo que contenga ataques contra los trabajadores inmigrantes, de cualquier fuente proveniente, Demócratas o Republicanos o de ambos.

Estrategia capitalista de “divide-y-venceras”

Una idea muy básica, la unidad de la clase trabajadora y de los pueblos oprimidos, es urgente. En todas las sociedades capitalistas, una pequena minoría es duena de los medios de producción y de las ganancias provenientes de la explotación de la labor de los trabajadores. Unificados, la tendencia de la clase trabajadora sería la lucha por una vida decente para todos, lo cual es incompatible con el capitalismo. La poderosa lucha unificada de la clase trabajadora, podría inevitablemente demostrar la necesidad de la caída del capitalismo de una vez por todas. Ya que la clase trabajadora es la única clase con el poder de destronar al capitalismo, los capitalistas usan cada táctica posible de "divide-y-vencerás" para prevenir este desarrollo.

La división mayor de la clase trabajadora en los Estados Unidos ha sido el racismo, el cual ha sido utilizado para justificar la subordinación de los negros como una casta oprimida, eso por una parte. Por la otra, se dan privilegios relativos a los trabajadores de raza blanca. El capitalismo Americano fue construido sobre la explotación del pueblo negro, durante y después de la esclavitud. En el siglo 20, los Estados Unidos llegaron a ser la fuerza imperialista más poderosa del mundo. Su método de "divide-y-vencerás", ahora incluye también la brutal súper explotación de determinadas naciones extranjeras. Más aún, el imperialismo forzó la migración masiva de trabajadores inmigrantes a las orillas de los Estados Unidos. De manera tal que el imperialismo extendió la aplicación de su racismo también contra otras poblaciones de color entre los Estados Unidos. Las ideologías de racismo y chauvinismo nacional llegaron a estar entrelazadas, tanto abierta como subliminalmente.

Sin embargo, existe otra cara de la moneda. El imperialismo no solamente causa una resistencia dentro de las masas de las naciones oprimidas; sino que también lo hace dentro del proletariado en los Estados Unidos; especialmente cuando trabajadores inmigrantes asuman un papel muy importante en la lucha de clases de todos los trabajadores, puesto que toda la clase obrera tendrán que responder contra los ataques del capitalismo inevitablemente. Como Karl Marx denotó acerca del capitalismo en general, el imperialismo crea su propio enterrador.

Pero la unidad no es un proceso automático. Ésta depende en gran parte de la creación de un partido de vanguardia revolucionario de trabajadores; capaces de convencer a los companeros trabajadores, con el tiempo, de que el imperialismo es el enemigo y que los trabajadores deben unirse para vencer al racismo y al chauvinismo nacional. Tal vanguardia debe luchar al lado de sus companeros trabajadores en todas las luchas, siempre defendiendo la más gran unidad de clase y una estrategia revolucionaria. Hay que exponer como la dirección reformista restringe el potencial de la lucha contra el racismo y el chauvinismo

Un ejercito de reserva en los desempleados

Entre los factores materiales claves que el capitalismo necesita para su existencia esencial, es el incluir en su haber una estructura de desempleo, creando así lo que Marx llamó "el ejército de reserva de trabajadores", lo cual incluye a los trabajadores de bajos salarios. Las masas de trabajadores inmigrantes de bajos salarios en los Estados Unidos son de Latinoamérica, África, el Caribe y Asia, la gran mayoría provenientes del ejército de reserva internacional. Los trabajadores nativos a veces también tienen que aceptar trabajos de bajos salarios ya que la alternativa inmediata es terminar desempleados.

La ideología de que los blancos Americanos merecen más que los otros es utilizada para justificar el trabajo del sistema. El racismo y el chauvinismo son usados para atacar a toda la clase trabajadora, a pesar de que una rama de trabajadores, en especial los mejor beneficiados trabajadores blancos, no lo entienden y apoyan al sistema. En los Estados Unidos esta sección privilegiada, la aristocracia de los trabajadores, materialmente se benefician por el hecho de que los Estados Unidos es el poder central imperialista del mundo. Además éste puede proveer a la gente de la clase media y a los trabajadores aristocráticos una mejor vida que en otras partes del planeta; basado, en buena parte, en las ganancias que extrae de las naciones oprimidas del mundo.

Ahora, que una militancia proveniente de México y otros trabajadores inmigrantes respondiendo a la lucha ha salido a la palestra, la campana para inculcar la ideología de la superioridad del blanco y de América sobre los inmigrantes de naciones oprimidas, ha sido puesta en marcha de manera rampante. Las operaciones paramilitares de la extrema derecha como el Minutemen han estado dándose abiertamente contra la "invasión" masiva de inmigrantes. Estas operaciones se necesitan ser contrarrestada con una acción masiva de defensa donde quiera que sea posible. Pero todo un rango de políticos y otras autoridades, no solamente los paramilitares como los Minutemen, han estado trabajando contra los "invasores" inmigrantes, abierta y sosegadamente, siendo el objetivo el almacenar reacción contraria a la "marronización de América," (the "browning of America").

Todos los trabajadores necesitan de unidad interracial

La clase dominante no puede depender simplemente de la división entre trabajadores blancos y de color. Los jefes tienen la esperanza de mantener la sección de trabajadores mas oprimidos – negros, latinos y otros inmigrantes – luchando entre sí por una migaja del pan, en vez de estimular su unidad para luchar por una vida decente para todos. Recientemente los medios de comunicación han tenido un éxito particular en la competencia entre los trabajadores negros americanos e inmigrantes por empleos de bajos salarios. Mucho se ha hecho por reencender el fuego entre opiniones y hostilidades contra los trabajadores inmigrantes, incluyendo a la comunidad negra, con cierto éxito. Pero los trabajadores de color en particular no tienen nada que ganar al participar en manifestaciones de cualquier tipo que vayan en contra de los inmigrantes, quienes son, en realidad, chivos expiatorios.

De hecho, ya que los trabajadores negros, latinos e inmigrantes de otras nacionalidades han sido los más oprimidos dentro de este sistema, y por causa de historias particulares de luchas en estas comunidades, su unidad es la clave para poder cambiar la situación. Confrontados con el racismo, en general, los trabajadores de color son animados a ver más allá y a través de la hipocresía imperialista. El camino para unificar la lucha estará seguramente basado en la unión interracial de trabajadores negros, latinos e inmigrantes de otras partes del mundo, jugando un importante rol en la vanguardia.

Recapitulando, necesitamos una lucha unificada interracial de todos los trabajadores contra los ataques capitalistas, enfrentándonos inflexiblemente contra cualquier instancia racista o anti-inmigrante. Debemos rechazar todas las leyes que dividan la clase trabajadora entre legales e ilegales, luchando en vez por una amnistía inmediata y límpida, sin cabos sueltos, por la igualdad de los derechos de ciudadanía para todos los trabajadores inmigrantes, y con el fin de derrotar todas las restricciones anti-inmigrantes.

La lucha por estas políticas tiene que ser tomada por los trabajadores involucrados con las varias organizaciones de los derechos de los inmigrantes, así también como en los sindicatos, que son las instituciones más fuertes de la clase obrera del país. Los líderes populistas están siempre buscando limitar la lucha de los trabajadores, mientras que estos se ven inherentemente rendidos. Tales líderes pueden ser estimulados por los militantes a actuar en nuestro favor dentro de circunstancias específicas, y es necesario imponerles exigencias. Pero lo que es realmente necesario es utilizar la lucha adelantada para crear un partido de oposición de la clase trabajadora revolucionaria, la cual eventualmente puede reemplazar la corriente de liderazgo existente.

La ilusión de que en las venideras elecciones se cosecharán resultados positivos será barrida de inmediato. Las acciones de masas estarán en agenda muy pronto de nuevo. Los trabajadores de mente revolucionaria no solamente respaldarán una nueva ronda de protestas, sino que necesitarán unirse para imponer demandas que concuerden con las necesidades de los trabajadores, sobre todo "empleos para todos" y "programas masivos de industrialización" y de "trabajos públicos" para así proveer los buenos empleos y los servicios que todas nuestras comunidades necesitan.

La necesidad de una lucha de masas por tales genuinas y comprensivas exigencias también significa pelear para hacer que los sindicatos y otras reuniones de organizaciones pro-inmigrantes que apoyen cada una de las huelgas y luchas de los trabajadores hoy en día. Llamamos por un relanzamiento de la tan demorada lucha de la clase trabajadora. Dentro de la lucha, revolucionarios se harán campana para un paro general de todos los trabajadores en contra de los ataques del capitalismo. Siendo la militancia del movimiento como es, habrá oportunidades para concretar la intervención de los revolucionarios en la próxima manifestación a favor de huelgas de específicos sindicatos y argumentos por un paro general de los trabajadores inmigrantes.

La Liga por el Partido Revolucionario mantiene que las exigencias en pro de los beneficios para la entera clase trabajadora no pueden completarse u obtenerse en su totalidad en el capitalismo. Pero nosotros haremos todo lo posible por la unión de todos nuestros companeros trabajadores en la lucha y al mismo tiempo por la construcción de un nuevo liderazgo revolucionario. Tomaremos parte en cada esfuerzo realizado por la clase trabajadora en defensa de sus intereses, indiferentemente si nuestros companeros trabajadores comparten nuestro punto de vista sobre el capitalismo o no. Con el tiempo, más trabajadores y más jóvenes se convencerán de las perspectivas revolucionarias.

¡Trabajadores y personas oprimidas del mundo, únanse!

¡Iguales derechos para los trabajadores inmigrantes!

¡Fin a todas las restricciones para contra los inmigrantes!

¡Abajo el racismo y el chauvinismo!

¡Trabajo para todos!

¡Por un programa de trabajo público masivo!

¡La revolución internacional socialista es la única solución!

¡Construyamos el partido revolucionario de la clase trabajadora!

¡Recreemos la IV internacional!