Originalmente publicado en inglés por la Liga por el Partido Revolucionario (LRP-EEUU) en diciembre 1982.


Los trabajadores necesitamos la unidad internacional

La mayoría de los trabajadores hoy día no piensan que necesitan su propio partido político.

Al colapsar la economía capitalista entenderán la necesidad de tal partido en el futuro. Y muchos verán la necesidad de un partido internacional.

A través de la historia, la mayoría de la gente ha padecido de una escasez de alimentos y habitación mientras una minoría ha vivido rodeados de lujos. Entonces surgió el capitalismo y la industria. Durante el último siglo su impulso para obtener ganancias los llevó a subordinar a toda la humanidad a su sistema económico. Al trabajar a la gente hasta su muerte, el capitalismo desarrolló la tecnología, que es capaz de crear la abundancia para todos. Pero el capitalismo solo podía sobrevivir a expensas de los trabajadores, obligándolos a producir más y más, manteniéndolos al borde de la existencia. Y el capitalismo, mientras que siempre ha sido opresivo, se convirtió durante este siglo en un sistema plagado de depresiones, fascismo, y guerras mundiales.

Karl Marx señaló que solamente mediante la revolución socialista se podría alcanzar la abundancia para todos. Marx y sus seguidores fundaron la Primera Internacional de los trabajadores en el 1864. Pero las condiciones todavía no habían madurado para el socialismo y esta Internacional eventualmente se cayó.

Una Segunda Internacional que se convirtió mas extensa e fuerte se formó durante los 1880. El capitalismo no solamente edificó inmensas fábricas sino también creó una poderosa clase trabajadora mundial, que odiaba a los patronos y a sus lacayos políticos.

Para dividir a la poderosa clase trabajadora, el capitalismo le concedió mejores jornales e tratamiento a una sección de la clase trabajadora, a la aristocracia obrera. Los aristócratas laborales fueron convencidos de la idea de que sus enemigos eran los trabajadores peor renumerados, los trabajadores de otras razas e naciones oprimidos, en vez de los patronos. Dada la influencia de la aristocracia obrera, secciones principales de la Segunda Internacional defendieron a las diferentes naciones capitalistas durante la Primera Guerra Mundial. Los trabajadores de una nación fueron llevados a matar a sus hermanos e hermanas de clase de otras naciones.

Los revolucionarios en la Internacional, notablemente los bolcheviques rusos dirigidos por Lenin, se rebelaron contra esta traición. Lenin e Trotski dirigieron la revolución de los trabajadores rusos en el 1917; en el 1919 los bolcheviques se unieron a los trabajadores revolucionarios de alrededor del mundo para formar la Tercera Internacional, dedicada a la propagación de la revolución socialista a todos los países.

Ellos sabían que el socialismo solamente podría construirse sobre la abundancia, que solamente podía producirse al unir el poder industrial combinado de muchos países económicamente avanzados, y no de solamente un país atrasado. Ellos sabían que solamente la unidad internacional era capaz de frenar los ataques del capitalismo contra los trabajadores oprimidos. Se dieron revueltas en muchos países, pero había suficientes “privilegios” para evitar que secciones importantes de los trabajadores de Europa e EE.UU se unieran a estas revueltas.

Apareció una facción dentro de Rusia y la Tercera Internacional, que en vez de luchar a favor de la revolución internacional, rechazaban el internacionalismo proletario. Era dirigida por Stalin, que justificaba sus acciones con la teoria que el socialismo podía ser construido en un solo país. Logro alcanzar el liderazgo en Rusia y en la Internacional. En las manos de Stalin y sus seguidores, representando a la ascendente burocracia soviética, la Tercera Internacional dirigió mal e traicionó las revoluciones en la China e España, permitió que Hitler alcanzara el poder en Alemania, y la Rusia misma se encabezó hacia la restauración del capitalismo.

Todos los que continuaron su lucha a favor del socialismo revolucionario se agruparon alrededor de Trotski. Trotski y sus seguidores lucharon por lo que los marxistas siempre han entendido: que el desarrollo del socialismo requería la derrota del capitalismo internacionalmente: por lo tanto, la única política para mantener el poder proletario en Rusia tenia que ser una revolucionaria e internacionalista. Los trotskistas construyeron una nueva Internacional, la Cuarta, en el 1939. Pero ahora que el poder de la Rusia de Stalin se había unido a las otras naciones capitalistas, esta Internacional se mantuvo pequeña. La Tercera Internacional bajo el liderato de Stalin hizo un llamado a la guerra. Solamente la Cuarta Internacional retuvo una política revolucionaria y no se asocio a ningún poder imperialista durante la Segunda Guerra Mundial.

Trágicamente, Trotski fue asesinado bajo las órdenes de Stalin en el 1940 e parte del liderato trotskista murió durante la guerra. Mas tarde, incapaces de continuar su tradición revolucionaria, la Cuarta Internacional se disolvió en bandas de pretendientes a revolucionarios. Hoy por hoy, nosotros de la Liga por el Partido Revolucionario luchamos a favor de los puntos de vista políticos básicos de la Internacional de Trotski. Es por esta razón que la consigna central de la LRP es recrear la Cuarta internacional. Debemos reforzar el programa revolucionario internacional y recrear la organización que es necesaria e ganar a las masas de trabajadores a ella.

Hoy por hoy, el capitalismo esta borrando todas las pasados adelantos que los trabajadores habían adquirido. Masas de trabajadores internacionalmente se rebelan contra este sistema. Aun en los EE.UU, trabajadores altamente pagados como los más explotados e racialmente oprimidos están bajo ataque. Esto inevitablemente impulsará a un mayor número de trabajadores en una dirección revolucionaria. Los trabajadores deben luchar contra todos los esfuerzos del capitalismo a enfrentarlos contra los trabajadores de otras naciones, grupos étnicos e razas. Esto significa defender las luchas de liberación nacional contra el imperialismo pero siempre enfatizando la necesidad de la revolución proletaria socialista.

Existe solamente un paso entre el reconocimiento de la destructividad básica de capitalismo a la búsqueda activa a favor de una alternativa. Le exhortamos a todos los trabajadores que buscan luchar contra la pesadilla capitalista que en el presente nos obligan a vivir a unirse a nosotros para construir el liderato que necesita la clase trabajadora y la raza humana.

¡Recrear la Cuarta Internacional, partido mundial de la revolución socialista!