Un veredicto absurdo da a los policías racistas licencia para matar
Sin justicia no hay paz! Paralicemos Nueva York! Una vez más ha quedado claro que la vida de un hombre negro no tiene ningún valor en los EEUU. Los policías son libres de matar a la gente de color sin tener temor a las consecuencias. Ese es el mensaje dado por el absurdo veredicto de "no culpabilidad" del juicio contra los cuatro policías racistas que asesinaron a Amadou Diallo. No podemos dejarlos salirse con la suya! Millones de personas están furiosas por este veredicto y quieren resistirse a él. Sin embargo, muchos también recuerdan la revuelta ocurrida en Los Ángeles tras un veredicto similar para con los policías que apalearon a Rodney King. La revuelta consiguió un nuevo juicio para los policías pero nada más, y fue usada como excusa para reforzar la vigilancia policial. Por ello es entendible que muchas personas no deseen una nueva revuelta. Pero ello no significa que ellos no quieran y necesiten una respuesta violenta masiva. El tipo de pelea que es necesaria se puede ver facilmente repasando como conseguimos que se acuse de asesinato a los policías y como nuestro movimiento fue desviado desde ese momento.
¿Como pueden los policías y la justicia salirse con la suya?
La forma en que la justicia ha protegido a los cuatro policias asesinos es sólo la última prueba de que el terror racista no es un problema de unos pocos "malos policías" -- todo el sistema, desde la policía, hasta el gobierno, pasando por la justicia son racistas!. La policía no puede ser reformada. Ellos son los matones a sueldo de los capitalistas y su gobierno. Los policías que asesinan civiles desarmados casi nunca han sido acusados de asesinato. Los asesinos de Amadou Diallo nunca hubieran sido acusados sino fuera por la presión ejercida por las masas tras el crimen. Las autoridades asustadas acusaron a los policías de asesinato esperando mantener tranquila a la gente y convencerla de que la justicia se puede obtener desde dentro del sistema.
El problema es que desde ese momento, los líderes del movimiento anti-brutalidad policial han pasado a ser los complices del fiscal y de la justicia. El reverendo Al Sharpton y sus compinches del partido demócrata así como otros líderes de la comunidad, la iglesia y los sindicatos ganaron notoriedad a causa de su cerrada oposición a la brutalidad policial. En realidad, ellos han trabajado para prevenir que la movilización de las masas se tranforme en una lucha militante.
Casi tan pronto como las manifestaciones masivas en respuesta al asesinato de Amadou comenzaron, estos líderes trabajaron para bajar los decibeles de la protesta. Primero las movilizaciones fueron reemplazadas por acciones de "desobediencia civil" donde entre otros, políticos y celebridades se hacian arrestar en las puertas de las comisarias. Esto parecía mantener el tema candente, pero sin embargo sirvió para reemplazar a la movilizacion de miles de obreros negros, latinos e inmigrantes. Al mismo tiempo, los líderes sindicales de la ciudad, que conducen organizaciones con miles de trabajadores negros y latinos, utilizaron esto para desviar el fuerte resentimiento de los trabajadores para con los recortes presupuestarios del alcalde Giuliani. Para peor, ellos se quedaron de brazos cruzados cuando Giuliani intimó judicialmente a los trabajadores del transporte que querían ir a la huelga, para luchar por mejores salarios y proteger sus empleos, a pesar de la oposición de su dirección. Las conductas agresivas de Giuliani prepararon las condiciones para la conducta pro-policíaca de la justicia.
Una vez que se establecieron los cargos contra los policías no hubo ninguna manifestación más para mantener la presión sobre la justicia. Ni siquiera cuando el juicio fue trasladado desde el Bronx hasta Albany (primer paso para manijear el juicio) Sharpton convocó a una movilización de protesta. Cuando la fiscalía trató con guantes de seda a los policías acusados, él hizó otro tanto con la justicia convocando tanto sólo a jornadas de oración.
Nosotros, la Liga para el Partido Revolucionario (LRP), advertimos desde el principio los peligros de esta estrategia. Esta advertencia se ha probado acertada. Los métodos han conducido a un callejón sin salida. Recientemente otros activistas y miembros de la comunidad negra han comenzado a hacer criticas similares. Por ejemplo, Louis Clayton Jones, abogado de víctimas de brutalidad policial dijo recientemente "Este no es de ninguna manera el momento para jornadas de oración y demostraciones simbólicas". Para él esta estrategia "está calculada sólo para desviar la atención de las masas negras de la realidad de la vida y de la muerte" (Village Voice, 28/12/99). La cruda realidad es que esto ha desviado la lucha de las masas y permitido a la clase dominante salirse con la suya.
Que ha sucedido con "sin justica no hay paz"
Por muchos años el reverendo Sharpton ha encabezado movilizaciones bajo el lema "sin justicia no hay paz", pero ahora justo cuando no se hizo justicia tanto el como otros líderes están convocando a una respuesta pacífica. Ellos recomiendan dejar nuestra suerte en manos de una investigación federal que supuestamente desentrañará el asesinato de Amadou. Esto trata de evitar el reinicio de las luchas contra la racista brutalidad policial. Los antecedentes de investigaciones federales sobre brutalidad policial no son mejores que aquellos de las cortes locales. Incluso los políticos que reclaman una intervención de la corte federal admiten que su proposito principal es bajar los decibeles a la lucha. Lo peor de todo es que estos líderes trataran de canalizar nuestra lucha en contra del sistema hacia votos para su partido, el demócrata. Pero como los repúblicanos, el partido demócrata es un partido de "ley y orden racista". El presidente Clinton actúa como si fuese sensible al racismo, pero la mayoría de las políticas racistas y anti-obreras de Giuliani fueron diseñadas por Clinton -- más policías, la campaña "guerra a las drogas", los ataques al estado de bienestar, y el envío compulsivo de los desempleados a programas de trabajo esclavo. El reciente debate entre los candidatos demócratas Al Gore y Bill Bradley confirma esto. En él, ambos sólo discutieron sobre quien había hecho menos para combatir al racismo en su larga trayectoria política.
Sin justicia no hay paz
Las masas negras, latinas, de inmigrantes y obreros en su desesperada busqueda por líderes que se opongan a estos actos racistas eligieron a Sharpton y otros para encabezar la lucha. Es entonces necesario demandarles que realmente actúen. Debemos exigirle a él y a toda otra figura y organización que diga oponerse al racismo, desde NAACP (liga por el avance de la gente de color) hasta la Nación del Islam, desde las iglesias hasta los sindicatos, que movilicen a todos sus seguidores por una marcha multitudinaria hacia la sede del gobierno de Nueva York para protestar por la brutalidad policial. Una multitudinaria movilización desafiando a Giuliani y al comisionado de policía en sus propias narices mostraría que en lugar de rezar para que la corte haga justicia nosotros estamos preparados para pelear contra nuestros opresores buscando justicia. Esto prepararía el terreno para la clase de lucha que puede lograr alguna justicia para Amadou y hacer retroceder la creciente ola de brutalidad policial y de ataques racistas.
De la protesta a la huelga general
Las masas que quieren luchar contra la brutalidad policial racista tienen medios más eficientes para sacudir al sistema que simplemente movilizaciones. Como trabajadores somos nosotros los que hacemos funcionar la ciudad y llenamos los bolsillos de la clase dominate. Nosotros podemos usar esto para golpear a la clase dominante donde más le duele. Los capitalistas no escuchan al negro y al marrón, ellos escuchan al verde! Una huelga general en Nueva York afectaría sus ganancias y pondría de rodillas a Wall Street. Nosotros podemos parar la ciudad! Esta acción debería comenzar con un día de huelga general para protestar por esta injustica y el establecimiento del compromiso de tomar medidas similares cada vez que una atrocidad como esta ocurra en el futuro. Este es el tipo de medida que puede frenar a los policías asesinos. Veredictos de la justicia como este muestran que la policía no tiene nada que temer si tortura y mata gente de color. Si ellos supiesen que cada vez que estas atrocidades ocurran habría consecuncias masivas ellos estarían forzados a dar marcha atrás. La ameza de afectar su tasa de ganancia forzaría a la clase dominante a poner un bozal a su policía mercenaria.
Para hacer una huelga general necesitamos organizarnos. La lucha por la huelga general debe llevarse a cabo en todos lados, pero impresindiblemente en las organizaciones que pertenecen a la clase obrera, los sindicatos. Los líderes sindicales de esta ciudad jamás han movido un sólo dedo para movilizar a sus militantes en contra de la brutalidad policíaca. Pero los sindicatos representan una cantidad enorme de negros, latinos (ambos ciudadanos americanos) e inmigrantes que son las principales víctimas de la brutalidad policial. Sin embargo, ellos sólo escuchan a la aristocracia obrera compuesta principalmente por trabajadores blancos. La lucha contra la brutalidad policial no puede esperar a que los trabajadores blancos tomen la posta. Debemos presionar a los líderes sindicales para que actúen. De hecho cuando los trabajadores negros y latinos entren en acción, la mayoría de los trabajadores blancos despertarán y los seguirán.
Las protestas masivas que siguieron al asesinato de Amadou Diallo forzaron a muchos sindicatos a unirse a la lucha en contra de la brutalidad policial y a convocar para la última manifestación sobre el puente de Brooklyn. Sin embargo, no debemos hacernos ilusiones de que los líderes sindicales no se opondrán a la convocatoria a una huelga general. Pero si nos movilizamos masivamente con nuestros compañeros podremos forzarlos a convocarla. Los miembros de la LRP que particapamos en diversos sindicatos, desde trabajadores viales hasta trabajadores de la salud, como delegados de base, representantes sindicales y militantes, continuaremos luchando por el llamado a una huelga general en contra de la brutalidad policial y llamamos a otros militantes a unírsenos y llevar esta lucha adelante.
Los ataques racistas y el sistema que los alimenta
La estrategia que nosotros presentamos acá esta basada en un analisis que no se hace ilusiones en la policía y la justicia. Cada vez que la policía comete una atrocidad racista se nos dice que es un error de "la manzana podrida". Nosotros siempre hemos sabido que eso es una mentira. La brutalidad policial racista es un producto inevitable del sistema en el que vivimos. En esta sociedad capitalista dominada por unos pocos que se enriquecen explotando a la clase trabajadora, los gobernantes esconden la naturaleza del sistema dividiendo y manipulando a las masas. El racismo es la clave de todo esto. Obviamente, la burguesía trata de poner a los blancos en contra de los negros y los latinos. Llevar a la gente de color a las peores condiciones de pobreza y explotación conduce a que los blancos se sientan afortunados de no pasarla tan mal.
La represión policial es fundamental para mantener a la gente de color oprimida y no es ninguna coincidencia que cuando los capitalistas buscan explotar más a la clase obrera, se incremente la brutalidad policial. Para incrementar su tasa de ganancias la clase dominante está perpretando una serie de ataques a la clase trabajadora que incluyen recortes en el presupuesto de salud y educación, una reducción del estado de bienestar y el reemplazo de los trabajos fijos por trabajos eventuales mal pagos. Para incrementar aún más la explotación de toda la clase obrera, la burguesía busca convertir a los negros, latinos e inmigrantes en una suerte de mano de obra superexplotada y ellos saben que mantener a la gente de color en un estado de intimidación permanente, demasiado acobardada para luchar, es esencial para ello. Esto es lo que hay detras de las políticas de "ley y orden" de los republicanos y demócratas y el aumento de la brutalidad policial.
Esto explica porque cada uno de los diferentes intentos de reformar la policía, desde los Comités Civiles de Control hasta los planes de discriminación positiva, fracasaron en su intento de frenar la brutalidad policial. La brutalidad racista está enraizada en la naturaleza misma de la policía americana. Pero la estrategia de acción de masas que nosotros proponemos puede forzar a esta a desmontar su campaña de terror y ganar otras conseciones de la clase dominate. Más aún, una campaña de lucha puede demostrar a los trabajadores el poder que ellos tienen como clase, el poder de derrotar a este sistema y construir un mundo nuevo libre de explotación y opresión.
La revolución socialista es la única solución
Hay una alternativa real al capitalismo. Hace ya mucho que la economía mundial desarrolló la tecnología y la fuerzas productivas necesarias para producir en abundancia todo lo que necesitamos. La carencia de viviendas, el hambre y toda otra forma de sufrimiento son innecesarias. El problema es que la economía permanece en las manos de los capitalistas. La producción no está encausada a satisfacer las necesidades de las masas sino para el beneficio privado. Mientras esto continue así la humanidad seguirá dominada por la injusticia y la opresión y será conducida hacia crisis económicas aún peores y guerras sangrientas. Pero la economia no puede ser reorientada a través de reformas. Los capitalistas han construido su aparato estatal de policía y ejército para proteger al sistema de las luchas de las masas. Si bien podemos ganar batallas importantes, necesitaremos una revolución hecha por la clase obrera, armada y organizada en todo el mundo, para tomar el poder y constriur una sociedad libre de explotación y opresión. Tras esta, un estado obrero planificará la produción hacia las necesidades de las masas. El trabajo será dividido entre todos los obreros, eliminando el desempleo. Las nuevas tecnologías que hoy son usadas por los capitalistas para reeemplazar obreros y crear desempleo serán utilizadas para liberar a los trabajadores de los trabajos más duros y acortar la jornada de trabajo.
Los capitalistas usan los bajos salarios y los altos precios para hacer que los trabajadores compitan unos contra otros incrementando así el nacionalismo, el racismo, el sexismo y la homofobia. En un mundo de plenitud, la base material de todas las formas de opresión será destruida y una sociedad verdaderamente humana de paz y libertad surgirá.
Construir el partido revolucionario de la clase obrera
La clase obrera tiene el poder de tirar abajo el sistema, pero no podemos dejar que nuestra lucha permanezca bajo el control de los políticos del partido demócrata. Todos ellos defienden al sistema capitalista e inevitablemente nos traicionarán. Los trabajadores y jóvenes politicamente más concientes deben unirse en un partido revolucionario que lleve nuestras luchas inmediatas hacia adelante y convenza a nuestros compañeros trabajadores sobre la verdadera naturaleza del sistema y sobre cómo podemos destruirlo. Con boletines como este y con nuestra revista, Proletarian Revolution, -- y en reuniones y grupos de estudio -- luchamos para ganar nuevos militantes para la lucha por el socialismo. Unítenos en a lucha diaria contra los ataques capitalistas y por la construcción del liderazgo revolucionario que nuestra lucha necesita. No tenemos tiempo que perder!
Justica para Amadou Diallo
Para general contra el terror policial
Por la autodefensa de las masas
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