Boletín de la League for the Revolutionary Party (Liga por el Partido Revolucionario)–Junio 1997
El ataque de la Junta de Educación Superior de la Ciudad de Nueva York contra los estudiantes de Hostos y otros colegios comunales, a través del exámen de asesoramiento escrito de CUNY, es la última ronda en una campaña de veinte años de duración cuya finalidad ha sido sacarle el corazón a la educación superior de los estudiantes de la clase trabajadora. En estos momentos los estudiantes Latinos son el blanco preferido de ataque. Pero a la misma vez, los programas de estudios Negros y Latinoamericanos son diezmados a lo largo del sistema universitario de CUNY. En la ciudad, los políticos republicanos y demócratas encubren los asesinatos de la policía, en su mayoría victimas Negras y Latinas. Nacionalmente, los ataques de Clinton contra los inmigrantes y los recipendiarios del welfare tienen el efecto de intensificar la atmósfera racista.
CUNY es solamente uno de los tantos blancos del asalto generalizado de la clase dominante contra las masas explotadas y oprimidas. El resultado de dicho ataque masivo ha sido desde el punto de vista social devastador. En estos momentos, los vecindarios urbanos sufren unos niveles de desempleo, pobreza, y desamparo a nivel de depressión económica; las enfermedades prevenibles se diseminan y la juventud no logra adquirir su educación. Clinton, Pataki, y Giuliani empeoran la situación al destruir el welfare, y cesantear a decenas de miles de trabajadores sindicalizados.
Contrario a las aseveraciones bién intencionadas de los profesores que luchan contra los ataques de la Junta de Educación Superior, la crísis presupuestaría no es un “artefacto político”. Las ganancías de las corporaciones han aumentado, pero esto no se debe a ningún alza de la productividad: es el resultado de un ataque de decadas contra el estandar de vida de la clase trabajadora. La clase dominante capitalista sabe que un súbito aumento de la lucha de clases, en las fábricas y en las calles, provocaría una caída de sus frágiles ganancias.
La estrategía principal de estos es dividir para conquistar. Utilizan un llamado racísta levemente encubierto hacia los Blancos para justificar los recortes. Los políticos de ambos partidos hacen denuncias contra el welfare, el crímen en los vecindarios, y los inmigrantes (palabras racistas encubiertas para describir a los Negros y Latinos) como los causantes de nuestros problemas. Pero de hecho los jornales sindicalizados, el seguro social, y el Medicare también se encuentran amenazados. La clase trabajadora en su totalidad se encuentra amenazada, y por esto la clase dominante utiliza el racismo para parar la unidad de todos los trabajadores y los oprimidos contra ellos.
Los exámenes de asesoramiento de destrezas fueron inpuestos por vez primera durante la decada de los setenta, a la vez que le ponian fín a la educación superior gratuita en la ciudad de Nueva York, los administradores liberales que sentian la presión de los capitalistas al final del boom de ganancias pos- Segunda Guerra Mundial. Los examenes nunca tuvieron una verdadera justificación pedagógica; fueron ampliamente reconocidos como una imposición política de la clase dominante que comenzaba a verle menos importancía a la necesidad de una fuerza trabajadora bién educada.
No es ninguna coincidencía que estas movidas surgieron al poco tiempo de la victoriosa y arduamente luchada batalla por las admisiones abiertas; por primera vez estudiantes Negros y Latinos entraron a CUNY en numeros que eran mas acordes a sus respectivas proporciones en la clase trabajadora de la ciudad de Nueva York. La misma decada fue testigo de la primera ronda de recorte de todos los servicios públicos. De igual manera, desde entonces los salarios de la clase trabajadora han sufrido el mas fuerte ataque y como resultado han disminuido constantemente en terminos reales. El racismo ha sido un arma fundamental en los ataques a tráves del tiempo.
En la decada de los noventa, los capitalistas encaran una crísis mas profunda y aumentan la presión para exprimirle más aún a la clase trabajadora. Bajo los gobernadores Cuomo y Pataki, la matrícula ha sido aumentada a tal punto que solamente son necesarios los subsidios del estado para cubrir menos de la mitad del presupuesto operacional de CUNY. Por esa razón Pataki y Giuliani han asignado a gente como Paolucci y Badillo quienes estan mas que dispuestos a hacer cumplir nuevos y cuantiosos recortes de gastos. Y ahora la Junta debe realizar mas recortes; la “defensa de los estandares” es otra vez una excusa muy útil.
El reclamo de que los estudiantes no estan adquiriendo la educación que ameritan es muy real. La enseñanza del íngles como segunda lengua, la redacción y las matemáticas a personas que han cursado escuelas elementales y secundarias muy mal financiadas, requieren de clases más pequeñas y una gama de otras facilidades. Los problemas generados por veinte años de recortes no se resolverán mediante maniobras reaccionarias dirigidas a llevar acabo más recortes aún.
Existe un gran potencial de lucha departe de los trabajadores, los estudiantes y los oprimidos. También existe un enojo generalizado en la clase trabajadora, especialmente entre la juventud, que puede ser mobilizada mediante una lucha unificada. Con los ataques aumentando particularmente contra los Negros y Latinos y generalmente contra la clase trabajadora, una protesta en CUNY puede expandirse a una lucha general contra el racismo y la austeridad. Nosotros estamos de acuerdo que es necesario a esos fines que el movitniento adopte una estrategia que se sostente en la unidad de la clase trabajadora.
Hace escasamente dos años, las protestas de decenas de miles de trabajadores de la salud y estudiantes de CUNY mostraron que dadas la oportunidad, las masas de trabajadores y estudiantes lucharán. Pero estas luchas fueron sofocadas por los dirigentes que las entregaron a las fauces del partido demócrata. Dennis Rivera del Sindicato 1199 y varios otros politicos liberales argumentaban a favor de viajecitos a Albany contra la acción de las masas como la manera correcta de triumfar. Fue esta clase de manera de pensar que nos dio a Clinton y los presupuestos de austeridad de Pataki y los democratas.
La clase dominante se esta saliendo con la suya–con su ataque generalizado–por que los dirigentes oficiales de la clase trabajadora, desde los cabecillas de los sindicatos hasta los máximos dirigentes pro-capitalistas Negros y Latinos, no han mobilizado a las masas contra los ataques llevados acabo por los políticos demócratas e republicanos y los poderosos negociantes. Ellos han sofocado y saboteado todos los intentos de lucha.
Estos maldirigentes tienen el poder necesario para mobilizer a millones y parar no solamente a Nueva York sino a todo el país en resistencía contra esto ataques generalizados. En su lugar ofrecen varias palabras críticas, o una que otra tibia protesta y luego mandan a todos a sus hogares a escribir una inútil carta a los políticos locales. Estos “dirigentes” hacen estos por que estan atados al sistema capitalista mediante sus posiciones de privilegio. Achican las luchas de los trabajadores a lo que ellos piensan que le conviene al sistema capitalista, y no hasta donde es verdaderamente necesario para la clase trabajadora. Por eso cuando el capitalismo esta en crísis y necesita atacar a la clase trabajadora para su propia sobrevivencia, ellos solamente pueden estar de acuerdo con el llamado al sacrificio de parte de los trabajadores y le ruegan a los patronos a que “compartan el dolor”.
Uno de los máximos peligros en estos momentos es la amenaza de desviar las luchas hacia campañas pasivas dirigidas a presionar al gobernador, el alcalde y a la Junta a cambiar sus planes–entonces para sentarse a esperar a votar a favor de demócratas liberales en las próximas elecciones. La historia ha mostrado que ésta estrategía es inútil. Solamente mediante una lucha masiva se podrá ponerle fín a los ataques, y los demócratas no son ninguna alternativa: cada gran ataque propuesto por los republicanos tiene un precedente en las políticas de Clinton, Cuomo o Dinkins. Los democratas no son el “mal menor” sino socios reales de los republicanos en la tarea de llevar acabo los intereses de los capitalistas.
Los trabajadores y estudiantes no podrán lanzar una lucha efectiva previo a la construcción de un liderato alterno que no tenga ataduras a los capitalistas y esté dispuesto a seguir la lucha hasta sus últimas consequencias. Esto significa un liderato revolucionario que este comprometido con el derrocamiento del capitalismo y su reemplazo con una sociedad construida por y para las masas de trabajadores y oprimidos.
Una existencia humana verdadera y libre de explotación, pobreza, y opressión es posible. Las fuerzas productivas del mundo han alcanzado a tal punto que todas las formas de necesidad–desde la inanición hasta el desamparo–pueden ser eliminadas, y la humanidad podrá disfrutar de una sociedad de abundancia y paz. El futuro aterrador que nos reserva el capitalismo puede ser evitado. Pero esto requiere de una revolución proletaria (de la clase trabajadora) para derrocar a los capitalistas y a su estado de policías y soldados–y construir en su lugar un estado obrero con las masas de explotados y oprimidos al mando, dirigiendo la sociedad a sus propios intereses, planificando la economía para que produzca sus necesidades y no para ganancias. Este es el camino hacia la sociedad sin clases comunista, distanciado por mundos del colapsado e falso socialismo de la Rusia y Europa Oriental estalinista que explotaba a la clase trabajadora por los intereses del capitalismo estatizado.
Sin embargo, aunque las condiciones sean propicias para un socialismo genuino, la gran mayoría de los trabajadores y estudiantes no se dan cuenta del potencial revolucionario de su clase. Pero por medio de la experiencía adquirida en las luchas de masas contra los ataques, la clase trabajadora podrá adquirir lecciones revolucionarias–si existe el nucleo del partido revolucionario combatiendo en cada lucha y momento para demostrar la linea de marcha, las tareas inmediates y la meta final del derrocamiento del capitalismo.