Comenzando el 27 de diciembre, Israel desató un infierno sobre Gaza. Ya en su segunda semana, la cantidad de muertos alcanza los mil, la gran mayoría civiles (incluyendo a cientos de niños) – asesinados por las bombas y misiles israelíes dirigidos contra áreas densamente pobladas y utilizando aviones y municiones provistas por los norteamericanos. Miles más han sido heridos. Israel le ha disparado intencionalmente a hospitales, escuelas y mezquitas, haciendo todo lo posible por no únicamente matar sino también destruir lo que queda de la vida normal de los vivos.
Esta masacre ocurre posterior al bloqueo aéreo, marítimo y por tierra que Israel le ha impuesto a Gaza a partir de a mediados del 2007, que ha tenido como resultado el empobrecimiento y el hambramiento de millón y medio de los residentes de lo que de hecho es el campamento penal mas grande del mundo. Muchos de los heridos también morirán como consecuencia directa del bloqueo que es responsable de la terrible escasez de alimentos básicos, agua, electricidad y medicina.
Varios israelíes han sido asesinados por la resistencia palestina. Responsabilizamos al gobierno israelí por las muertes y heridas sufridas por los palestinos e israelíes. La matanza en progreso es solo la última atrocidad contra el pueblo palestino a manos de Israel. La mera formación del estado poblador–colonial fue un crimen, fundado como fuera con el abierto saqueo del territorio. En efecto, Israel es capaz de sobrevivir únicamente como un puesto de avanzada extremadamente subsidiado por el imperialismo – reprimiendo a la población palestina, encarcelando y asesinando a los que se resistan. Estas son las consecuencias del establecimiento de un estado exclusivamente judío en el corazón del mundo árabe, y a estas alturas hasta los historiadores israelíes han reconocido la gran limpieza étnica que fue necesaria para poder fundar a este estado. Para el millón de palestinos que viven dentro de las fronteras israelíes del 1948 y los cinco millones que viven fuera de ella no habrá justicia ni paz mientras exista el estado de apartheid israelí definido racialmente.
La clase trabajadora y los pueblos oprimidos del mundo comparten un interés común con los palestinos para ver a Israel y sus socios mayores imperialistas derrotados. Para fundir una lucha unificada de la clase trabajadora internacional contra el capitalismo, los trabajadores de los países imperialistas deberán aliarse con los pueblos oprimidos en todas las confrontaciones contra el imperialismo. Cada golpe contra los imperialistas en el extranjero beneficia también a los trabajadores de los países imperialistas, debilitando a sus clases dominantes y haciéndolos mas vulnerables a las luchas de masas domésticamente. Nosotros los trabajadores comunistas de la League for the Revolutionary Party (LRP) declaramos claramente que a pesar de nuestra oposición política al gobierno Hamas, estamos parados firmemente a su lado contra el asalto. Con el propósito de derrotar a los invasores, nos oponemos a los ataques contra los civiles no-colonos que únicamente le dan excusas al estado sionista para su desenfrenada masacre.
Similar a los EE.UU. en Irak, las excusas de Israel para su ataque son una retralija de mentiras. Israel justifica sus ataques basándose en que Hamas es una organización “terrorista”. Pero los ataques de proyectiles de Hamas contra poblados aledaños israelíes no se pueden comparar con los tanques, proyectiles y aviones israelíes, las armas aterrorizantes de la guerra industrial moderna. Israel denuncia a Hamas de violar el cese al fuego, pero Israel viola todos los ceses al fuego y resoluciones de la ONU, llevando acabo asesinatos e incursiones militares mientras extiende su bloqueo de hambre.
Israel hace blanco contra todo el pueblo palestino. En efecto, el año pasado Matan Vilnai, el Vice Ministro de Defensa de Israel, les prometió a los palestinos de Gaza un “shoah” – la palabra hebrea para el holocausto nazi que asesinó a millones de judíos en los años cuarenta. El nombre es acertado – ya que Gaza es el Gueto de Varsovia de hoy día y Israel repite la política nazi del castigo colectivo.
El baño de sangre en Gaza esta diseñado para aplastar las esperanzas de los palestinos a favor de la independencia y los derechos humanos en su país. Los dirigentes israelíes están en desacuerdo sobre si su meta final debería ser la limpieza étnica mediante la remoción forzada de toda la población palestina – o simplemente la profundización de la presente política de apartheid, restringiendo a los palestinos en cada vez mas pequeños bantustanes y el saqueo de su tierra para entregarla a mas colonos. En cualquiera de los casos, Israel no desea la paz: esta dedicada al hostigamiento constante y ataques terroristas para intimidar y sojuzgar a los palestinos, tanto en Gaza como en la Riviera Occidental.
Otras razones para los ataques son aumentar las oportunidades de la coalición de partidos gobernantes en los próximos comicios electorales—y sin duda para recobrar algún prestigio tras la severa derrota que le propinó Hezbollah en la guerra del Líbano en el 2006. Los ataques han sido planificados a tiempo para crear “hechos sobre el terreno” antes a que la administración Obama tome el poder en los EE.UU., ya que los halcones israelíes temen que Obama los va a achicar con una cadena más corta que Bush. Pero Barack Obama, la herramienta leal del imperialismo norteamericano, se encuentra sin equivocación a su lado. El ha estado “monitoreando de cerca” la situación – y ante los asesinatos en masa su silencio significa aprobación. En cualquier caso, su portavoz ha anunciado que él está con Israel junto a su designada Secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Esperanzados en expulsar o destruir a Hamas, Israel favorece al notoriamente corrupto Partido Fatah del presidente palestino Mahmoud Abbas que tomó el control de la Riviera Occidental después que Hamas obtuvo una mayoría en las elecciones parlamentarias palestinas del 2006. Fatah fue una vez designada una organización terrorista por los EE.UU. e Israel. Ahora es una herramienta imperialista acomodaticia que sofoca la resistencia contra la ocupación israelí. Mientras que ha habido demostraciones contra el sangriento ataque israelí en varias ciudades israelíes incluyendo una marcha de sobre 10,000 en Tel Aviv el fin de semana pasada, Fatah ha prohibido cualquier acción pro-Hamas en la Riviera Occidental y únicamente a varios cientos se les ha permitido protestar contra Israel. Aun con un régimen acomodaticio, Israel continúa tomando terreno palestino, y expandiendo los asentamientos ilegales en la Riviera Occidental y permitiéndoles a sus colonos aterrorizar a los palestinos con impunidad.
Durante mucho tiempo los nacionalistas y stalinistas les han dicho a los revolucionarios que la OLP de Fatah era el representante legítimo de los palestinos y no podían ser criticados. Ahora que Fatah sirve como la guardia de los sionistas, el campo ha sido entregado a Hamas que por lo menos hasta ahora no sean han hecho voluntarios para controlar las masas a favor del imperialismo. Hemos mantenido siempre que la burguesía palestina era muy dependiente del imperialismo y muy temerosa de las masas para derrocar el dominio sionista. La traición de Fatah es otra confirmación del método de revolución permanente de Trotsky: la única solución a través de la región es la revolución obrera.
También son cómplices en la opresión de los palestinos la burguesía de los regimenes árabes, sobre todo Mubarak de Egipto que colabora con Israel para mantener cerrados los portones de la prisión de Gaza. Hezbollah e Irán, con toda su retórica, no han hecho nada para suplirle armas que sean capaces de infligirles verdadero daño a los invasores. Hamas también rehúsa armar a la gente que gobierna. No es de sorprendernos que las protestas de las masas a través del mundo árabe hayan denunciado a Mubarak y a los otros gobernantes árabes colaboracionistas como a Israel.
No existe solución para los palestinos en las exhortaciones y suplicas al imperialismo o a sus agentes que controlan a la ONU. Contrario a los partidarios del orden imperialista que denuncian la “violencia de ambos lados” y hacen un llamado a favor de un cese al fuego entre Hamas e Israel, nosotros tomamos el lado con la resistencia palestina contra la ocupación racista e imperialista. La única solución que va a llevar la paz y justicia a los pueblos de la región, incluyendo a los judíos, es el derrocamiento del estado sionista – la genuina democracia es incompatible con la existencia del estado racialmente excluyente de Israel. El estado obrero palestino garantizará todos los derechos democráticos incluyendo el derecho de retorno de los palestinos y sus descendientes expulsados por los sionistas.
Sin embargo, los palestinos solos no son capaces de derrotar a Israel – no poseen las suficientes fuerzas para derrocar a un estado que goza del apoyo total del imperialismo. Pero sus luchas heroicas lo pueden convertir en la vanguardia del derrocamiento revolucionario por las masas del Medio Oriente de sus clases gobernantes sometidas al imperialismo. La vía a la libertad palestina comienza con el descadenamiento de la clase trabajadora de la región de sus dirigentes burgueses – y de los dirigentes religiosos islamistas cuyas agendas socialmente reaccionarias invalídesen la lucha de clases, la única esperanza para las masas.
La clase trabajadora ya despierta en Egipto donde victoriosas huelgas de decenas de miles de textileros en Mahallah han demostrado la fuerza de la clase. Y en Irán, miles de trabajadores han encarado la cárcel por luchar contra la privatización y los derechos sindicales. La crisis económica global requiere de más unidad y acción obrera. Estas luchas pueden expandirse y profundizarse hasta presentar un verdadero reto revolucionario a los gobernantes neocoloniales de la región y hasta al mismo Israel, si los trabajadores de mas alta conciencia de clases logran construir partidos revolucionarios que sean capaces de demostrarle a sus compañeros de trabajo que la causa de su opresión es el sistema capitalista imperialista y que la revolución socialista es la única solución. La meta debe ser una republica obrera palestina desde el Rió Jordán al mar como parte integrante de la federación socialista del Medio Oriente.