Cada año miles de trabajadores haitianos son capturados en redadas y expulsados de la República Dominicana. En 2005, turbas histéricas de linchadores quemaron chozas y mataron a decenas de haitianos. Ahora, el director del servicio de migración dominicano, Carlos Amarante Baret, ha declarado que la presencia de migrantes haitianos es “inaguantable”, y que esto debe ser un tema de prioridad para el presidente Leonel Fernández en su tercer mandato, que se inicia el 16 de agosto. Se trata de una amenaza de expulsiones a escala masiva.
Entretanto, la xenofobia desencadenada por los mandos gubernamentales puede instigar motines sangrientos. Poco después de la declaración de Amarante, fueron incendiados por amotinados las casuchas de trabajadores agrícolas haitianos en el pueblo de Azua luego de una riña que terminó en tiros.
Organizaciones haitianas y dominicanas de Nueva York están cooperando para protestar contra la expulsión de haitianos de la República Dominicana. Reivindicamos la solidaridad obrera haitiana y dominicana en contra de los ataques racistas. Toda persona presente en la República Dominicana, así como en los Estados Unidos, debe tener plenos derechos iguales.
Al contrario de lo manifestado por dirigentes del gobierno dominicano, gran parte del millón de personas de ascendencia haitiana que residen en República Dominicana llevan años y hasta décadas de habitar en el país. Muchos fueron traídos para laborar como trabajadores esclavos en los campos azucareros. Hoy sectores enteros de la economía dominicana, en particular en la construcción, dependen del trabajo oneroso de los trabajadores haitianos. No obstante, ahora están amenazados con expulsiones masivas.
Bajo la Ley General para las Migraciones, aprobado por el congreso dominicano en 2004, a los niños nacidos en el país cuyos padres carecen de los documentos “legales” requeridos se les niega la ciudadanía y hasta el derecho de asistir a la escuela. Un circular de la Junta Central Electoral ordena a los funcionarios a no emitir certificados de nacimiento para niños cuyos padres no pueden dar constancia de residencia legal. Este decreto sólo se hace valer contra los haitianos. Los dominicanos que han protestado en su contra han sido blanco de secuestros y amenazas de muerte.
Los empresarios dominicanos, haitianos y norteamericanos han ganado millones de dólares de la explotación del trabajo barato de los haitianos y dominicanos. Duramente golpeados por las alzas de precios de alimentos y tarifas del transporte público, el 9 de abril los trabajadores dominicanos hicieron un paro general pidiendo aumentos de salario y una reforma agraria. Al mismo tiempo en Haití, las protestas contra la carestía y falta de comida sacudieron el país, donde los manifestantes fueron acribillados por las tropas de “mantenimiento de la paz” de la ONU.
Funcionarios del gobierno dominicano azuzan el racismo al culpar a los migrantes haitianos por la pobreza que sufren los trabajadores dominicanos, de la misma manera que en los EE.UU. se les acusa a los migrantes de “robar empleos norteamericanos”. Esta búsqueda de chivos expiatorios tiene el propósito de dividir a la clase obrera internacional.
En los EE.UU., decenas de miles de migrantes de origen latinoamericano, asiático y del Medio Oriente han sido deportados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el cual, en muchos caso, ha separado a los niños de sus padres. Los mas de 400.000 inmigrantes haitianos y 600.000 dominicanos residentes en la Ciudad de Nueva York bien pueden comprender la angustia de los haitianos de larga residencia en la República Dominicana quienes ahora se enfrentan con una ola de persecución.
Convocamos a todos los defensores de los derechos de los inmigrantes a unírsenos el jueves, 7 de agosto, para exigir:
Iniciativa para la Solidaridad Haitiana y Dominicana Contra las Expulsiones
Apoyan: Centro Cultural Orlando Martinez (NY); Comité de Homenaje a los Heroes y Heroínas de la Patria; Grassroots Haiti (NY); Grupo Cultural Haitiano Granchimen (Brooklyn); Fuerza de la Revolución; Grupo Acción Patriótica (GAP); Internationalist Group; “Lakou Nouyok” (Programa radial haitiano, Brooklyn); League for the Revolutionary Party; Mirabal Sisters Cultural and Community Center (NY); Osiris Mosquea; Movimiento por la Construcción. del Partido Socialista Dominicano (MCP-PSD); Movimiento Independencia, Unidad y Cambio (MIUCA); Movimiento Pro Patria (MOPA); N. Padina; Padre Luis Barrios (St. Mary’s Episcopal Church); Progressive Haitian Committee (KAP) (Boston); Voluntariado Político Ciudadano.