Declaración de la Liga por el Partido Revolucionario (LRP-EEUU), el uno de mayo 2007
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¡Derrotar a los ataques capitalistas antiobreros e racistas!
¡A movilizar el poder de los trabajadores inmigrantes!
¡Las luchas mundiales muestran la necesidad de la revolución socialista!
Las masivas demostraciones el año pasado en Los Ángeles, Chicago, y a través de los EE.UU. demostraron el enorme poder que pueden presentar los trabajadores inmigrantes unificados en lucha. Lograron parar la aprobación legislativa de la viciosa ley anti-inmigrante Sensenbrenner que hubiese criminalizado a los inmigrantes indocumentados. Pero desde ese momento las luchas han mermado a manos de lideratos engaños mientras la clase dirigente ha lanzado una nueva ronda de ataques anti-inmigrantes.
En meses recientes, fuerzas de choque federales de ICE (Imposición de Inmigración y Aduanas -- Immigration and Customs Enforcement) han arrestado a miles de inmigrantes, mediante redadas de terror en las fábricas a través del país. El congreso federal prepara una nueva ley de inmigración que es abiertamente hostil a los inmigrantes. Un paro laboral el pasado Noviembre en la fábrica gigante de procesar carnes de cerdos Smithfield en Tar Heel, Carolína del Norte, enseñó el poder de los trabajadores para resistir; pero la huelga terminó después de ganar una breve dilación en los ataques. Los patrones de Smithfield desde entonces han despedidos más de 500 trabajadores, permitiendo que más hayan sidos arrestados para deportarlos y reanudando el acosamiento de activistas sindicales.
La causa de estos retrasos se debe al descarrilamiento del momento de las luchas vivas por unas estrategias de dependencia en el “proceso político” capitalista departe de los dirigentes pro-capitalistas de las mismas luchas de los inmigrantes a saber, los oficiales sindicales, los dirigentes religiosos, los cabecillas de las organizaciones inmigrantes, y políticos de ambos partidos políticos. Estos individuos desalientan las acciones de masas y cuando las masas se ponen en movimiento estos dirigentes engañosos las llevan hacia un apoyo electoral pasivo de los políticos capitalistas, casi siempre demócratas. Les dijeron a los manifestantes la primavera pasada, “Hoy marchamos, mañana votamos”. El resultado ha sido que las luchas como la de Smithfield han quedado rezagadas y los demócratas que ahora controlan el congreso federal se unen a Bush y a los republicanos encabezando nuevos ataques anti-inmigrantes.
La lucha mundial requiere una dirección revolucionaria
Las protestas del año pasado se dieron en el marco de masivas protestas a través de América Latina que presentó un nuevo y poderoso reto a la dominación y superexplotación imperialista en el tal denominado Tercer Mundo. En las demostraciones en los EE.UU., se podían ver trabajadores de todo el mundo, particularmente de América Latina y el Caribe -- y sobre todo de México, donde el verano pasado millones se movilizaron en la Ciudad de México para protestar contra el fraude electoral, y miles se alzaron en rebelión en Oaxaca.
Detrás de estas luchas yace la incapacidad del capitalismo de ofrecerle a los trabajadores y oprimidos del mundo nada que no sea una creciente explotación y pobreza, dictaduras y guerra. Tanto las victorias obtenidas mediante la acción de masas y los rezagos debido a dirigentes sindicales y dirigentes inmigrantes procapitalistas que contuvieron las luchas contra los ataques anti-inmigrantes demuestran que los trabajadores en los EE.UU. tienen la misma necesidad de una nueva dirección igual a los trabajadores del resto del mundo. Nosotros los trabajadores necesitamos construir nuestro propio partido político obrero revolucionario, comprometido con mostrar el camino de avance en las luchas masivas de hoy en día. Tal demostración de fuerza sentaría las bases para el futuro derrocamiento del capitalismo y la construcción de la sociedad comunista sin clases, de abundancia y libertad.
Policías y políticos atacan a los inmigrantes
La nueva ley impulsada por los demócratas, titulada STRIVE (Seguridad mediante una inmigración regularizada y una economía vibrante -- Security Through Regularizad Immigration and a Vibrant Economy), revive una gran parte de la ley Sensenbrenner. Pide que se construyan más cercas fronterizas, más guardias y cárceles, y más apoyo federal a favor de acciones policiales locales y estatales contra los inmigrantes; legislan y crean nuevos crímenes, como la evasión de la imposición fronteriza, la reentrada luego de la deportación y la posesión de documentos falsos. Le exige a inmigrantes con visas expiradas retornar a sus países de origen con el propósito de solicitar la residencia legal, y aumenta las multas a los patrones que empleen a trabajadores indocumentados.
Otras provisiones están diseñadas para vestir la ley de tal forma que aparezca beneficiosa para los inmigrantes -- al ofrecerle vías a la residencia legal, o hasta la ciudadanía, para los trabajadores indocumentados y algunos de sus familiares. Pero deben certificar que no tengan antecedentes penales, pagar multas y honorarios altos, y someterse a largos procedimientos burocráticos. También, hay en la ley una condición que permite a cientos de miles de trabajadores “invitados”, denominados “nuevos trabajadores” o “no-inmigrantes condicionales”, que encaran una lista de condiciones que los atan como rehenes a sus patrones. Estos trabajadores necesitan ofertas de empleo antes de entrar al país por periodos de hasta seis años; no se le permitiría mas de 60 días de desempleo; se verían obligados a esperar durante 5 años para ser elegibles para una residencia permanente o ciudadanía. Las supuestas protecciones -- otorgándole a los trabajadores inmigrantes salarios corrientes y previniendo su utilización como rompehuelgas -- son garantías sobre el papel que fácilmente se violan en el mundo real, especialmente debido a que la ley no garantiza la protección sindical. Obviamente, la ley STRIVE excluye la importantísima reforma que todos los inmigrantes indocumentados desean -- una amnistía inmediata e incondicional.
En síntesis, STRIVE es una ley anti-inmigrante viciosa dirigida a reforzar la situación de los inmigrantes como trabajo barato. Que los demócratas liberales apoyen este ataque no es un accidente. Los demócratas son el ala “liberal” del sistema capitalista que es inherentemente racista e imperialista. Como todos los políticos capitalistas, la meta de los liberales consiste en mantener y aumentar las ganancias, que requiere de una fuerza trabajadora obediente y desesperada. Mientras que los republicanos conservadores rara la vez se interesan en los inmigrantes, los demócratas tradicionalmente han buscado los votos de los trabajadores y los oprimidos -- por esa razón se ven obligados en ofrecerle únicamente en apariencia algunos beneficios. Su especialidad consiste en parar los movimientos sociales con promesas de beneficios alcanzados mediante el proceso electoral y los grupos de presión legislativos. En cuanto el movimiento social pierda empuje, los políticos capitalistas lanzan sus contraataques; las redadas de ICE y STRIVE son el resultado.
¿Que yace detrás de los ataques contra los inmigrantes?
Debido a las condiciones desesperadas imponidos a sus países de origen y la discriminación que sufren en los EE.UU., los inmigrantes se concentran en los trabajos de más baja paga, los más duros y peligrosos -- inclusive en trabajos que una vez fueron sindicalizados y de buena paga, como las industrias de la construcción y de los mataderos de carne. Los capitalistas le extraen superganancias del trabajo de los trabajadores inmigrantes. Y al tratar de obligar a los trabajadores inmigrantes a competir con los trabajadores nativos, los capitalistas intensifican la explotación de todos.
Esta táctica divisoria se ha hecho más importante para los patronos, ya que la clase trabajadora ha crecido tanto en cantidad como fuerza. Unida en la lucha, la clase trabajadora será una gran amenaza para los capitalistas. Especialmente en los EE.UU., la clase dominante ha alentado el racismo con el propósito de dividir a la clase trabajadora y para oprimir e superexplotar a los trabajadores de color, comenzando con la gente negra durante y después de la esclavitud. Al transformarse los EE.UU. en un poderío imperialista, extendió su superexplotación a las gentes de color oprimidas en el extranjero.
El arma de “dividir y conquistar” se ha convertido cada día más necesaria, dada la creciente crisis de la economía norteamericana y global. Los patronos se han percatado que los trabajadores desesperadamente pobres de los países “tercer-mundistas”, (muchos de los cuales han sido desplazados por el saqueo y la dominación imperialista), pueden servir como una fuerza de trabajo alterna a los trabajadores nacidos en los EE.UU. quienes tienen expectaciones de altos salarios y beneficios.
Los trabajadores inmigrantes de color son victimas tanto de discriminación racial como de discriminación nacional. La superexplotación del trabajo inmigrante ha aumentado las ganancias y ha exacerbado las divisiones dentro de la clase obrera. El uso masivo del trabajo inmigrante ha aumentado la competencia, no únicamente con muchos trabajadores blancos racistas e chovinistas nacionales sino también con los trabajadores negros norteamericanos, quienes encaran cortes salariales y perdidas de empleo mayores aun y por ende se sienten especialmente amenazados.
Estrategia revolucionaria para la lucha inmigrante
La estrategia capitalista ya ha comenzado a ser contra-producente. Trabajadores inmigrantes, dada su militancia y conciencia internacional, poseen un gran potencial para adelantar la lucha de todos los trabajadores y oprimidos en este país. Con o sin documentación, los inmigrantes son parte indiscutible de la clase obrera norteamericana. Son la mayoría o casi mayoría en industrias importantes como la los mataderos, los servicios y también de la construcción. Una huelga de todos los inmigrantes en la industria de los mataderos, por ejemplo, dejaría a la totalidad del país sin carne.
Tampoco luchan siempre solos los inmigrantes. La mayoría de los protestantes en Smithfield eran inmigrantes, pero muchos trabajadores negros y algunos blancos se unieron también a la huelga. Los trabajadores tienden a luchar junto a los que luchan por si mismos. Por esta razón algunos trabajadores nacidos en los EE.UU. se dan cuenta de que la única manera para sobreponerse a la utilización de los pobres trabajadores inmigrantes con el propósito de reducirle sus propios salarios es mediante la lucha conjunta. El potencial para la lucha conjunta se encuentra particularmente fuerte entre los trabajadores negros, que conocen muy bien que significa luchar contra la opresión racial.
Pero para realizar este potencial significa una lucha consciente a favor de una nueva e combativa estrategia para las masas trabajadoras inmigrantes. Los trabajadores inmigrantes más militantes e conscientes de clase deberán luchar a favor de demandas que reflejen genuinamente sus intereses especiales. Estas incluyen: ¡Alto a las redadas de ICE en los lugares de trabajo y a todos los ataques policiales contra los inmigrantes! ¡Amnistía completa, inmediata e incondicional para todos los inmigrantes! ¡Derechos iguales para los inmigrantes! ¡Alto a todas las restricciones a los inmigrantes y refugiados!
A la misma vez, los inmigrantes deberían verse así mismos como los que demuestran el camino a seguir para toda la clase obrera norteamericana. A pesar de una larga historia de racismo, temprano en la década de los setenta muchos trabajadores blancos siguieron el liderato de los trabajadores negros durante huelgas militantes. Ahora los trabajadores inmigrantes también pueden dirigir al presentar demandas dirigidas a defender los intereses de todos los trabajadores y oprimidos: ¡Empleo para todos a salarios decentes! ¡A favor de cuido de salud y educación de calidad e gratuita para todos! ¡A favor de un programa masivo de obras publicas para reconstruir las ciudades! Tales demandas no resuenan al momento entre las masas de trabajadores norteamericanos. Pero se harán mas y mas populares en la medida que la clase obrera comienza a movilizarse en luchas a favor de sus intereses. A pesar del hecho de que no han desatado luchas de masas durante años debido al sabotaje de los burócratas sindicales y los políticos del partido demócrata, se tornan airados en la medida que pasa el tiempo y poseen una enorme historia de lucha de clases.
Las demandas que cumplen con las verdaderas necesidades de los trabajadores hoy en día no se lograran mediante el voto a favor de políticos capitalistas “del mal menor”. La victoria requiere de luchas de masas activas, que incorporen el poder que poseen los inmigrantes como bloque masivo de trabajadores que mantienen al sistema operando. Significa demostraciones y huelgas de masas. Significa construir una lucha a favor de una huelga general para defenderse de los ataques capitalistas.
Para desatar y sostener tal lucha requiere de organizaciones obreras de masas. En el presente, esto significa principalmente las uniones obreras. En ellas se encuentra una minoría decreciente de la clase obrera pero todavía cuenta con millones de miembros; sus éxitos más recientes en el pasado inmediato ha sido reclutar a trabajadores inmigrantes. Pero la lucha tampoco se puede limitar a las uniones obreras; se va a necesitar de igual manera la creación de nuevas y mas amplias organizaciones de masas de trabajadores y oprimidos.
Organizar y sustener tal lucha requiere organizaciones de las masas trabajadoras. Hoy en día las organizaciones principales de este tipo están los sindicatos. Ellos incluyen una minoría disminuyenda de la clase trabajadora, pero todavía tienen millones de militantes. En sus exitos mayores en los años recientes organizaban los sindicatos a grandes números de trabajadores inmigrantes. Pero la lucha no se encierra en los sindicatos. Esa también exigirá la creación de nuevas organizaciónes más amplias de las masas trabajadoras y oprimidas.
Todo esto requiere de una lucha a favor de un nuevo liderato. Los dirigentes del momento de las organizaciones de trabajadores y oprimidos son traidores a la causa que reclaman representar. La mayoría de las figuras religiosas activas y dirigentes de organizaciones como el Consejo Nacional de la Raza Unida (NCLRU) llevan a cabo unas funciones como intermediarios entre sus seguidores oprimidos y la clase capitalista. Igual a los burócratas sindicales de alto rango, le sacan altos salarios y privilegios a estas faenas y por lo tanto son sustentadores naturales del sistema.
Estos dirigentes engañosos tienen una variedad de actitudes hacia las propuestas de STRIVE. El NCLRU acepta a regañadientes el programa de trabajadores “invitados” a cambio de supuestas vías más fáciles a la residencia legal. El liderato de la AFL-CIO no quiere un programa de trabajadores “invitados”. Tampoco lo quiere la Hermandad Internacional de Tronquistas, miembro de la otra federación obrera, Cambio para Ganar. La SEIU, también parte de Cambio para Ganar, parece pensar que un programa de trabajadores “invitados” le ayudara a aumentar sus miembros cotizantes. Pero todos ellos estuvieron de acuerdo en parar las luchas masivas del año pasado y de esta manera permitieron a sus aliados del partido demócrata a impulsar el ataque STRIVE. Quieren que los trabajadores se mantengan fuera de las calles y líneas de piquetes lo más posible, y en vez depositen su fé sobre ellos y los políticos capitalistas.
Los trabajadores no pueden ignorar los lideratos engañosos de hoy en día. Tenemos que demandar de estos el comienzo de la movilización de luchas serias aunque enfade a sus amigotes en los partidos capitalistas. Los trabajadores conscientes de clase entienden que los burócratas sindicales y otros solamente harán esto bajo gran presión de las masas y sabotearán las luchas en cuanto que puedan. En el proceso de construir estas luchas y desenmascarar a los dirigentes de hoy en día, los trabajadores más políticamente conscientes conectarán con los trabajadores revolucionarios y conseguirán la audiencia y el apoyo de los otros trabajadores. De esta manera se convertirán en el liderato alterno de las masas.
Tal liderato tendrá que ver la revolución socialista como la única alternativa real a las miserias que le inflije el capitalismo a las masas inmigrantes y a todos los trabajadores. El capitalismo no tiene básicamente nada que ofrecerle a los inmigrantes que no sea STRIVE o ICE o algo peor. Cualquier concesión que se logre bajo el sistema será únicamente de carácter temporero. El liderato revolucionario tendrá que asumir la forma de un partido obrero revolucionario internacional unificado.
Existe una marea ascendente de lucha en el mundo contra la opresión capitalista imperialista y local, la mayoría de la cual se centra en América Latina. Los trabajadores pueden aprovechar y aprender de sus experiencias, tanto aquí como en sus países de origen, que el capitalismo es un sistema cruel y en bancarrota que necesita destruirse. Serán parte clave del partido revolucionario de vanguardia.
¡Alto a las redadas de ICE y todos los ataques a los inmigrantes!
¡Amnistía completa, inmediata e incondicional para los inmigrantes!
¡Derechos iguales a los inmigrantes!
¡Cero restricciones a los inmigrantes y refugiados!
¡Trabajadores de todos los países, uníos!
¡La única solución es la revolución socialista!
¡A crear de nuevo la Cuarta Internacional, partido mundial de la revolución socialista!
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