Esta declaración fue escrito por la Liga por el Partido Revolucionario (LRP-EEUU) el 13 Septiembre 2001. Es endosada por la Organización Comunista por la Cuarta Internacional (OCCI-COFI). Es originalmente en inglés, y también hay una traducción rusa.
La clase obrera de Nueva York, la principal victima del ataque terrorista del martes sobre el “World Trade Center,” (Centro de Comercio Mundial) y sus parientes y amigos alrededor del mundo, vierten lagrimas amargas sobre la devastadora perdida de vidas que ha sufrido. De hecho mientras escribimos esta declaración, algunos de nosotros lamentamos la perdida de cariños, y ofrecemos nuestros esfuerzos para aliviar la situación en la ciudad de Nueva York. Sin embargo buena parte de la clase obrera y las masas pobres del mundo inevitablemente ven este ataque, junto con el ataque al Pentágono, como un soplo contra el imperialismo americano – una venganza por los horrores que viene forjando sobre ellos. Esta contradicción es la que urgentemente deben entender y resolver los trabajadores y el pueblo oprimido en todos lados.
Los trabajadores norteamericanos están justifica e intensamente enojados por el asesinato de sus inocentes hermanos y hermanas. Claramente aquellos inmediatamente responsables por los ataques son los terroristas. Pero George Bush y el resto de la escoria que gobierna los Estados Unidos están enojados por una razón diferente. Alguien los humillo; ¡Su posición como el terrorista mas poderoso y aparentemente invencible del mundo ha sido desafiado! Nueva York recibió una prueba de lo que el pueblo de Bagdad, Belgrado y de otras partes han sufrido en una escala mucho mayor de las manos del Ejercito de Estados Unidos. Rápidamente, Bush y Cia. intimaron, las masas extranjeras recibirán una contestación sangrienta que empequeñecerá las atrocidades del pasado y restablecerá al único que tiene el “derecho divino” de emprender asesinatos masivos en el planeta. El Terror gobierna el planeta, y Bush quiere dejar claro quien es el que va a ejercitarlo.
Los trabajadores norteamericanos están en lo cierto al odiar a sus enemigos y en querer venganza por la masacre. El pacifismo es una indulgencia que solo necios privilegiados pueden abrazar. ¡Pero los trabajadores deben reconocer quien es su mayor enemigo mortal!
El imperialismo de EEUU compele a las masas del mundo a vivir en condiciones de pulverizadora pobreza, explotación y opresión, y da fuerza a esas condiciones a punta de pistola. Los terroristas responsables del ataque no representan los intereses de las masas oprimidas del mundo, aunque se aprovecharon del justo odio al Imperialismo de EEUU para conseguir apoyo. Mientras apuntaron un soplo contra el imperialismo, su desprecio por las vidas humanas perdidas refleja su despreocupación por la vida de todas las personas. De hecho esta confirmado que muchos inmigrantes árabes que estaban trabajando en el World Trade Center están muertos. Pero nada de esto puede permitirnos cegarnos sobre el hecho de que el imperialismo de EEUU creo las condiciones que motivaron este ataque. Para ser breve, los soberanos capitalistas de los EEUU son responsables del terror que están ahora pagando a tan horrible precio los trabajadores americanos.
En los EEUU, el único ganador en los eventos recientes es la clase gobernante. Los capitalistas serán ahora capaces de arar mas billones en el Ejercito en escudos antimisiles y “defensas” convencionales. Por supuesto, esto apunta principalmente a estrechar el dominio de Washington sobre el resto del mundo. Sin embargo, los obreros y pueblos oprimidos de los EEUU deben reconocer que dicha “defensa” vendrá también a costa de los fondos para programas sociales, medicinales y educacionales. Los políticos también verán de hacer pasar nuevas leyes para corroer nuestros derechos democráticos.
Mas que simplemente ser responsable por esta tragedia por crear las condiciones que le dieron motivo, el imperialismo de EEUU parece ser mucho mas directamente responsable. Recordemos que Timothy McVeigh, que condujo el coche bomba del edificio federal en Oklahoma City, matando 168 personas en 1995, no solo recibió su entrenamiento militar en el ejercito de EEUU. También le dieron su psicotico descuido por las vidas humanas inocentes. McVeigh no escondió el hecho de que durante la guerra del golfo participó en la masacre de las tropas iraquies rendidas, y se unió a otros al usar escavadoras para enterrar vivos a otros cientos. Su indiferencia a la perdida masiva de vidas humanas al volar el edificio al que atento le fue enseñado por el ejercito de EEUU, que asigna la fría etiqueta de “daños colaterales” a semejantes matanzas.
El caso de Osama Bin Laden, identificado como el principal sospechoso detrás de estos recientes ataques, es todavía mas llamativo. Bin Laden no desarrolló su especialización en terrorismo, sus masivos recursos y redes de comunicación del aire. Usó su porción de su fortuna familiar para jugar un rol dirigente en el Mujahedin Afgano, la fuerza militar fundamentalista islámica que emprendió una guerra contra el régimen apoyado por los soviéticos en Afganistán. A lo largo de estos esfuerzos, junto a otras fuerzas Mujahedin, recibió un masivo apoyo militar, organizativo y financiero del gobierno de EEUU, a través de la CIA.
Así también lo hicieron las fuerzas armadas de los Talibanes. Fueron llamados como “luchadores de la libertad” por la Casa Blanca durante la guerra con el gobierno apoyado por los soviéticos de Afganistán. Ahora gobiernan sobre el país de un modo brutal y son señalados por EEUU como el Estado líder en promover el terrorismo.
La historia es básicamente la misma en los casos del Panameño Manuel Noriega, el Iraqui Sadam Hussein y el Serbio Slobodan Milosevic, otros tres dictadores apoyados por EEUU que luego probaron tener intereses no fidedignos a los intereses imperialistas estadounidenses.
El imperialismo de EEUU dio fuerza a los intereses de las corporaciones norteamericanas a lo largo del mundo por medio de su propio poderío militar o de sus “amistosos” dictadores. Es el imperio mas sangriento de la historia. Washington es muy justamente odiado a lo largo del mundo por su reino de terror. Se lo desprecia especialmente por su defensa de los colonos israelíes que despliegan su terrorismo contra el pueblo palestino. Ahora, el mayor criminal de guerra de Israel, el primer ministro Ariel Sharon tendrá una oportunidad aun mayor de devastar a las masas palestinas. La política israelí de terror masivo, el asesinato de lideres palestinos y la destrucción de comunidades enteras que estaban siendo incluso desagradables al gusto de los grandes imperialistas del mundo. Pero con una nueva cobertura para sus políticas brutales, la clase gobernante de Israel se posiciona para lograr el mayor beneficio de los recientes ataques terroristas.
Estos terribles ataques solo pueden dar pienso a los mas reaccionarios y racistas manejos contra la clase obrera del imperialismo. En el momento en que escribimos, todavía no ha habido reportes definitivos señalando a que organización o que país es responsable por los secuestros de aviones y los ataques suicidas que crearon el desastre. Washington esta frecuentemente señalando a los “terroristas islámicos” alrededor de Bin Laden y amenazando a cualquier “Estado bribón” que los proteja. Probablemente el blanco para el contraataque sea Afganistán. Los imperialistas usarán el hecho que los brutales gobernantes Talibaneses de ese país son tan despreciados en todo el mundo como una justificación para hacer llover el terror sobre las masas Afganas. Al hacer esto, estarán enviando nuevamente un mensaje a los obreros y campesinos en todos lados: acepten su condición de opresión y explotación o nosotros liberaremos sobre ustedes toda la fuerza de nuestra asesina maquinaria militar.
Los recientes ataques terroristas han impulsado el fervor patriótico a tal grado que mas trabajadores americanos estarán dispuestos a apoyar las acciones militares de EEUU. El “síndrome de Vietnam” de oposición popular a las acciones militares arriesgadas que ha desalentado al Pentágono a realizar mas sangrientas aventuras en el extranjero, ha sido ahora dejado de lado.
Es el deber internacionalista de cualquier comunista revolucionario y de cualquier obrero con conciencia de clase ponerse de pie contra esta marea patriótica. Debemos denunciar y luchar contra las movidas imperialistas de EEUU tendientes a lanzar una ola de terror contra las masas de medio oriente y de Asia central. Y debemos defender a la gente árabe en este país que están enfrentando ataques racistas.
Antes de estos ataques terroristas, la economía de EEUU estaba tambaleándose al borde de unirse al resto del mundo en la depresión económica. La crisis de rentabilidad capitalista que derrumbo los regímenes stalinistas capitalistas estatizados de Este al final de los 80 ha trabajado a su manera en el resto del mundo. Ha sido retardado en los EEUU solo por la super explotación de las masas del “Tercer Mundo” internacionalmente a través de los reembolsos opresivos de la deuda, intensificando la super explotación y la dominación del mercado, y domesticamente por la austeridad, e inflando rápidamente el globo de beneficios ilusorios en las bolsas. Pero dichas políticas solo pueden retrasar la erupción de la crisis – pero no pueden prevenirla.
Ahora los recientes ataques terroristas, con el resultado de cerrar largas porciones de la economía del país por días, incluyendo la bolsa y el transporte aéreo, puede ser “la gota que derrame el vaso” – el empujón final que envíe a la economía a la recesión. Los obreros no deben ser engañados en los intentos de echar la culpa a los atentados de las penurias económicas. Ellos solo revelaron la decaída económica que acechaba bajo la superficie a la economía de EEUU.
La clase gobernante de EEUU no quería estos ataques terroristas, pero no pudieron llegar en mejor momento par ellos. Cuando la mentira del “triunfo del capitalismo” estaba siendo expuesta, tienen un evento para culpar por la caída económica. Cuando se tenían que preparar para llamar a los obreros a sacrificarse en orden a aumentar las ganancias de las corporaciones en el “interés nacional”, se les presento una tragedia sobre la cual generar un sentimiento nacionalista. Cuando tenían que expandir e intensificar su dominación y explotación de la economía mundial, se les ha dado un pretexto para extender su poderío militar. Y cuando ellos deben dar fuerza a una austeridad mayor a las masas con políticas que inevitablemente apuntaran sus mas fuertes ataques a los negros y latinos corriendo el fuerte riesgo de encender una contraofensiva, se les dieron medios para reunir apoyo entre aquellos menos atados al imperialismo de EEUU.
La estabilidad capitalista de EEUU apoya sobre una estrategia de dividir y conquistar que inevitablemente utiliza el racismo y el chovinismo nacional. En los años recientes, el racismo contra los negros ha ido en aumento, lo demuestra la brutalidad empleada por la mercenaria policía empleada por el estado de la clase gobernante. La hostilidad contra los inmigrantes se desarrolla a medida que la economía se hunde. Ahora, el fanatismo anti árabe, un veneno ya extendido, esta levantándose a un extremo mas alto. Los ataques a los árabes en EEUU están creciendo. En Nueva York, muchos de los trabajadores y empleados asesinados eran negros, latinos, asiáticos y árabes. En las calles, no solo entre los trabajadores blancos, sino también entre aquellos que mas sufren en esta tierra racista, los sentimientos anti árabes se han convertido en un lugar común. La guerra de todos contra todos ha sido llevada mas allá por la masacre. Todos los obreros sufrirán las consecuencias – los obreros de color mas que todos. Y los capitalistas llorarán en todo su camino al banco.
Vivimos en un mundo agarrado entre aquellos que emprenden guerras bajo los estandartes de rivalidades religiosas. Los fundamentalistas islámicos buscan engañar a las desesperadas masas antiimperialistas del mundo para que se enlisten bajo sus estandartes que proclaman que están luchando contra Satan. La Casa Blanca, defendiendo la explotación, se declara ella misma la vanguardia del “bien” en la lucha contra el “mal”. Ambos lados demandan la bendición de una deidad sobrehumana para justificar actos anti humanos de grotescas proporciones. Solo la renovación de la lucha de la clase obrera conciente y la acción revolucionaria de las masas pueden derrotar al imperialismo vampiro, la causa de nuestra miseria, y prevenir las catástrofes mayores que se preparan.
A los obreros en el neo colonial “tercer mundo”, las victimas mas oprimidas y superexplotadas del imperialismo de EEUU, les decimos: están en lo justo al odiar a aquellos que los bombardean, torturan y los humillan, toman su tierra y su agua y la misma comida de su mesa. Están en lo correcto al contraatacar. Pero sus enemigos no son los trabajadores de los EEUU sino los imperialistas y sus ejecutores locales que nos explotan a todos.
A la clase obrera en Norte América, nosotros en la Liga por el Partido Revolucionario (LRP-EEUU) les decimos: abran sus ojos y vean por que “nuestro” país es tan denostado que millones alrededor del mundo pueden identificarse con actos como estos. No dejen que el común enemigo de todos los trabajadores, la clase gobernante de EEUU, use estos terribles eventos para cegarlos con prejuicios patrióticos por una país que los capitalistas han tomado de nosotros y lo han usado para oprimirnos a nosotros, las personas que creamos la riqueza que ellos embolsan.
Nosotros, como los obreros revolucionarios de todas partes, desdeñamos el ocultar nuestras ideas. Luchamos bajo el estandarte comunista revolucionario que proclama que “¡El mayor enemigo es nuestra propia clase gobernante!” Esto no es en ningún lugar mas cierto que aquí en EEUU, en el vientre de la bestia imperialista. La manera de echar fuera la pesadilla de la creciente crisis imperialista es la revolución obrera que derroque a los capitalistas y construya una sociedad sin clases de abundancia y libertad. La lucha demanda la dirección de un partido político revolucionario e internacionalista de los obreros con mayor conciencia de clase del mundo, una re creada Cuarta Internacional. En el curso de las semanas y meses por delante, lucharemos contra la marea patriótica y haremos todo lo que podamos para defender a las masas de Asia central y Medio Oriente del asalto imperialista. Y a lo largo de esta lucha, constantemente levantaremos el llamado para crear el partido revolucionario que nuestra clase tan urgentemente necesita.