28 de marzo de 2012


El asesinato de Trayvon Martin
y la lucha contra el racismo


¿Cuál es la ventaja de haber electo al primer presidente afro americano cuando en la realidad nosotros no podemos proteger a nuestros hijos? — Rev. Mark Thompson, durante una manifestación por Trayvon Martin en Sanford, Florida el 22 de marzo.


Martin caminaba por la calle en el barrio de su padre, cuando Zimmerman, quien “patrullaba la vecindad”, le disparó a quemaropa – arrebatándole la vida instantáneamente. El joven negro Martin estaba desarmado y aun así para colmo de colmos Zimmerman le declaró a la policía que se sentía “amenazado” por la mera presencia de Martin. ¡Y la policía lo dejó irse sin siquiera tomarle huellas digitales algunas ni peor aun confiscarle su arma! El alegato de Zimmerman es del todo contradictorio y se evidencia en las grabaciones de su celular y las llamadas al 911 que Zimmerman era el principal agresor de esta confrontación. En estos momentos, a un mes del vicioso asesinato, este criminal racista continúa suelto bajo libertad jurídica.

A las pocas semanas del asesinato de Trayvon, activistas dieron a conocer más ampliamente la noticia abriendo paso a que esta desconcertante injusticia llamara la atención a nivel nacional. Durante las últimas semanas se han suscitado protestas de miles de enfurecidas personas en Florida y a través de todo el país. La creciente indignación nacional de las masas finalmente obligó a las autoridades locales, estatales y federales a pronunciarse sobre el asesinato. Pero ya era muy poco lo que se podía hacer: ya era demasiado tarde.

Las protestas continuarán. Si la lucha logra imponer el castigo al autor del crimen y anular las leyes “Defiéndase por completo – Stand Your Ground”, las cuales estimulan el vigilantismo, sería victoriosa y podría impulsar la lucha a un plano mayor. Sin embargo, esa posibilidad sería una rara excepción a la regla general. La policía una vez más ha elegido como blanco y atacado a los negros, en particular a la juventud negra. La brutalidad policíaca y el vigilantismo callejero van de la mano, a pesar de que la policía no siempre declare estar oficialmente a favor de la actividad de los vigilantes.

El racismo en Estados Unidos en la actualidad

El asesinato de Trayvon Martin demuestra una vez más que el racismo sigue profundamente arraigado en la sociedad norteamericana a 150 años de la abolición de la esclavitud y a casi 50 de la nulidad de las leyes de segregación Jim Crow en el sur del país. A pesar de la elección de un presidente negro la realidad racial no ha cambiado. Por ejemplo, las encarcelaciones de hombres negros y Latinos están a niveles récord. Como un aspecto de esta cruda realidad, Michelle Alexander ha dicho: "Más hombres afro americanos están en prisión o en libertad condicional bajo palabra que la totalidad que fueran esclavizados para el 1850, anterior a que la Guerra Civil tuviese sus comienzos"

Todos los sectores de la clase trabajadora han sufrido durante la actual crisis económica. Pero la gente de color han sido las que más han sentido su impacto; se ha visto devastada desproporcionalmente por el desempleo, los recortes de los servicios sociales y las ejecuciones hipotecarias. Las tasas de desempleo, especialmente para los jóvenes de color, se han disparado, y las ejecuciones hipotecarias representan por sí solas para los negros y Latinos las pérdidas de riqueza más grandes de la historia moderna del país – con más de 200 mil millones de dólares en tan sólo pocos años.

Muchas personas albergaban la esperanza de que el presidente Obama enfrentara esta situación pero en la realidad fue otra – quedando el primer mandatario indiferente tanto ante la abismal desigualdad racial como la opresión. De hecho, a la altura de tres semanas y media posterior al asesinato de Trayvon Martín, Obama no había emitido ninguna declaración pública sobre el caso. Finalmente, se vio obligado a expresar su solidaridad con la familia de Martín el 23 de marzo, señalando que "Si yo tuviera un hijo, se parecería a Trayvon." Pero dos días más tarde, su principal asesor, David Plouffe, se hizo el desentendido y negó que Obama considerara el asesinato de Trayvon Martin como un crimen racista.

El capitalismo acrecienta el racismo

A diferencia de Obama, la gran mayoría de la gente de color (y multitudes de otras razas en los EE.UU. y a través del mundo) reconocen el carácter racista de este asesinato sin la menor duda. El asedio permanente de las masas negras se complementa con el crecimiento de la injusticia contra otros sectores oprimidos. Una cifra récord de sobre 396,906 inmigrantes fueron deportados el pasado año, el tercer año consecutivo que se lleva acabo una campaña de deportaciones bajo la sombrilla de los "Secured Communities" de la administración Obama. La política de Obama le ha dado luz verde a la policía de muchas ciudades para que consideren "culpables” a todo aquel de piel morena o hispano parlante. Paralelamente, la actividad del vigilantismo contra los inmigrantes ha crecido de forma alarmante.

Los musulmanes han sido blanco de ataques selectivos; como lo ha demostrado el reciente escándalo de espionaje de parte de la Policía de Nueva York contra dicha comunidad. De igual manera que los negros y Latinos son señalados como criminales, los musulmanes son típicamente estereotipados de “terroristas”. Igualmente, militares norteamericanos recién regresados de las guerras de Irak o Afganistán llevan acabo como venganza por los hechos ocurridos en el extranjero, asquerosos ataques racistas.

El trasfondo de estas atrocidades se puede encontrar en el hecho de que el sistema capitalista para continuar su existencia – se basa en el racismo. El capitalismo que se fundamenta en el dominio de una pequeña minoría, la burguesía, explota a la inmensa mayoría, a la clase obrera. Si todos los trabajadores se uniesen en lucha contra sus explotadores, los capitalistas serían derrocados y perderían su poder y riquezas. Temiendo esta posibilidad y en su afán para evitarla, la clase capitalista utiliza el divide y vencerás como estrategia dirigida a evitar precisamente que los trabajadores se unan. La estimulación del racismo, junto al chovinismo nacional y una gama de actitudes reaccionarias entre la sociedad, han demostrado ser un medio sumamente eficaz para dividir a los trabajadores. En momentos en los cuales el sistema se encuentra sumido en una profunda crisis, la clase dominante desesperadamente trata de aumentar sus tasas de ganancia y lo logra a través de una escalada de ataques contra los trabajadores y oprimidos del país, a la par, que intenta mantener su posición dominante como la principal potencia imperialista superexplotadora de los pueblos de todo el mundo.

La crisis de dirección de la clase obrera

El pueblo negro y Latino viene sufriendo esta crisis y los ataques de los imperialistas – peor que los blancos. Hasta el momento existe dirección política alguna entre las comunidades negras y Latinas que haya construido un movimiento de masas para luchar contra el doble peligro de la combinación de los ataques racistas y económicos. Al Sharpton, el comentarista de televisión, ha sido un político del Partido Demócrata durante largo tiempo siendo en el presente uno de los mayores defensores de Obama. Se ha desplegado como uno de los líderes más sobresalientes de las protestas contra los excesos de la represión policial tales como el asesinato de Trayvon Martín. Pero a pesar de que denuncia al Partido Demócrata por no haber hecho nada durante las últimas décadas para ponerle un alto a la brutalidad policíaca o lo responsabilice de otros males de la sociedad capitalista, este individuo no hace más que cumplir el insignificante rol de expresar indignación cuando ocurre un incidente de esta naturaleza con el único nefasto fin de asegurar que ningún movimiento se desarrolle en dirección radicalizada.

Los trabajadores inmigrantes tampoco han encontrado un liderazgo dispuesto a romper con el Partido Demócrata y a luchar por sus intereses contra los políticos procapitalistas. Por esta razón, el movimiento a favor de los inmigrantes ha pasado de millones de personas en la calle en el 2006 a protestas no tan masivas. Mucho más evidente es el hecho de que los dirigentes sindicales no han construido un movimiento obrero fuerte tan necesario para hacerle frente a los crecientes ataques, a pesar de la obvia voluntad de lucha de la gente trabajadora como lo ha demostrado la ocupación masiva de la capital del estado de Wisconsin el año pasado. Los trabajadores negros desempeñan un rol importante en los sindicatos, especialmente en el sector público: siendo ellos el blanco perfecto para los recortes y cesantías. Las bases de gran parte de los sindicatos podrían movilizarse si los burócratas sindicales no estuviesen aferrados al sistema capitalista, tanto en lo material como en lo ideológico.

Todos estos dirigentes con sus inmensas organizaciones y amplios recursos, fueron cuestionados y desplazados durante el pasado otoño por pequeños grupos de jóvenes clase media, que crearon el movimiento “Occupy”. Pero la verdad consiste en que no son sólo cientos o miles, sino millones de trabajadores y jóvenes los que se oponen a la brutalidad policíaca y a los ataques de austeridad antiobreros de los partidos Republicano y Demócrata. Un verdadero movimiento de masas obrero y de los oprimidos tiene el potencial de ser mucho más poderoso que Occupy Wall Street y realmente podría comenzar a revertir la situación. Pero, la realidad es que los engañosos dirigentes actuales al servicio del enemigo de clase son únicamente un obstáculo para desarrollarlo.

Muchos trabajadores, en particular los de color, comprenden muy bien quienes son los Republicanos. La mayoría de los dirigentes negros, de los inmigrantes y de los sindicatos hacen un llamado general de subordinación al imperialista y capitalista Partido Demócrata. Los políticos de dicho partido intentan presentarse ante las masas como la alternativa. Sin embargo históricamente, una vez electos, estos políticos demócratas traicionan las esperanzas de su base partidaria, una y otra vez. Es por esa razón que las traiciones de Obama una vez en el poder no sorprenden en nada a nadie.

Muchos políticos del Partido Demócrata se despliegan engañosamente ante las masas como los amigos de la clase trabajadora, los negros, los Latinos y los inmigrantes. Pero realmente, el corazón del Partido Demócrata, junto a sus riquezas y vasto poder, pertenece inequivocadamente a los capitalistas multimillonarios, igual que el Partido Republicano. De igual manera y sin titubeo, los dirigentes de la clase trabajadora y los oprimidos han engañado a todo movimiento que ha transcurrido a abandonar la lucha en las calles por la lucha electoral sin salida. Existe una vasta historia de traiciones que desembocan en el rescate bipartidista de los banqueros y magnates de Wall Street con sobre cientos de millones de dólares de los dineros de los contribuyentes seguidos por recortes de austeridad bipartidistas y cesantías que obligan a los trabajadores, los pobres y los oprimidos a pagar la crisis.

La clase obrera necesita su partido revolucionario

La acción militante de las masas es necesaria ponerle un alto a la policía como a los vigilantes. Pero para acabar con la brutalidad policíaca y otras fuerzas represoras es necesario deshacerse por completo del sistema al que éstos sirven. El sistema capitalista se basa en la explotación y opresión por la clase dominante de la clase obrera y las masas pobres. El racismo es un elemento fundamental para el capitalismo en los EE.UU., ya que mantiene a la clase obrera dividida. Además, la criminalización de los negros y Latinos es un intento de mantener a la gente de color en un estado permanentemente de intimidación que tiene como su fin ponerle trabas a los sectores políticos que históricamente siempre han sido los más combativos de la clase obrera y los que más fácilmente comprenden la naturaleza de este sistema explotador.

Sin embargo, sería un error pensar que sólo las personas de color son las víctimas preferidas de los ataques violentos por parte de la policía y los brazos armados del Estado capitalista. Dos ejemplos recientes del otoño pasado fueron los ataques contra los trabajadores portuarios del ILWU en Longview, Washington y las agresiones de tipo militar contra los manifestantes del movimiento Occupy Oakland, California, donde luego de la represión sólo fue cuestión de suerte que nadie perdió la vida. Estas agresiones crecerán a medida que más y más trabajadores de todas las etnias y orígenes se vean obligados a resistir activamente la ofensiva capitalista.

Los obreros y la juventud de la Liga por el Partido Revolucionario (LRP) creemos que para acabar con el racismo y el capitalismo de una vez por todas será necesario que la clase obrera lleve a cabo la revolución socialista. El objetivo de la revolución socialista es reemplazar al estado burgués derrotado por un nuevo y diferente estado dominado por la clase obrera en alianza con todo el pueblo oprimido. Serán necesarias masivas luchas interraciales e internacionales de la clase obrera para alcanzar esta meta. No hay duda que los trabajadores negros y Latinos desempeñaran un rol decisivo en la construcción del partido revolucionario de la clase obrera que es incuestionablemente necesario para dirigir estas luchas.

La sociedad socialista producirá para satisfacer las necesidades de todos y no solo para el beneficio privado de una clase élite de especuladores. El capitalismo ha sentado las bases para abolir la miseria a la que condena a la humanidad. Hace bastante tiempo que el capitalismo ha acumulado las fuerzas productivas, ha desarrollado la industria, la tecnología y la globalización económica – incluso hasta el punto donde existe la posibilidad de producir abundantemente todo tipo de cosas que las masas requieren. La falta de vivienda, alimentos y cualquier otra carencia o necesidad se puede solucionar fácilmente y la base material de las luchas entre los diferentes grupos humanos disputándose las migajas se volverá innecesaria. Sin embargo, ese potencial sigue atrapado en el callejón sin salida del capitalismo donde impera sólo el principio de la ganancia. ¡Únase a nosotros en la lucha por el socialismo!

Los simpatizantes de la LRP participan activamente en las luchas tales como la de justicia para Trayvon Martin. Nos proponemos convencer a los compañeros trabajadores y a la juventud sobre la necesidad de construir el partido revolucionario de la clase obrera como también de la necesidad de llevar adelante tácticas efectivas para fortalecer las luchas del presente. Es urgentemente necesario discutir las difíciles cuestiones de la estrategia y dirección política de las luchas antirracistas y obreras del presente y del futuro. La trágica muerte de Trayvon Martin demuestra que no tenemos tiempo para malgastar y sí mucha tarea por delante.