9 de agosto del 2008
En los días conducentes al referéndum revocatorio del 10 de agosto, la lucha de masas en Bolivia ha sido confrontada con una creciente amenaza política de los abiertamente racistas e reaccionarios departamentos de la llanura oriental del país. Una serie de departamentos, comenzando con Santa Cruz en mayo, han llevado acabo e triunfado en referéndums locales que favorecen “la autonomía regional”. Subsiguientemente dirigieron sus gobiernos locales en flagrante desatención a las proclamas de La Paz de que tales votos no eran sancionados u “legales”. El gobierno de Morales en el centro occidental de La Paz rehusó confrontar directamente las fuerzas de la reacción oriental. En su lugar Morales accedió al llamado de referéndum revocatorio nacional en agosto. Constituyó una respuesta dilatada e tibia al proceso de traslado de poder hacia el Oriente.
El último horror en todo esto han sido violentos ataques contra mineros y otros obreros en protesta que se llevaron acabo apenas esta ultima semana por el mismo régimen de Morales – con la indignante aseveración de que las luchas obreras a favor de reformas por pensiones decentes ayudan a las derechas. La única respuesta que se le puede dar a esta presente e abarcadora crisis es una lucha conducida por la clase obrera que también le de suprema importancia a la defensa de las poblaciones indígenas contra los viciosos ataques racistas, y apoye las demandas de los campesinos por tierra e dignidad. Tal lucha tendrá que desplegar un serio plan de autodefensa a nivel nacional, una lucha que constituye una necesidad primordial.
Los dirigentes obreros e campesinos engañosos que reclaman liderato de la lucha contra el racismo y la reacción han evitado estridentemente tomar responsabilidad para defender a los grupos indígenas oprimidos de Oriente. El poder conjunto de la clase obrera y la mayoría de las poblaciones indígenas del Occidente (Aymaras e Quechua) – que ya fue esgrimido durante los heroicos alzamientos de octubre de 2003 y junio 2005 – tendrá que ahora finalmente salir al rescate de las minoritarias poblaciones indígenas oprimidas de Oriente, donde la reacción racista ya es la orden del día.( ver Bolivia: Expectativas revolucionarias y amenazas reaccionarias para mas información importante de trasfondo)
Hoy día, la vanguardia del dominio racista se encuentra en el departamento de Santa Cruz. Alli se concentra la mayoría de la industria nacional, sobre la mitad de los pozos petroleros y cerca de un tercio de la producción económica general del pais. En el vecino departamento de Tarija se concentra la mayoría del gas natural de Bolivia. Los comités cívicos de los departamentos orientales (también denominados la región de la “media luna”) representan los intereses de los grandes terratenientes de Bolivia. La burguesía de las llanuras se orienta hacia la exportación con gran parte de las riquezas proviniendo de las exportaciones agroindustriales, la ilegal pasta de coca y la cocaína. Con el propósito de mantener su agarre sobre las crecientes ganancias y luchar contra la más mínima redistribución posible de cualesquiera tierras o ingresos a las poblaciones oprimidas del Oriente u Occidente, utilizan la amenaza de la completa sucesión.
Los motivos económicos de los grupos comerciales y los políticos de Oriente se encuentran entrelazados con la evidente e violenta hostilidad hacia todos los grupos indígenas. Por ahora, la meta principal parece ser realzar su control sobre el Oriente, mediante cualesquiera medios necesarios. Su ofensiva incluye la creciente pero todavía subordinada utilización de tropas de choque facistoides para tratar de aterrorizar a las residentes poblaciones indígenas.
Han logrado en gran parte debilitar la autoridad del Presidente Evo Morales y del gobierno central de la La Paz. El gobierno de Morales no solamente ha rehusado enviar fuerzas u movilizado las masas para defender a los pueblos indígenas que residen en el Oriente contra violentos ataques sino que también ha suspendido todas sus visitas al Oriente. De esta manera a desplegado un desganamiento para confrontar la oposición desde las derechas. Esto ha ocurrido hasta tal punto que el Presidente efectuó las celebraciones tradicionales del Día de la Independencia en su base de apoyo de La Paz en vez de en la ciudad de Sucre, la capital constitucional que es controlada por la oposición derechista. También incumplió una visita a la ciudad central de Trinidad cuando demostradores rodearon el aeropuerto local.
Morales ha rehusado consistentemente a utilizar el poder estatal para confrontar a las derechas. Sin embargo, ha utilizado sin titubeo el brazo armado del estado contra los mineros y otros obreros que protestan contra sus austeras movidas. Recientemente, por lo menos dos mineros murieron y muchos otros obreros fueron heridos a manos de las fuerzas estatales que buscaban reprimir la creciente lucha dirigida por la central obrera COB (que busca restaurar significantes beneficios a las pensiones de los obreros que fueron diezmados por regimenes neoliberales previos.)
Notamos que a pesar de los reclamos de oposición al movimiento secesionista oriental en Bolivia – Chávez, Kirchner, Lula y otros regimenes vecinos – hasta el día de hoy, ninguno ha levantado un dedo para apoyar las luchas de masas de los trabajadores y masas indígenas en Bolivia.
De acuerdo a la mayoría de los estimados, el referéndum revocatorio le reafirmará el poder de Morales en el Occidente. La mayoría, si no la totalidad, de los prefectos opositores reafirmaran su poder en el Oriente. Cualquiera que sean los resultados, el proceso de referéndum revocatorio no proveerá ni un alivio temporero a las masas asediadas. La LRP apoya la posición de votar por la destitución de los prefectos reaccionarios mientras apoyamos un voto en blanco o nulo sobre la cuestión de destituir a Morales. La totalidad del programa político de Morales se ha basado siempre en la protección del capitalismo y la contención de las masas como siempre hemos advertido en la LRP. Este acciónamiento del régimen de Morales ha tenido como resultado facilitar el crecimiento de las derechas, que es lo que ha ocurrido en la realidad.
Nuestra visión sobre el referéndum revocatorio representa también la visión de una creciente pero todavía minoritaria masa de obreros e campesinos en Bolivia que han llegado al entendimiento de que Morales no solamente ha traicionado decisivamente a nivel de sus aspiraciones políticas e sociales, sino que además, durante esta coyuntura su régimen no esta llevando acabo ni siquiera actos elementales de autodefensa, mucho menos en defensa de las masas.
Afirmamos sobre todo la necesidad de que la central obrera COB y los dirigentes de otras organizaciones de masas utilicen sus recursos para crear comités de autodefensa obreros e campesinos como primer orden del día.
Los dirigentes sindicales de la COB, tales como el presente dirigente Pedro Montes y Jaime Solares, este ultimo con su discurso más a la izquierda, han probado mas allá de cualquier duda razonable, su desgana para dirigir la lucha necesaria. La ultima evidencia que sustenta esta afirmación, que acaba de surgir al irnos a la imprenta, es un aparente acuerdo vago sobre la lucha de las pensiones justo a tiempo para mantener su alianza electoral con Morales en el referéndum. En general, actúan únicamente bajo la presión de las bases, y vacilan e traicionan a cualquier oportunidad que se le presente. Sin embargo, las masas no tienen ninguna otra alternativa que no sea la de luchar en su propia defensa; y únicamente pueden desplegar esta defensa con los medios e instrumentos a su disposición mas inmediata. Esto significa que todavía queda por demandar que los dirigentes obreros, campesinos e indígenas movilicen en defensa de las masas. Al mismo tiempo, los obreros y campesinos obviamente no pueden depender en estos dirigentes engañosos y probablemente llegaran al entendimiento sobre la necesidad de construir nuevas formas de organización de masas, surgiendo de y apropiadas a las demandas sobre el terreno de la lucha viva.
Sobre este mismo terreno, los obreros de pensamiento revolucionario no deben únicamente abogar a favor de la implantación de una seria estrategia de defensa sino también darle una importancia suprema a la construcción del partido revolucionario en Bolivia. Los obreros políticamente mas avanzados deberán utilizar la misma lucha para atraer a sus compañeros obreros a la construcción del partido de vanguardia. Tal partido seria capaz de ofrecerles a las masas una alternativa real a los dirigentes engañosos del presente de la COB y será el instrumento necesario para conducir la lucha destinada a derrocar al capitalismo imperialista del todo.