La Liga Socialista Internacional de Israel y de Palestina Ocupada (ISL en sus siglas en ingles) ha anunciado su decisión de terminar con cinco años de colaboración con la Liga por el Partido Revolucionario (LRP en sus siglas en ingles). Su decisión no nos sorprende.
En las últimas semanas se desarrollaron fuertes debates entre nuestros dos grupos. Al principio la discusión se centraba en como los revolucionarios debían pelear contra la invasión imperialista francesa en Mali, pero rápidamente la discusión se extendió a otras cuestiones.
La LRP ha mantenido estas discusiones con la esperanza de que un paciente y amistoso intercambio de opiniones podría convencer a los compañeros de la ISL de nuestra perspectiva. Toda la correspondencia y los documentos del debate fueron distribuidos a todo la LRP para que la ISL tenga la oportunidad de dirigirse a todos nuestros camaradas.
El comunicado de ruptura de la ISL debería dar las indicaciones al público de la resistencia que enfrentamos contra nuestros intentos de debatir honestamente. Lleno de insultos y calumnias, explica muy poco las verdaderas razones políticas de su decisión.
La dificultad que la ISL tiene al intentar proveer una explicación coherente de su ruptura es comprensible: aunque en sus comunicados públicos no hay indicaciones de esto, en el curso del debate con la LRP la mayoría de militantes de la ISL indicó que era su intención desechar algunos de los principios y documentos fundacionales de su organización.
Con esta respuesta queremos proveer a los lectores con un breve resumen de nuestra mirada ante la ruptura de la ISL – de nosotros de los más importantes principios revolucionarios – que fueron la base de nuestra colaboración hasta ahora. En un futuro cercano, vamos a publicar un análisis más profundo, porque los temas que estamos discutiendo merecen la mirada profunda de los trabajadores clasistas y la juventud.
Las diferencias entre la LRP y la ISL comenzaron con la intervención imperialista francesa en Mali en enero, ante la cual la LRP y la ISL publicaron declaraciones separadas. Las dos declaraciones se oponen claramente a la invasión francesa y se pronuncian por su derrota. La ISL dice ahora que la LRP “falló en tomar una posición anti-imperialista en Mali” porque la LRP “no dijo explícitamente que los revolucionarios deben defender a los islamistas rebeldes” peleando contra el imperialismo. Pero cualquier lector de nuestra declaración, que claramente llama por la derrota del imperialismo francés y llama por la defensa de todo Mali contra los ataques, debería poder ver que esta acusación es falsa. Es más, como los compañeros de la ISL parecían confundidos con nuestra posición y también fuimos cuestionados por amigos de África Occidental, hemos publicado una segunda nota para reafirmar y explicar nuestra posición en los términos más directos posibles.
En realidad, las mayores diferencias entre las declaraciones de la LRP y la ISL comienzan con el hecho de que la declaración de la ISL no solo defiende a las fuerzas islamistas del ataque militar imperialista; también defiende la reputación política de los islamistas. La declaración de la ISL oculta el hecho que durante diez meses, los islamistas en el poder en el norte de Mali oprimieron brutalmente la población local. Estos abusos han sido ampliamente documentados; la versión de la ley musulmana o ley sharía implementada por el mayor grupo islamista allí, Anser Dine – fue criticada incluso por Al Qaeda por su extremismo. Pero la ISL no pudo ni siquiera admitir que esta opresión existió, refiriéndose a esta simplemente como una sospecha – incluso ante nuestra advertencia de que ésta era una caricatura de verdad y justicia.
La vergonzosa minimización de los crímenes de los islamistas es solamente un síntoma de una perspectiva no-marxista que la ISL mostró en la lucha contra el imperialismo. Como explicaremos en un próximo documento, la declaración de la ISL sugiere en realidad que la lucha independiente de los trabajadores y los pobres contra un opresor local podría ser suspendida hasta después de la lucha contra el imperialismo, sin importar las condiciones de la lucha de clases al momento en el país oprimido. Y por ende declara, en efecto, una perspectiva etapista de la lucha contra el imperialismo en los países oprimidos – una primera etapa de lucha contra el imperialismo, una segunda etapa de lucha contra la burguesía local, la cual en su declaración la ISL describe solamente como una amenaza de última instancia contra las masas.
Esta visión representa una desviación profunda de la estrategia trotskista de revolución permanente, la cual reconoce el carácter contrarrevolucionario de la burguesía en todos los países. Esto significa que la lucha contra el imperialismo puede triunfar solamente con una revolución dirigida por los trabajadores.
A pesar de los serios errores en su declaración sobre Mali, no nos apresuramos a condenar a la ISL por ellos, especialmente porque esos errores contradicen las previas opiniones de la ISL durante años. Por eso pensamos en continuar una discusión con los compañeros que vimos desviarse de los principios en los cuales el grupo se había fundado.
En fin, la ISL se probó incapaz de admitir sus más obvios errores. Por ejemplo, la declaración de la ISL dice que la posición del Nuevo Partido Anti-Capitalista Francés (NPA) sobre la invasión imperialista “no era menos reprochable” que el apoyo a la invasión del gobierno del Partido Socialista Francés, el Frente de Izquierda y el Partido Comunista. Pero el NPA usó el eslogan “No a la Intervención Militar en Mali.” Ésta no es una posición revolucionaria en favor de la derrota imperialista – pero decir que es lo mismo decir “no” a la intervención que decir “sí” es ridículo. Nosotros señalamos que la actitud de la ISL iba a impedir a los revolucionarios unirse con grupos como el NPA para llamar a protestas contra la invasión. Pero el ISL se negó a aceptar este punto tan obvio.
En cambio, por parte de la ISL recibimos constantes acusaciones de capitulación al imperialismo. Yossi Schwartz, un miembro importante del ISL, inició una búsqueda de capitulaciones en el pasado del LRP. Por ejemplo, nos denunció por no estar del lado de las guerrillas islamistas en Afganistán en el aspecto militar contra la invasión soviética de 1979. Pero estos mujahedin estaban al servicio del imperialismo norteamericano y estaban iniciando una guerra contra-revolucionaria contra la reforma agraria, los derechos de las mujeres y cualquier otro indicio de progreso social. Estos títeres del imperialismo norteamericano no representaban ninguna lucha anti-imperialista contra las fuerzas rusas.
Cuando los camaradas de Schwartz empezaron a aceptar esas posiciones indignantes, se nos hizo claro que la ruptura de la ISL con nosotros era una cosa de tiempo. La única sorpresa fue que incluso antes de romper, los miembros del ISL hicieron claro que eran conscientes del abandono de sus ideas fundadoras.
Cuando nosotros y la ISL anunciamos por primera vez nuestras discusiones e intercambio al público de izquierda, explicamos que nuestra colaboración estaba basada en un acuerdo único en dos principios revolucionarios centrales:
Siguiendo esos principios, ambos rechazamos la idea que el contrarrevolucionario estalinismo o cualquier otra fuerza que la clase trabajadora pueda derrotar el capitalismo. Nosotros rechazamos la idea del supuesto “trotskismo ortodoxo” en que estados que no tengan conexión con la clase trabajadora (excepto para explotarla y oprimirla) puedan en alguna forma ser considerados estados obreros.
Al final de febrero, Schwartz circuló un documento proclamando que sus recientes estudios teóricos le habían revelado que la clase trabajadora en realidad no era necesaria para la derrota del capitalismo o para el establecimiento de un estado obrero – estalinistas contrarrevolucionarios pudieron lograr esta monumental tarea. Schwartz declaró estas ideas como críticas al libro La Vida y Muerte del Estalinismo de Walter Daum, de la LRP, pero ellos podrían haber dicho lo mismo sobre los documentos de fundación de la ISL, El Trotskismo y el Carácter de Clase de los Estados Estalinistas, La Revolución Social y la el Partido de Vanguardia y La Posición de la ISL Sobre las Guerras.
Schwartz dijo claramente que para él, tanto la URSS después de la Segunda Guerra Mundial como los estados creados por el Ejército Soviético y los Partidos Comunistas, eran estados obreros. Pero esto significó que con su nuevo descubrimiento, no solo deja de lado el principio fundamental marxista de la auto-emancipación obrera, sino que él queda en una posición incómoda llamando a la URSS en 1979 un estado obrero – y al mismo tiempo toma el lado de los contra-revolucionarios mujahedin contra éste. Schwartz cambiaba de posiciones tan rápido que ni siquiera notó el dilema hasta que se lo señalamos.
El LRP respondió a este último desarrollo con una carta urgente a la ISL que incluía:
“Pensamos que todavía vale la pena pelear por la ISL, basado en su programa revolucionario original. Pero su suerte está en las manos de sus camaradas. La LRP esta orgullosa de haber estado junto al ISL cuando comenzó a construirse basado en los principios de la auto-emancipación obrera. Mientras haya la esperanza de que la ISL como organización pueda mantenerse fiel a este principio, nosotros continuaremos haciendo una prioridad de la discusión fraternal de nuestras diferencias políticas.
“Por supuesto que si los compañeros de la ISL deciden abandonar los principios marxistas que ellos han mantenido hasta hace poco, la LRP continuará haciendo todo lo posible para contribuir a la construcción de un auténtico liderazgo marxista revolucionario entre los trabajadores y oprimidos del mundo. Y nosotros continuaremos combatiendo a todos los que bloqueen el camino a esos principios y rechacen la auto-emancipación obrera – incluyendo, si es necesario, la nueva versión de la ISL.”
La ISL tomó una decisión.
En la declaración anunciando el final de su colaboración con la LRP, la ISL dijo pomposamente que nuestro presente deshonra nuestro pasado. Pero como con sus otras acusaciones, el acusador es el culpable.
La LRP se mantiene fiel a los principios revolucionarios en los que se ha fundado. La ISL está rompiendo con los suyos – pero ellos se avergüenzan de admitirlo, especialmente porque todavía no han establecido sus nuevos principios. La ISL puede esperar sostenerse por un tiempo más con nuevos ataques contra la LRP, pero pronto tendrán que enfrentar su propia crisis de identidad.
La ruptura de ISL con los principios revolucionarios es una pequeña tragedia. La ISL había tomado la tarea de crear las bases para un partido revolucionario en una parte del mundo en la cual las luchas podrían determinar la suerte de millones. Ahora está traicionando sus principios y rompiendo esas bases – con una liviana desconsideración de las consecuencias.
La LRP publicará un balance más extenso de nuestro trabajo con la ISL, incluyendo un documentado y profundo análisis de los temas políticos más importantes que se discutieron en nuestros últimos debates. Y será bienvenida cualquier pregunta de nuestros lectores.