Este artículo es una versión redacta del artículo original que apareció en Proletarian Revolution No. 56, en el primavera de 1998.
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Propaganda y agitación en la construcción del Partido Revolucionario

La Liga por el Partido Revolucionario (LRP) es hoy día un pequeño grupo de obreros revolucionarios organizados mayoritariamente en Nueva York y Chicago. Luchando a la par de nuestros compañeros(as) obreros(as) en sus luchas, buscamos probar que la revolución socialista es la manera de terminar la explotación y opresión de nuestras vidas bajo el capitalismo. Con un pequeño grupo de simpatizantes en todo el mundo, trabajamos para avanzar en la lucha por la revolución socialista recreando él autentico partido mundial de la revolución socialista, la IV Internacional fundada por León Trotsky.

Con recursos limitados, limitamos nuestros esfuerzos en pequeñas áreas de actividad seleccionadas donde encontramos mayormente obreros abiertos a los planteos revolucionarios.

También abocamos gran parte del tiempo a profundizar nuestro conocimiento teórico y político de la lucha de clases. Especialmente en las páginas de Proletarian Revolution, hemos resucitado y desarrollado el método revolucionario de trabajo en los sindicatos, el principio del internacionalismo e ínterracialismo, el análisis marxista del estalinismo y sobre todo, del capitalismo y muchas otras cuestiones fundamentales. (Vea Twenty Years of the LRP en Proletarian Revolution Núm. 53)

Hay un conflicto inevitable en todo esto. Devenimos al marxismo porque queremos luchar contra el sistema capitalista: desearíamos participar o iniciar luchas contra cada injusticia; pero también debemos asegurarnos de hacer todo lo posible por reclutar a los trabajadores y jóvenes políticamente mas avanzados y entrenarlos como lideres revolucionarios, debido a que serán estos revolucionarios quienes dirigirán las luchas decisivas del futuro. Por lo tanto debemos buscar un consenso entre nuestro deseo de intervenir en las luchas y nuestra prioridad de construir el partido revolucionario.

Este artículo examinar el método marxista de la construcción del partido revolucionario.

¿Que tipo de partido?

El marxismo enseña que el capitalismo sobrevive a través de la explotación y la opresión de las masas. Explica que el rol de la clase obrera en la producción la conduce a llevar a cabo la revolución, derribar al capitalismo y construir una sociedad comunista de libertad e igualdad humanas.

Pero los fundadores del marxismo comprendieron que su descubrimiento y entendimiento de las leyes del capitalismo es relativamente mas fácil comparado con la tarea del proletariado de armarse con estas ideas y hacer la revolución. Marx y Engels sabían que el instrumento más importante para llevar a cabo la revolución socialista era la organización de los obreros comunistas, comprometida con la elevación de la conciencia de su clase sobre las bases de un claro programa revolucionario.

Pero también esperaban construir un partido de toda la clase trabajadora con programa más amplio a través del cual los obreros podrían ganar experiencia política y donde los comunistas trabajarían a fin de convencer a los trabajadores de la perspectiva revolucionaria.

La experiencia de los grandes partidos socialdemócratas de la Segunda Internacional hizo dejar de lado la idea de una clase obrera evolucionado hacia una conciencia revolucionaria a través de amplios partidos abiertos a toda la clase. Esos partidos tendieron a expresar los intereses de los obreros mas calificados y trabajadores profesionales que crecieron tremendamente junto con la explotación imperialista a los colonias y los trabajadores oprimidos en las metrópolis. Estos trabajadores privilegiados -- la aristocracia obrera -- han tenido un interés material en el sistema capitalista que no ha sido compartido por el resto de las masas de trabajadores. La política de compromisos de los líderes reformistas con el capitalismo representa una traición a los intereses revolucionarios de las masas a favor de los intereses temporeros y privilegiados de la aristocracia obrera. Esto fue comprobado cuando la mayoría de los partidos de la II Internacional apoyaron a sus respectivas “madres patrias” en la 1era. Guerra Mundial alentando a las masas a matarse unas a otras.

La clase obrera necesita de un partido que defienda sus intereses históricos. Esto significa, en particular, la defensa de los intereses de los oprimidos y explotados; combatiendo a los reformistas y a otros que representan los intereses de la clase media. Para cumplir con esta fundamental misión, el partido debe ser internacional e internacionalista incorporando los intereses y experiencias de los trabajadores del mundo contra las fuerzas del nacionalismo.

La solución de Lenin: el partido de vanguardia

Esta necesidad fue señalada por Lenin; él destacó la necesidad del partido de los obreros más conscientes. Este partido de vanguardia debería ser estrictamente disciplinado para poder responder a los cambios y giros de la lucha de clases, resistir la represión, y combatir políticamente aquellos que se esfuerzan en desviar a la clase obrera. Aunque el partido de vanguardia se distingue políticamente de la masa de trabajadores, sus miembros deberían participar codo a codo con sus compañeros obreros en cada lucha, buscando elevar su conciencia revolucionaria. Lenin repetidamente enfatizaba la importancia de la dirección de la vanguardia sobre las masas del proletariado:

Los trabajadores de los estamentos de masas mas atrasadas o del medio no tendrán la capacidad de asimilar la idea general de la lucha económica; es una idea que solo puede ser entendida totalmente por un pequeño grupo de obreros educados, que las masas seguirán su dirección, guiadas por su instinto y que ellos dirigirán en la lucha por sus intereses inmediatos.(“A propósito de la Profession de foi”)

Por supuesto que obreros son de vanguardia y quienes no, no es una cuestión estática. La experiencia de la lucha de clases puede radicalizar a obreros atrasados, y el trabajo del partido de vanguardia puede ayudar a los más avanzados convertirse diestros en la teoría marxista. Como Trotsky escribió:

Las masas no son de ningún modo idénticas, hay masas revolucionarias, otras pasivas, y hasta reaccionarias. Las mismas masas en diferentes momentos se inspiran por diferentes humores y objetivos. Es debido a esta razón que la organización de vanguardia centralizada es indispensable. (Su moral y la nuestra)

La estricta separación de los obreros revolucionarios en su propio partido de vanguardia les permite adoptar tácticas muy flexibles cuando participan en luchas en común con otros obreros. Como revolucionarios, nosotros le decimos abiertamente a nuestros compañeros trabajadores que creemos que es la revolución socialista la única solución a las necesidades de las masas, aún cuando apoyamos y nos unimos a las luchas por mejorar las condiciones de las masas, poniendo siempre por delante los mejores medios para conducir la lucha.

Seguimos este camino debido a que entendemos que la mayoría de los obreros que luchan por cambiar el sistema actual se darán cuenta en el transcurso de la lucha que el capitalismo no puede ser reformado. Así, mediante victorias en la lucha de clases, la clase obrera reconocerá que tiene el poder de derrotar a la clase capitalista y crear una nueva sociedad.

La clase obrera no llegará a esta comprensión y conciencia automáticamente. Diferentes grupos y capas de la clase trabajadora abrazan diferentes ideas en diversos momentos, expresando la influencia de desiguales experiencias. En particular, la aristocracia obrera ejerce una influencia conservadora sobre los trabajadores de las capas más explotadas y oprimidas. Esta situación es reforzada por la opresión racial y nacional que anima conservadurismo político entre los trabajadores de los grupos privilegiados.

La lucha de clases proveerá la experiencia necesaria por la cual crecientes números de obreros podrán extraer conclusiones marxistas. Pero esto requiere que los obreros políticamente mas avanzados y la juventud se unan en el partido de vanguardia y luchen por ganar a sus compañeros(as) obreros(as) a su programa revolucionario. Como Trotsky resumía:

[Las masas] realizan las experiencias que les permiten elegir y avanzar por el camino de la revolución, pero con la condición de que encuentren una vanguardia que en cada etapa de la lucha les explique la situación, les señale los objetivos a lograr, los métodos a utilizar y las perspectivas estratégicas. (“Conversación con un disidente de Saint-Denis”, 8 de junio 1934)

Propaganda y agitación

Las grandes experiencias históricas ponen en primer lugar la comprensión de la importancia del partido de vanguardia, Lenin y Trotsky tomaron claramente la esencia de estas lecciones. Sin embargo, en el presente existen tremendas confusiones sobre esta cuestión. No es para sorprenderse: bajo la presión de su reducido tamaño y su aislamiento de las masas, los grupos marxistas corren el riesgo de adaptarse a ese aislamiento y convertirse en sectas “introspectivas”.

Otro peligro que enfrentan los pequeños grupos revolucionarios es la tentación de intentar atraer a la masa de obreros antes de haberse ganado a su programa político y a su organización a los políticamente más avanzados..

El mensaje socialista revolucionario solo puede llamarle la atención a la masa de obreros cuando ya hayan sentido su poder social mediante la lucha de clases y rechacen el capitalismo. Aún entonces los líderes reformistas -- y centristas que vacilan entre su retórica revolucionaria y su real política reformista -- pueden ganar influencia entre las masas. Esta situación presiona a los revolucionarios a prestar más atención al día a día de las luchas y asuntos que interesan a las masas y a prestarle menos atención a las lecciones revolucionarias. Esta situación puede llevar a los revolucionarios a adaptarse a las capas mas atrasadas de las masas, a expensas de la construcción del partido revolucionario de la vanguardia obrera.

Este problema ya había sido analizado por Lenin y más tarde por Trotsky. Requiere una muy clara comprensión de las distintas actividades de los revolucionarios en la construcción del partido y en la dirección de la revolución.

Primero, existe una diferencia entre la estrategia total hacia la revolución socialista mundial y las variadas tácticas utilizadas para adelantar las luchas diarias de los trabajadores hacia esa meta. Segundo, los revolucionarios tienen diferentes maneras para dirigirse a la clase: para la vanguardia obrera unas y otras para dirigirse a las capas mas atrasadas de las masas.

Estas dos formas de comunicación política han sido cuidadosamente definidas por los marxistas como propaganda y agitación. Plejanof, el fundador del marxismo en Rusia, desarrolló este conocimiento científicamente. Lenin lo cita como una autoridad sobre este asunto en su famoso trabajo sobre la construcción del partido, ¿Qué hacer?

El propagandista comunica muchas ideas a una sola o a varias personas, mientras que el agitador comunica una sola idea o un pequeño número de ideas, pero, en cambio, a toda una multitud. (Plejanof, citado por Lenin, ¿Qué hacer?, III. Política tradeunionista y política socialdemócrata)

El propagandista comunica un complejo y largo mensaje a un numero limitado de obreros; aquellos que estén interesados en ampliar su conocimiento sobre las ideas de la lucha de clases. Un agitador comunica pocas ideas a las masas, a las que en ese momento están solo abiertas al mensaje más sencillo. Por ejemplo, la masa de trabajadores escuchará a los revolucionarios agitando por el paro, pero en ese momento muy pocos escucharán la propaganda sobre por que el capitalismo se encuentra rumbo a una profunda crisis y que el socialismo es la solución de la clase obrera.

Otro ejemplo, dado por Lenin muestra como propaganda y agitación se complementan uno con otro:

Creíamos (con Plejánov y con todos los líderes del movimiento obrero internacional) que un propagandista trata, por ejemplo, el problema del desempleo, debe explicar la naturaleza capitalista de las crisis, mostrar la causa que las hace inevitables en la sociedad actual, exponer la necesidad de transformar la sociedad capitalista en socialista, etc. en una palabra, debe comunicar ‘muchas ideas’, tantas, que todas ellas en conjunto podrán ser asimiladas en el acto sólo por pocas (relativamente) personas. En cambio, el agitador, al hablar de este mismo problema, tomará un ejemplo, el más destacado y más conocido de su auditorio –pongamos por caso, el de una familia de parados muerta de inanición, el aumento de la miseria, etc. – y, aprovechando ese hecho conocido por todos y cada uno, orientará todos sus esfuerzos a inculcar en la ‘masa’ una sola idea: la idea de cuán absurda es la contradicción entre el incremento de la riqueza y el aumento de la miseria; tratará de despertar en la masa el descontento y la indignación contra esta flagrante injusticia, dejando al propagandista la explicación completa de esta contradicción. (Dem.)

Esta comprensión de lo que es propaganda y agitación es decisiva a la hora de resolver los problemas de construcción de un partido de vanguardia partiendo de un pequeño núcleo de revolucionarios.. Nos ayuda a decidir cuales actividades deben ser prioritarias y como pueden combinarse el trabajo dentro de las masas y de la vanguardia obrera.

La etapa de propaganda en la construcción del partido

Los pequeños grupos de revolucionarios deben comprender que más que orientarse hacia las capas atrasadas de las masas, su prioridad estriba en alcanzar y organizar a los políticamente más avanzados de los obreros. Este estamento de la clase trabajadora necesita apoderarse de las más complejas ideas del marxismo, aceptar la necesidad de la construcción del partido revolucionario y adiestrarse como lideres revolucionarios.

Estos puntos definen la etapa de propaganda de la construcción del partido.

Como escribió Lenin:

Mientras se trate (como se trata aún ahora) de atraerse al comunismo a la vanguardia del proletariado, la propaganda debe ocupar el primer término; incluso los círculos, con todas las debilidades de la estrechez inherente a los mismos, son útiles y dan resultados fecundos en este caso (La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo).

Trotsky dejo en claro cómo el trabajo de propaganda dentro de la vanguardia obrera, sienta las bases para la agitación entre las masas. Él definió propaganda como la “educación de los cuadros” (los lideres entrenados) y agitación como “la influencia de las masas a través de los cuadros”.

La etapa de la propaganda educativa individual fue inevitable. Cuando los centristas nos acusaban de sectarismo les respondíamos: sin una mínima cantidad de cuadros marxistas es imposible la acción principista entre las masas. Pero ésa es la única razón por la que formarnos cuadros. (“La discusión en Bélgica y el Plan de Man”, 2 de marzo 1935)

Bien sea por la impaciencia o por franco oportunismo, la mayoría de los grupos de izquierda rechazan esta orientación hacia la vanguardia obrera a favor de aparentes atajos hacia las masas. En vez de orientarse prioritariamente al obrero de espíritu revolucionario o socialista, buscan reclutar una vasta cantidad de trabajadores “militantes” y para lograrlo diluyen toda su política. Un ejemplo clásico de estas maniobras es la ISO en los EE.UU. y otros grupos de la tendencia Socialista Internacional alrededor del mundo.

Cuando Lenin luchaba contra la joven tendencia bernsteiniana en Rusia para fortalecer el partido, veía precisamente ese método detrás de la política oportunista de la tendencia. “No puede haber nada más peligroso y más criminal” decía Lenin “que una especulación demagógica en el subdesarrollo de los trabajadores”. Él condenaba como “profundamente dañinos” a los bersteinianos que ignoraban los intereses y requerimientos de la sección mas avanzada de obreros, y su deseo de descender al nivel de comprensión de la retaguardia”. (A propósito...)

En otro lugar especificaba:

El periódico que quiere convertirse en el órgano representativo de todos los socialdemócratas rusos debe colocarse al nivel de los obreros avanzados, no solo no debe rebajar su nivel artificialmente, sino que, por al contrario, debe elevarlo en forma constante y estar al día en todos los problemas tácticos, políticos y teóricos de la social-democracia mundial. Solamente de esta manera podrán cumplir con las demandas de la intelectualidad obrera, y tomaran en sus manos la causa de los obreros rusos, y por consiguiente, la causa de la revolución rusa... El obrero medio no comprenderá algunos artículos del periódico que pretende ser el órgano del partido, no tendrá idea clara sobre algún complicado problema teórico o practico. Pero de ahí no debe deducirse, de ninguna manera, que el diario debería descender al nivel de la masa de sus lectores. Por el contrario, es precisamente un deber del diario elevar el nivel de sus lectores y ayudar a seleccionar, entre la capa de obreros medios, a los obreros de vanguardia. (Una tendencia retrograda en la socialdemocracia rusa, 1899)

Pero no todos los grupos de izquierda rechazan el acercamiento al grupo de vanguardia a favor del oportunismo. Algunos la enredan en su palabrería como excusa a su abstención sectaria de las luchas de los trabajadores, a favor del estudio pasivo teórico. Lenin hizo la distinción crucial entre la etapa de propaganda en la construcción del partido como un todo y el del “circulo de propaganda”. Un grupo marxista con su primer puñado de miembros a menudo (aunque no siempre) recorre un periodo como grupo de estudio, un “circulo de propaganda”: un grupo con muy poca o ninguna tendencia a involucrarse en la lucha de los obreros y a concentrarse casi exclusivamente en el estudio y la discusión de la teoría marxista. Un grupo así puede fácilmente degenerar en una “secta” porque esta aislado y mirándose así mismo. Bajo variadas condiciones, el circulo de propaganda puede ser inevitable, a pesar de su peligro, en cierta fase. De cualquier modo, toda la etapa de propaganda en la construcción del partido no es lo mismo que la fase inicial más limitada del círculo de propaganda.

La etapa de propaganda no significa que no se vaya a trabajar con las masas. Por el contrario, la agitación es crucial para el triunfo de la propaganda. El desenvolvimiento de las ideas en el curso del estudio teórico debe ser confirmado por la experiencia en la lucha de clases. Además, los obreros de vanguardia no prestaran, en general, atención a aquellos revolucionarios que no se hayan involucrado en sus actuales luchas y hayan probado en la acción que el marxismo puede tener sentido para amplias masas de trabajadores.

La vanguardia obrera se encuentra constantemente presionada para proveer liderazgo a sus compañeros(as) obreros(as). Las tareas principales del propagandista revolucionario, consisten en apoyar a los obreros de vanguardia que dirigen efectivamente a sus compañeros, mostrarles las tácticas a usar cuando estén en dudas y, convencerlos de la necesidad del partido revolucionario y de la teoría marxista para dirigir las luchas hacia la revolución socialista.

Un aspecto crucial para el triunfo de la etapa de propaganda en la construcción del partido es la tarea de establecer intimas relaciones con las organizaciones de masas de la clase obrera, especialmente los sindicatos y uniones obreras. El grupo revolucionario debe ubicarse estratégicamente en medio de los obreros mas avanzados políticamente, como también entre aquellos que estarán en el centro de futuras luchas. Esto es importante debido a que los obreros tienden correctamente a ser escépticos con aquellas personas que opinan sobre la situación de la fábrica o del gremio, siendo ajenos a estos; y es improbable que confíen en las ideas o en los individuos que no han sido probados en el curso de las luchas.

El desarrollo de una “conexión orgánica” con la clase obrera, pasando a estar íntimamente conectados con la vida día a día y las luchas de vastos números de obreros -- esta es la meta principal de la etapa de la propaganda, especialmente cuando se lucha contra los hábitos infantiles del circulo de propaganda aislado. A menudo, grupos revolucionarios son formados, primeramente, en medio de las capas mas privilegiadas de la clase obrera, la aristocracia obrera, y los estudiantes. Si la organización puede soportar las mezquinas presiones de la vida de clase media de esos grupos, entonces deberá reclutar obreros y deberá hundir raíces en los más oprimidos.

En la etapa de propaganda en la construcción del partido, la agitación esta subordinada a la propaganda. El trabajo de agitación de un grupo de propaganda debe servir al propósito central de ganar audiencia dentro de los obreros de vanguardia para la propaganda del partido revolucionario, poniendo a prueba estas ideas en la acción.

La Cuarta Internacional

Cuando los estalinistas se apoderaron de la III Internacional a finales del 1920, Trotsky lideró la lucha por construir nuevos grupos de revolucionarios, primero probando reformar la Tercera Internacional, mas tarde construyendo un nuevo partido revolucionario mundial: la Cuarta Internacional. Vigilando su desarrollo en los inicios del 1930, puso en marcha exactamente esta perspectiva de desarrollar grupos de propaganda orientados hacia los obreros de vanguardia y sus luchas:

En esta etapa nuestra fuerza reside en la apreciación correcta, en la concepción marxista, en el pronóstico revolucionario acertado. Tenemos que presentarle a la vanguardia proletaria estas cualidades principalmente. Actuamos en primer lugar como propagandistas. Somos demasiado débiles para pretender responder a todas las cuestiones, intervenir en todos los conflictos específicos, formular en todas partes las consignas y respues­tas de la Oposición de Izquierda. La búsqueda de tal universalidad, dadas nuestra debilidad y la inexperiencia de muchos camaradas, llevará a menudo a conclusiones apresuradas, a consignas imprudentes, a soluciones equivocadas. Si damos pasos en falso en los problemas específicos impediremos que los obreros aprecien las cualidades fundamentales de la Oposición de Izquierda.

De ninguna manera quiero decir con esto que tenemos que permanecer marginados de la lucha real de la clase obrera. Nada por el estilo. Los obreros avanzados sólo pueden comprobar las ventajas revolucionarias de la Oposición de Izquierda en la experiencia viva, pero hay que aprender a seleccionar los proble­mas más vitales, candentes y principistas, y combatir por ellos sin dispersarse en bagatelas y detalles. Me parece que éste es el papel fundamental que ha de jugar ahora la Oposición de Izquierda (“Algunas ideas sobre la etapa y las tareas de la Oposición de Izquierda,” 29 de julio 1931)

Trotsky repetidamente explicaba que su insistencia en que no se saltara por encima de la etapa de propaganda no significaba abstenerse de la lucha de masas. Un ejemplo se encuentra en la carta al grupo Communist League of Struggle de EE.UU. en 1932:

Ustedes subrayan especialmente la necesidad de que la Oposición de Izquierda participe activamente en los movimientos de masas y en las luchas de los trabajadores en general. Aunque en la mayoría de los países la Oposición de Izquierda es todavía una organización propagandista, no realiza su propaganda de manera sectaria sino marxista, sobre la base de la participación en todos los aspectos de la vida del proletariado... En gran medida el problema se reduce a las posibilidades reales, que también incluyen la capacidad natural, la experiencia y la iniciativa del partido (22 de mayo 1932)

Mas tarde, argumentando contra grupos centristas brandleristas que se habían desprendido de la Oposición de Derecha en la Tercera Internacional y que criticaban a los trotskistas por no hacer de la lucha de masas su prioridad Trotsky escribió:

Ante todo, estamos creando los elementos y requisitos de una cristalización marxista dentro del partido oficial. Estamos creando cuadros. Lo que decidirá si somos o no una secta no es la cantidad de personas que se nuclean alrededor de nuestras banderas, ni siquiera la calidad de estas personas (y estamos muy lejos del nivel óptimo en este sentido), sino el conjunto de las ideas, programa, táctica y organización que nuestro grupo pueda aportar al movimiento. Por tal razón, en esta etapa, la Oposición de Izquierda lucha fundamentalmente por un programa y por principios estratégicos. Decir que tenemos que dirigirnos a las necesidades de las masas y contraponer esta verdad abstracta con la Oposición de Izquierda implica caer en un nivel de vulgaridad fatal, pues nuestra tarea consiste en saber con qué ideas dirigirnos a las masas, con qué perspectiva debemos desarrollar sus reivindicaciones, incluidas sus reivindicaciones parciales... En el momento en que nosotros comenzamos justamente a educar y reeducar a los cuadros, los brandleristas oponen el trabajo de masas a la educación de los cuadros. Por eso no tendrán ni una cosa ni la otra. Como no tienen posiciones de principios sobre los problemas fundamentales, y en consecuencia son incapaces de educar y templar realmente a sus cuadros, pierden el tiempo en una caricatura de trabajo de masas. (“Problemas prácticos y de principios que debe enfrentar la Oposición de Izquierda”, 5 de junio 1931)

Muchas de las actuales organizaciones “trotskistas” se auto titulan grupos de propaganda: tienen muy poca elección ya que Trotsky fue tan claro sobre esta cuestión. Pero su practica: el desprecio a la discusión teórica y al debate político, su poca disposición a hablarle a los obreros sobre el socialismo y la revolución, su adaptación a la burocracia sindical y, por lo tanto, a la aristocracia privilegiada -- sugiere que sus reales ancestros históricos están en grupos como los brandleristas!

Cannon y la construcción del SWP

Un excelente ejemplo de la aproximación de Trotsky para la construcción de partidos de la IV Internacional se puede encontrar en La Historia del trotskismo americano, una reseña algo idealizada sobre la construcción del Socialist Workers Party (SWP) escrito por su líder, James P. Cannon. La debilidad del libro se debe primariamente a la falta de un examen crítico de los errores cometidos por los trotskistas en EE.UU. Pero su fortaleza se basa en que resume las directivas que Trotsky dio a sus seguidores, incluyendo una muy clara explicación sobre la etapa de propaganda en la construcción del partido.

Cannon comienza su descripción sobre las etapas de la construcción del grupo trotskista, explicando la comprensión marxista de propaganda y agitación, precisamente en los términos que citamos más arriba a Plejanof, Lenin, y Trotsky. Luego describe como los trotskistas decidieron que no podían ir directamente a las masas, que primero tenían que construir un grupo de propaganda dirigido principalmente a la vanguardia obrera.. En ese momento, la vanguardia obrera políticamente mas avanzada de la que los trostskistas podían esperar reclutar se encontraba en el Partido Comunista.

Cannon escribe sobre el periódico trotskista:

...El objetivo del periódico era directamente los miembros del Partido Comunista. No intentamos convertir al mundo entero. Llevábamos nuestro mensaje, primero, a aquellos que consideramos de vanguardia, a aquellos que parecían mas interesados en nuestras ideas. Sabíamos que teníamos que reclutar por lo menos los primeros destacamentos del movimiento... Debíamos inclinarnos o hacia el Partido Comunista o lejos del Partido Comunista, en la dirección de las masas no desarrolladas, desorganizadas, no educadas...

El problema era comprender la situación real, la etapa de desarrollo del momento. Por supuesto hay que encontrar el camino hacia las masas con el objeto de crear un partido que pueda dirigir la revolución. Pero el camino hacia las masas pasa a través de la vanguardia y no sobre su cabeza. Esto no era comprendido por algunas personas. Ellos pensaban que podían tomar un atajo, esquivar a los obreros comunistas, saltar justo en el centro del movimiento de masas, y encontrar allí a los mejores candidatos para incorporarlos a los mas avanzados, al grupo mas desarrollado teóricamente en el mundo, esto es a la Oposición de Izquierda que era la vanguardia de la vanguardia. Esta concepción era errónea, producto de la impaciencia y del fracaso a la hora de comprender las cosas. En vez de seguir ese camino, nosotros asumimos como nuestra principal tarea la propaganda y no la agitación.

Decíamos: Nuestra primera tarea consiste darle a conocer los principios de la Oposición de Izquierda a la vanguardia. No nos dejamos engañar con la idea de que podíamos ir directamente, en ese momento, a las grandes masas incultas. Primero debíamos tomar lo que era obtenible de ese grupo de vanguardia, consistente en algunas decenas de miles de miembros y simpatizantes del Partido Comunista, y cristalizarlos en cuadros revolucionarios.

Los trotskistas trataron en ese momento de encontrar puntos de entrada en el movimiento de masas, con el propósito de luchar al lado de los miembros del PC para ganarse su respeto y atención. Pero los estalinistas a menudo los rechazaban. Limitados a un pequeño circulo de propaganda, fundamentalmente incapaz de participar en todos los trabajos de masas, las tareas trotskistas, acordes a Cannon, “fueron las de imprimir las palabras, acarrear la propaganda en el sentido mas estrecho y más concentrado, esto es, la publicación y distribución de literatura teórica”.

Luego de un largo periodo de escasa lucha de clases, una ola de paros y protestas comenzaron en el año 1933. Aparece la coyuntura propicia para hacer contactos con masas de obreros sin partido o formación política e teórica, primero con los desocupados, luego con los sindicatos. La presión del crecimiento vertiginoso de la lucha de los obreros también sentó las bases para la creación de nuevos grupos centristas en movimiento hacia la izquierda y aparecieron alas de izquierda en los viejos partidos, como el reformista Partido Socialista.

Estos eventos coincidieron con la decisión de los trotskistas de abandonar su intención de reformar la Tercera Internacional, y coincidió con la decisión de construir partidos revolucionarios independientes y la Cuarta Internacional. En ese entonces, Trotsky levanto la consigna “Alejarse del círculo de propaganda hacia el trabajo de masas” y urgía a sus camaradas a buscar nuevas orientaciones hacia grupos nuevos de los obreros de vanguardia.

Los trotskistas en EE.UU. tomaron ventaja de esta nueva oportunidad. Para el 1934 dirigían el sindicato de los trabajadores hoteleros de Nueva York y dirigieron el paro de los trabajadores hoteleros de la ciudad. Mas tarde durante ese año, dirigieron el paro más importante hasta ese momento, un evento importante en la historia de la clase obrera de EE.UU, el paro general de los camioneros de Minneapolis. Luego, fusionaron su partido con un grupo centrista en movimiento hacia la izquierda que acababa de liderar otro paro histórico en Toledo, formando de esta manera: el Workers Party (Partido Obrero). Luego el Workers Party se integró al Partido Socialista, uno mucho más grande, con el objeto de influenciar a sus miembros obreros en proceso de radicalización.

Después de esto, a fines de los 1930, los trotskistas fueron una fuerza de más de mil. Trotsky, en ese momento, aún consideraba a la organización americana como un grupo de propaganda (ver En Defensa del Marxismo, “Carta a Farrell Dobbs”, 4 de marzo 1940), probando que lo determinante de un grupo de propaganda no es su tamaño sino él si aún enfrenta la tarea de ganar a la vanguardia obrera para construir el partido.

Veinte años en la construcción de la LRP

La LRP, luego de 20 años de luchas y duro trabajo, esta aún en la etapa de propaganda de la construcción del partido. Nuestra más importante tarea sigue siendo reclutar y entrenar a los obreros(as) de vanguardia.

Durante este lapso de tiempo, hemos echado sólidas bases teóricas para nuestro futuro trabajo. Nos formamos en un momento, en el que para nuestro conocimiento, no existía un grupo marxista revolucionario genuino, y lo que era presentado como teoría marxista era en cambio habladuría cínica de clase media del marxismo. Nos abrogamos el derecho, no menor, de haber resucitado la teoría marxista en las paginas de nuestra revista (Proletarian Revolution) y en nuestro libro, La vida y la muerte del estalinismo. [Vea capitulo 1.] Nuestra teoría ha sido confirmada por su habilidad de prever, explicar, y guiarnos a través de los principales eventos de nuestros tiempos. Los principales logros han sido nuestro análisis sobre la época decadente del capitalismo, la naturaleza del estalinismo y su colapso, la raíz y funcionamiento de la opresión racial bajo el capitalismo, y el rol del partido revolucionario en elevar a la clase obrera a la conciencia socialista.

Hemos acumulado una rica experiencia en la lucha de clases, particularmente a través de nuestros camaradas en los sindicatos, que han alcanzado posiciones electivas como delegados de sección, y miembros de comités de negociaciones, quienes han sostenido consecuentemente nuestra política socialista revolucionaria. Y a través de camaradas en todo el mundo hemos jugado un rol importante y aprendido grandes cosas de las más importantes luchas de clases, particularmente en el caso de los camaradas del Workers Revolution Group de Australia.

Sin embargo, hemos fallado grandemente a la hora de reclutar en los Estados Unidos. Inexperiencia y errores podrán haber causado que perdiéramos oportunidades aquí y allá. Pero fundamentalmente, han sido las derrotas de la clase obrera norteamericana e internacional y el descenso en la lucha de clases lo que ha limitado a nuestra organización a, que en este momento, sea pequeña y aislada. Grandes cantidades de obreros pueden ser radicalizados y convencidos de las ideas revolucionarias solo mediante la experiencia básica de la lucha de masas y sus victorias.

Las luchas de masas de la clase obrera venideras abrirán mejores oportunidades para construir la LRP como el núcleo del partido revolucionario.

Solo seremos capaces de tomar ventaja de esas oportunidades si hacemos todo lo posible hoy por reclutar y posicionarnos de la mejor manera para las luchas venideras.

La LRP continuara con todos sus esfuerzos a construir nuestra organización, aumentar su influencia y auxiliar las luchas de nuestros compañeros(as) trabajadores(as). Pero tenemos que enfrentar la realidad que hasta que la lucha de masa estalle, no podremos cambiar fundamentalmente el carácter reducido e aislado de nuestra organización. Guiados por nuestra perspectiva de propaganda, velaremos por no caer en la adaptación sectaria a nuestro aislamiento, como de intentar de forma oportunista ir a las masas sin trabajar para reclutar a los trabajadores políticamente mas avanzados. Nos pondremos en la posición más ventajosa para crecer durante las primeras explosiones de las luchas venideras. Debido a la importancia de la construcción de la dirección revolucionaria para estas luchas, alentamos a todos los trabajadores y jóvenes de mente revolucionaria a contactarnos y discutir nuestras ideas.