El siguiente documento se le envió a la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional el 16 de julio de 2007, es nuestra respuesta a su Llamado Internacionalista: La Tarea de la Izquierda ante el Proyecto de Chávez. Su Llamado puede leerse en la siguiente dirección cibernetica www.ft-ci.org/article.php3?id_article=652. Las fuentes del resto de las citas en el documento de la LRP se les puede proveer con solo solicitarlas.
En los años recientes el potencial para una resistencia contra el imperialismo se ha mostrado a través de un número de levantamientos significativos en América Latina. Es el deber de los trabajadores revolucionarios en los países imperialistas defender a todas las naciones oprimidas contra el ataque imperialista. Sabemos también que la clase trabajadora de las naciones oprimidas debe terminar por reconocer que su propia burguesía nacional es incapaz de romper con el imperialismo en esta época. Por lo tanto, armada con una perspectiva internacionalista, la clase obrera debe liderar una lucha de todos los oprimidos para el derrocamiento revolucionario del sistema capitalista. Construyendo su partido de vanguardia internacionalmente, los trabajadores de mayor conciencia de clase liderarán la lucha por la revolución socialista internacional, el único modo de terminar con el imperialismo. Esta estrategia de revolución permanente representa la única esperanza para la humanidad.
El reprimir en nuestra clase el desarrollo de una conciencia de sus intereses de clase independientes es lo que hacen los partidarios del populismo y el frentismo popular. Estos engañadores de trabajadores y campesinos contienen los alzamientos de masas mediante la promoción de estas falsas ideologías pro-capitalistas. El populismo y el frentismo popular son estrategias de colaboración de clase y enemigas mortales de la lucha independiente de la clase trabajadora.
El populista más importante hoy en día es sin dudas Hugo Chávez de Venezuela. Su postura radical seudo-socialista y antiimperialista, sumada a ciertas reformas reales, le han ganado un amplio apoyo entre las masas en Venezuela – y mucho más allá. Detrás de la fachada populista de izquierda, Chávez ha estado dando pasos obvios para intensificar el control sobre las masas. Esto es lo que se encuentra detrás de su intento de unir a los trabajadores y a los sectores de la burguesía en el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), como también en su agresiva oposición a la autonomía sindical. El número de ataques directos sobre los trabajadores llevados a cabo por la Guardia Nacional y la policía es aún pequeño. Pero el régimen de Chávez está usando campañas populistas seudo-socialistas para adelantarse y desarmar cualquier mayor desarrollo de la lucha de clases.
Considerando este contexto peligroso, el Llamado Internacional hecho por la FT-CI (Fracción Trotskista-Cuarta Internacional) para una campaña unificada de la izquierda por políticas independientes de la clase obrera puede mostrarse promisorio – ya que parece que dispara contra Chávez y sus políticas populistas y seudo-socialistas.) Explicaremos que desafortunadamente ésta falla en el progreso de la contraposición revolucionaria a Chávez, que es absolutamente necesaria.
Para empezar, debemos establecer nuestra perspectiva general. La FT-CI es una corriente centrista de extrema izquierda. Su importancia deriva en parte de su postura correcta en oponerse a la tendencia dominante de la izquierda de abierta capitulación a los populistas como Chávez y Morales de Bolivia. A diferencia de la mayoría de los grupos en América Latina y ciertamente en el mundo, las pequeñas secciones de la FT-CI en Venezuela y Bolivia se han plantado con coraje contra la corriente de izquierdistas que aboga por un voto para Chávez y compañía. Posturas de principios en asuntos electorales hacen a estos grupos de la FT-CI mucho más significativos que su actual tamaño; van a atraer probablemente a algunos de los trabajadores mas avanzados.
Sin embargo la FT-CI elige retirar sus críticas sobre otros centristas a la derecha, quienes han cruzado la línea de clase en momentos clave – cuando están proponiendo o llevando a cabo una campaña política unificada con otros grupos. Mostraremos que el Llamado usa exactamente esta suerte de enfoque “diplomático” con otros centristas, un enfoque que es desorientador para los niveles avanzados de la clase obrera y socava las propias posturas de principios de la Fracción Trotskista en Bolivia y Venezuela. Volveremos más adelante sobre la cuestión del contenido de su propuesta.
El Llamado de la FT-CI comienza convocando a otras tres organizaciones de izquierda para que se les sumen en una campaña unificada por la nacionalización sin indemnización y bajo control y gestión obrera de todas las empresas e industrias estratégicas de Venezuela; a luchar por un partido obrero independiente, y por un gobierno obrero, campesino y del pueblo pobre en el país.” La elección de los aliados presenta el problema más grave del Llamado. Las agrupaciones convocadas son:
La FT-CI explica lo que ve como la base para una campaña conjunta con estos tres grupos:
A pesar de que estuvimos junto a los millones e trabajado res en Venezuela para derrotar el golpe de estado reaccionario e imperialista de abril de 2002 y el sabotaje de 2003, nuestras organizaciones internacionales mantienen independencia política del proyecto de Chávez, representando la única base por una campaña unificada.
Luego, después de describir la “nueva política de concentración de poder” de Chávez, y la “nueva bonapartización del régimen”, la FT comenta:
Es sobresaliente que la amplia mayoría de las organizaciones de izquierda a escala internacional, incluyendo una amplia gama de las que se reivindican del trotskismo, se postran frente al nacionalismo burgués de Chávez. Por eso los marxistas revolucionarios tenemos que aunar fuerzas y sostener un programa que se diferencie claramente del proyecto chavista de manera tal de articular una política obrera independiente.
Sin embargo, los antecedentes reales de la LIT, la CRCI y el POR muestran que ellos no pueden en modo alguno ser vistos como “marxistas revolucionarios” o como planteando la “independencia política de los trabajadores” en Venezuela u otra parte. La FT-CI ha explicado por otra parte que considera a estos grupos como centristas. Concretamente, cada uno de ellos tiene antecedentes reales de haber cruzado la línea de clase y promovido la colaboración de clase.
Por ejemplo, la LIT-PSTU no ha renunciado a una larga historia de políticas conciliatorias de clase que caracterizan al morenoísmo. Por el contrario, la LIT descansa en la extensa historia de Moreno de apoyo político a los partidos y alianzas burguesas: las capitulaciones políticas de Moreno ante el peronismo en Argentina quizás sean el ejemplo más infame. Más recientemente, en 2002 la LIT-PSTU llamó a votar por la alianza del frente popular en Brasil, que el Partido de los Trabajadores de Lula había formado con el Partido Liberal burgués. Y más aún, tanto la LIT en general como su representación en Venezuela llamaron a votar por Chávez en 2006. La sección venezolana de la FT-CI, la Juventud de Izquierda Revolucionaria (JIR), ha operado como fracción pública dentro de una agrupación de izquierda llamada el PRS (Partido de Revolución y Socialismo). Cuando la JIR se opuso a la decisión de la mayoría del PRS para hacer campaña por Chávez ellos reportaron que “fuimos confrontados también por el representante de la LIT-PSTU, que se distinguía formando un frente unido con la mayoría de los sectores del PRS, diciéndonos que nosotros ‘arruinamos un gran momento’...” Dada la historia de la LIT, su apoyo político a Chávez no debería haber causado ninguna sorpresa.
Con respecto a la CRCI-PO centrada en Argentina, ellos tuvieron una disputa con su representación venezolana sobre llamar a votar por Chávez (con la CRCI-PO oponiéndose al voto). Pero esta disputa no fue un asunto de principios. Después de todo, en la elección presidencial de 2005 en Bolivia la CRCI-PO llamó con entusiasmo a votar por la candidatura populista burguesa de Evo Morales. Ciertamente, el PO condenó la FT-CI como “políticamente en bancarrota”, “charlatanes” y “tontos” por oponerse a Morales.
La tercera organización es el POR boliviano. La sección boliviana de la Fracción Trotskista, la LOR (Liga de Obreros Revolucionarios), ha definido al POR como centristas empedernidos, haciendo notar su larga historia de traición. En sus publicaciones la FT-CI ha denunciado el papel del POR en situaciones revolucionarias reales. En el curso de la revolución de 1952, el apoyo político del POR al burgués MNR garantizó el triunfo de la contrarrevolución. La LRP entiende que esta política de traición, que aseguró el casi unánime apoyo de la Cuarta Internacional, en realidad anunció la muerte de la original CI como partido revolucionario proletario. El POR continuó traicionando al movimiento revolucionario 1970-71 y al esencial levantamiento de masas de 1985. En años más recientes el POR ha pasado por un notable cambio sectario. Con respecto a los levantamientos bolivianos de 2003 y 2005, la LOR hace notar apropiadamente que “el POR tiempo ya que se ha convertido en una secta estéril desde el punto de vista político y explica también el horrible papel desempeñado durante las ultimas crisis nacionales ...”
No nos sorprende que la FT-CI no haya reportado ninguna respuesta substancial al Llamado de ninguno de estos grupos. La cuestión obvia es: ¿por qué la FT-CI hizo público un llamado que la hace parecer como si estos grupos pudiesen constituir un efectivo contrapeso político a Chávez?
La FT-CI, más allá de su meritoria disposición a nadar contra la corriente en Bolivia y Venezuela, tiene una concepción fundamentalmente errónea de cómo va a ser construido el partido revolucionario de la clase trabajadora. Y esto los lleva a la diplomacia deshonesta con otros grupos en la izquierda centrista, que socava su posición principista por la independencia de la clase trabajadora de venezuela.
La perspectiva demostrada en su Llamado fue prevista en el corto reporte sobre su Cuarta Conferencia publicado en La Verdad Obrera. Allí la FT-CI describe el colapso de la mayor parte de la izquierda centrista alrededor del mundo (tal como la mandelista USec y la cliffista tendencia al Socialismo Internacional) que ha entrado en un abierto colaboracionismo de clase. La FT-CI plantea luego que como parte de la “lucha por la reconstrucción de la Cuarta Internacional” se aproximaría a corrientes como la LIT, la CRCI-PO o el POR de Bolivia que criticaron la subordinación al chavismo total o parcialmente, con propuestas para ellos que miran “más allá de las importantes diferencias políticas que tenemos.”
Algo está terriblemente mal en esta imagen. Las tendencias internacionales como la LIT y la CRCI han solamente tratado de cubrir su capitulación ante Chávez lanzando alguna crítica que otra; ellos no son mejor que los mandelistas o los cliffistas en ningún modo esencial. Decir que tales grupos han criticado la subordinación a Chávez “parcialmente” es no mencionar que ellos han “parcialmente” capitulado ante Chávez. De hecho el Llamado ayuda a estos centristas despreciables a echar un manto sobre su traición criminal a la lucha por la independencia de la clase obrera. El documento de la convención de la FT-CI documenta al menos una “parcial” subordinación al chavismo: pero el Llamado, entendido como para un más amplio consumo público de izquierda, simplemente plantea que las “organizaciones internacionales mantienen independencia política del proyecto de Chávez.” Esta es una mentira descarada en el caso de la LIT, como hemos mostrado. Y por más que la CRCI y el POR no hayan directamente endosado un voto por Chávez, ellos han capitulado directamente ante otras figuras burguesas y son por lo tanto igualmente indignos de confianza. ¿No es esto lo que los revolucionarios deberían querer que sus compañeros trabajadores entiendan?
Como Trotsky explicaba, la cuestión de cruzar la línea de clase no es “una cuestión táctica o...maniobra técnica” sino más bien “la cuestión principal de la estrategia de la clase proletaria para esta época...el mejor criterio para la diferencia entre bolcheviquismo y mencheviquismo.” La FT-CI dice entender esto, pero el Llamado no demuestra tal entendimiento. Al contrario, su documento de la convención estableció que estos grupos debían mirar “más allá de las grandes diferencias políticas que ellos tienen” para formar un “polo” alternativo al chavismo. De esta concepción fue construido un Llamado que ni siquiera menciona que estos grupos han ya traicionado la “cuestión principal de la estrategia de la clase proletaria.”
No hay nada erróneo en una campaña conjunta de diferentes grupos de izquierda por un propósito específico, como una propuesta abstracta. Sin embargo la FT no tiene cómo encubrir los peligros de estas tendencias centristas a su derecha. Y no hace un aviso de peligro para nuestra clase ante la capacidad para traicionar más que tienen estos grupos. El efecto último es levantar el prestigio de estos centristas ante los ojos de los trabajadores, más que el crecimiento de la conciencia política de la clase obrera sobre la naturaleza del centrismo.
En los escritos de Trotsky sobre el centrismo él hacía notar que el reformismo era objetivamente contrarrevolucionario. Él vio que el centrismo, tanto de derecha como de apariencia de izquierda, tendía a volverse la barrera crítica para la revolución en tiempos cuando el reformismo era expuesto, esto es, cuando la clase trabajadora estaba buscando una alternativa revolucionaria. Trotsky en ningún modo excluía la posibilidad de convencer secciones enteras de las filas o incluso líderes de los partidos centristas bajo ciertas circunstancias; en otras circunstancias Trotsky pensaba que los trabajadores podían evitar los esfuerzos centristas y ser alcanzados directamente por la vanguardia revolucionaria. El punto central es que Trotsky siempre planteaba una lucha abierta de los revolucionarios contra el centrismo, sobre todo durante las variadas maniobras tácticas por las que abogaba en su intención de construir la Oposición de Izquierda Internacional. Como él lo sentenció, “aquellos revolucionarios combatirán el reformismo mejor si son absolutamente independientes del centrismo y lo ven crítica e intransigentemente.” La lucha contra el populismo no requiere de menos.
Debemos notar que la FT-CI publica regularmente exposiciones de políticos populistas y críticas de estas tendencias centristas también. De hecho, son una buena fuente de información, y hemos dependido de sus publicaciones incluso para componer esta crítica. Sus periódicos ofrecen cosas más valiosas que aquellos de la mayor parte de las otras tendencias. Pero el Llamado, un discurso internacional central proveniente de una convención y que se supone ser para una audiencia más amplia, no dice a los trabajadores la verdad sobre estos grupos. El hecho de que las observaciones críticas fueron hechas en otra parte es una excusa muy pobre para la obvia decisión de reprimir la crítica cuando se hace una propuesta. La razón del encubrimiento diplomático no es porque la FT-CI sea inherente o habitualmente deshonesta. Nosotros creemos en cambio que la razón es ésta: si la FT-CI hubiese incluido, dentro del Llamado, un indicio de estos antecedentes de tendencias a la colaboración de clase, hubiera sido obvio que el Llamado no tenía sentido. Por lo menos la FT-CI habría entonces tenido que pedir directamente a estas tendencias que den marcha atrás con su historia de colaboración de clase y explicar a sus lectores si ellos esperan o no que ellas lo hagan y por qué. El hecho es que ninguna de estas tendencias se está moviendo para repudiar sus pasadas posiciones y posicionarse a favor de una posición principista por la independencia de clase.
Como indicamos al comienzo, un segundo problema con el Llamado es el mismo contenido. Hacia el final de su discurso, la FT-CI resume su propuesta de esta manera:
En síntesis, compañeros, los llamamos a hacer una campaña conjunta por tres puntos fundamentales: a) Contra las falsas nacionalizaciones de Chávez, luchar por la nacionalización sin indemnización de todas las industrias estratégicas bajo control y gestión obrera; b) Luchar por un partido obrero independiente, para que la clase obrera comience a pesar en la vida política nacional contra todas las variantes del reformismo y el nacionalismo burgués; c) La perspectiva de un gobierno obrero, campesino y del pueblo pobre como única vía real para dar pasos hacia la resolución de los principales demandas obreras, campesinas y populares, contra toda la falacia del “socialismo del siglo XXI”.
Seamos claros. La FT-CI no ha propuesto ninguna acción específica. Propone una campaña de propaganda en donde los grupos promoverían los tres puntos. La FT-CI plantea que esta sería una útil contraposición política al chavismo. Pero nada concreto es propuesto más allá de listar las tres demandas.
¿Y las tres demandas? Son demandas transitorias. Tales demandas pueden frecuentemente ser tácticamente cruciales – otras veces las demandas particulares pueden ser tácticamente imprudentes. En cualquier caso, simplemente abogando por estas demandas sólo puede dar una contraposición parcial al chavismo. Y esto no es suficiente para una campaña revolucionaria.
Nuestra tendencia objeta el extendido uso indebido del Programa de Transición por donde las demandas transitorias surgen rutinariamente como substituto por ser abiertos con nuestros compañeros trabajadores acerca de nuestros objetivos revolucionarios. Esto no tiene nada que ver con el enfoque de Trotsky. Trotsky formuló el Programa de Transición para reemplazar el viejo programa mínimo de reformas que fue creado por reformistas como objetivos inmediatos de la lucha, totalmente divorciado del objetivo máximo de la revolución socialista. En manos de los centristas, las demandas transitorias han sido usadas para reemplazar el programa máximo – lo opuesto a la intención de Trotsky. (instamos a los camaradas a leer nuestro artículo El Mito y Realidad del Programa de Transición)
La tendencia de la FT-CI, como muchas otras, usa mucho estas demandas. Pero ellos usualmente sólo insinúan la necesidad de una revolución socialista y el estado de los trabajadores cuando se dirigen a la clase obrera. Demostraremos nuestras diferencias con ese método concretamente. La primera demanda propuesta, nacionalización sin compensación, creemos que es clave hoy en día. Sin embargo también es verdad que la mera presentación de la demanda es insuficiente en una situación concreta. Hoy los trabajadores más militantes en Venezuela están siguiendo a los líderes de la corriente sindical C-CURA (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma), encabezados por Orlando Chirino, Stalin Pérez Borges y otros con una larga historia de afiliación con organizaciones de centro-derecha. La misma gente también lidera el asociado PRS (Partido de la Revolución y el Socialismo). Hay algunas disputas dentro del medio C-CURA/PRS sobre cuánto subordinarse a Chávez. Pero las disputas son secundarias. Estos líderes sindicales todos favorecen la independencia organizativa para los trabajadores, en el sentido de la autonomía sindical, pero también atan la clase a Chávez y al estado capitalista. Ellos abogaron por el voto a Chávez y después quisieron entrar en el PSUV (aunque ha habido ahora una división sobre la cuestión). La corriente entera de líderes sindicales apoya básicamente a Chávez, aunque tienen sus críticas.
El Llamado termina diciendo al final que la campaña de tres puntos debería ser dirigida hacia estos líderes sindicales. Ellos dicen: “Una campaña conjunta para dirigirnos a las otras corrientes que actúan en Venezuela, tanto en el PRS como en la corriente sindical C-CURA, y luchar por esta perspectiva en cada uno de nuestros países y a nivel internacional.” Pero más allá de esta frase el Llamado no explica lo que ellos tienen en mente.
Así el Llamado no presenta la necesidad de los revolucionarios de tratar las traiciones de los que no lideran correctamente, quienes piden también la nacionalización sin compensación – pero capitulan ante Chávez al mismo tiempo. Es vital defender estos líderes sindicales cuando son atacados por los patrones y el régimen de Chávez. Pero al mismo tiempo insistimos en un enfoque que trata de cortar con las ilusiones también promovidas por los centristas que lideran las luchas de los trabajadores. Explicamos que estos líderes sindicales son incapaces de luchar por la nacionalización incluso usando las palabras – porque fundamentalmente apoyan a Chávez. No avisan del peligro de la inevitable oposición de Chávez a la genuina expropiación en manos de la clase obrera. No explican que detrás de su retórica “socialista” el gobierno de Chávez es un gobierno capitalista que probará estar en contra de los trabajadores y los pobres. En cambio ellos promocionan la idea de que Chávez está liderando un “proceso revolucionario” dentro del cual nuestra clase puede sólo participar y promover su lucha por las demandas de la clase trabajadora.
Los líderes sindicales de izquierda usan la demanda de la nacionalización de un modo que engañan a los trabajadores sobre la naturaleza de la sociedad venezolana. Por el contrario, los revolucionarios usan la demanda de la nacionalización para probar la necesidad de la revolución socialista. Luchamos codo a codo con nuestros compañeros trabajadores en la lucha por la expropiación, pero afirmamos abiertamente que la propia experiencia de los trabajadores confirmará nuestros argumentos y probará la necesidad de una revolución y un estado de los trabajadores. Esta metodología es clave si los revolucionarios quieren separar a los trabajadores del mal liderazgo político que ahora ellos siguen. Uno podría pensar que la FT-CI cree que cuatro grupos de izquierdistas juntándose presionarán o convencerán al actual liderazgo de la C-CURA/PRS para que definitivamente abandonen la práctica política pro-Chávez.
(Chirino y sus socios se equivocan en la cuestión de la gerencia de los trabajadores. Ellos por lo general están de acuerdo con el llamado de Chávez para una co-gerencia, planteando que es solamente un paso insuficiente hacia la total gerencia de los trabajadores. Sin embargo, incluso el Llamado de la FT-CI deforma esta clase de tema. Plantean la demanda de “control de los trabajadores y consumidores”, que también diluye la cuestión central de clase. Tanto si se discute control o gerencia, el Programa de Transición de Trotsky fue inequívoco al respecto).
La demanda de un “partido independiente de los trabajadores” presenta incluso más de un problema. La Fracción Trotskista pide “un partido independiente de los trabajadores así la clase trabajadora puede comenzar a influir las políticas nacionales libres de todas las variedades de reformismo y nacionalismo burgués”. Esto confunde. El único partido que estará libre de reformismo y nacionalismo burgués es el partido de la vanguardia internacionalista. La FT-CI cree que está aplicando la táctica del partido laborista de Trotsky al contexto venezolano. Ciertamente, esta táctica puede ser muy importante en ciertas circunstancias. Sin embargo, incluso cuando el uso de la táctica es correcto no significa que los revolucionarios se escondan o mientan en su mensaje por el partido y programa de vanguardia revolucionarios.
Por lo tanto, no estamos de acuerdo con que esta táctica, en la Venezuela de hoy, haga avanzar la causa revolucionaria. No hay miles de trabajadores moviéndose para separarse de Chávez. Los estamentos militantes han demostrado que seguirán a Chirino y otros líderes sindicales en luchas prácticas, pero ellos no consideran a estos líderes sindicales en este momento para liderar la fundación de un nuevo partido político de masas. La situación apunta a la necesidad general de abogar por una estrategia amplia de acción de masas, dentro de la cual los revolucionarios lucharían por nuestro programa y partido, y apunten a exponer a los malos líderes de los trabajadores. Los trabajadores más políticamente avanzados, una minoría, están ya buscando una alternativa a Chávez – incluso si su conciencia está confundida al respecto. Decimos que sobre todo el explícito llamado por un partido proletario revolucionario de vanguardia se necesita más que nunca para sumar a aquellos que pueden ser sumados ahora a la vanguardia. (Más tarde, cuando el movimiento de las masas en una dirección política independiente esté en el horizonte, la idea de un partido laborista sería probablemente apropiada).
Ciertamente la FT-CI ha pasado ya por la experiencia de subordinar la independencia del partido de vanguardia co-fundando el PRS, que ellos planteaban iba a ser el partido de masa de los trabajadores. Han visto ya que no era posible para él volverse un partido revolucionario. En cambio, la mayoría del PRS ha apoyado a Chávez, como la FT-CI ha descrito en detalle en su propia prensa. Si la FT-CI y la JIR quieren continuar pidiendo por un partido de los trabajadores independientes ahora, ellos podrían al menos presentar una hoja de balance de su trabajo en la construcción del PRS y explicar cómo su propuesto partido sería diferente al centro-derecha PRS que ya existe.
La tercera demanda es por un gobierno de los trabajadores, campesinos y el pueblo. Suponemos que la Fracción Trotskista intenta que esta formulación sea un pedido por una alianza gubernamental de un número de partidos liderada por la clase trabajadora, una variante del eslogan del gobierno de los trabajadores. Como con su propuesta del partido de los trabajadores, no estamos de acuerdo en que la táctica del gobierno de los trabajadores sea útil en Venezuela hoy. (Sobre el método detrás de nuestra perspectiva se ocupa nuestro artículo “Mito y Realidad del Programa de Transición”). No aceptamos tampoco el llamado por un gobierno de los trabajadores como sustituto de la propaganda por el estado de los trabajadores. Éste no es sólo un programa de palabras. Si hubiese un partido hoy que pidiera un gobierno liderado por la clase trabajadora, pero que explicara la necesidad de golpear al entero aparato del estado burgués y reemplazarlo con una dictadura del proletariado, no sería eso una capitulación política al mito populista de Chávez del socialismo evolucionista. Sin embargo, en el contexto actual publicar la idea de un eslogan del gobierno de los trabajadores sin hablar del concepto fundamental del estado de los trabajadores implica que, si no es Chávez, otros reformistas de izquierda o alguna alternativa centrista pueden alcanzar la solución que los trabajadores necesitan – sin la destrucción del estado capitalista. El slogan del gobierno de los trabajadores es una táctica válida, pero no en la actual Venezuela. Ya que las colas de izquierda de Chávez en C-CURA plantean que un gobierno de los trabajadores puede ser alcanzado a través del “proceso revolucionario”, es incluso más crítico decirles a nuestros compañeros trabajadores revolucionarios la pura verdad.
No hay un sustituto para ganar a los trabajadores de vanguardia, no importa si son pocos, a un claro y consistente programa revolucionario. Éste debe ser nuestra prioridad absoluta como internacionalistas revolucionarios. Maniobras tácticas son posibles, y se vuelven más vitales con el surgimiento de más luchas de masas. Pero los revolucionarios siempre explican a los trabajadores avanzados que ellos esperan conseguirlo dentro de cualquier perspectiva táctica.
Trotsky tenía razón ciertamente cuando abogaba por demandas de transición y una amplia gama de tácticas que los revolucionarios deben estar preparados para usar. Pero su método estuvo basado en la premisa de que los revolucionarios siempre, en cualquier caso, “dicen lo que es”. Como él insistía:
...en cualquier lugar, y cualquiera sean los métodos de funcionamiento, ellos [los internacionalistas de la Cuarta] se comprometen a hablar en nombre de los principios incondicionales y claros eslóganes revolucionarios. Ellos no juegan a las escondidas con la clase trabajadora; no disimulan sus intenciones; no sustituyen la lucha principista por la diplomacia y las combinaciones. Los marxistas en todo tiempo y bajo cualquier condición dicen abiertamente lo que es...
La FT-CI tiene secciones que merecen más crédito por tomar posiciones correctas en relación a Chávez, Morales y compañía. Pero el Llamado utiliza la diplomacia y la evasión en vez de confiar en una dura oposición revolucionaria. De este modo, en nuestra opinión el Llamado de la FT-CI refleja desafortunadamente su propio fracaso en separarse del resto del medio centrista.
Hacemos nuestras críticas del Llamado de modo franco y sin diplomacia artificial. No estamos de acuerdo con la propuesta particular. Pero definitivamente acordamos con la FT-CI en que se necesita enormemente una campaña internacional que ayude a la lucha por la independencia de la clase obrera. La FT-CI y su sección en Venezuela, la JIR, han estado publicando efectivamente un número de batallas clave de nuestra clase en Venezuela, mostrando concretamente cómo Chávez se opone a las demandas de los trabajadores por la expropiación y el control de los trabajadores. En Clave Obrera ha subrayado, en palabras y fotos, los ataques contra los trabajadores en huelga manifestándose realizados por la Guardia Nacional y la policía, tales como fueron perpetrados contra los trabajadores en la planta de Sanitarios Maracay. Este ataque, en conjunción con la declaración de guerra de Chávez a la autonomía sindical, fue la chispa que desencadenó la huelga general en el estado de Aragua a fines de mayo, que a su vez levantó enormemente las picas del conflicto. Incluso aunque el tamaño de las luchas corrientes es pequeño, está creciendo y apunta a la necesidad de una acción unida masiva de la clase obrera.
Una campaña de publicidad internacional podría proveer de ayuda material a la lucha central de los trabajadores de Sanitarios Maracay, y otras huelgas y protestas de la clase obrera de Venezuela. También sabemos que el medio “solidario” internacional provee un servicio invaluable para Chávez, al cubrir sus políticas contra la clase obrera. El mito se perpetra en Venezuela y fuera que las críticas de Chávez son objetivamente pro-imperialistas. La información sobre conflictos como éste es duramente suprimida, ya que si los acontecimientos se difunden y las voces de estos trabajadores pueden ser oídas más ampliamente será más difícil negar la realidad del conflicto de clase en el centro de Venezuela. Arrojaría luz donde Chávez no quiere. Las así llamadas campañas de “solidaridad” que sumergen las diferencias dentro de la izquierda socavan la genuina lucha contra el imperialismo, una lucha que demanda un proletariado consciente.
Con nuestros modestos recursos, la LRP ha participado ya en muchas acciones de protesta contra el imperialismo estadounidense e intervenido enérgicamente dentro del movimiento en los Estados Unidos, luchando contra la corriente donde es posible para exponer y contrarrestar la mitología populista pro-Chávez que está difundiendose en la izquierda internacionalmente. Tenemos antecedentes consistentemente principistas a este respecto. Somos igualmente consistentes en nuestra oposición a cualquier farsante populista aquí y en el exterior. Mientras no escondemos nuestras diferencias políticas, estamos listos para juntarnos con la FT-CI y otras tendencias en esfuerzos para ayudar a nuestros compañeros trabajadores en Venezuela. Porque la FT-CI tiene camaradas en el campo en Venezuela, y es parte de una tendencia internacional mayor en el continente, ellos están en una posición privilegiada para lanzar una campaña internacional de esta naturaleza. Esperamos por una respuesta de la FT-CI a nuestra crítica del Llamado y nuestra propuesta concreta.