Durante 18 meses, la League for the Revolutionary Party (U.S.) y la Internationalist Socialist League (Israel/Palestina Ocupada) han llevado acabo discusiones sobre teoría y programas políticos. Mediante estas discusiones nuestras dos organizaciones han establecido un grado significativo de acuerdos sobre cuestiones claves.
La participación práctica en grandes luchas obreras ponen a prueba de manera rápida y decisiva los credenciales revolucionarios de los partidos políticos. Tanto la LRP como la ISL son, sin embargo, pequeños grupos de propaganda; mientras que tomamos todos los esfuerzos para unirnos a estas luchas de nuestros compañeros trabajadores y oprimidos, nuestro tamaño y aislamiento geográfico limitan inevitablemente nuestra habilidad de participar y poner a prueba en la práctica nuestro programa revolucionario. Bajo estas condiciones, nuestro reclamo que ambos grupos representamos la genuina bandera del marxismo revolucionario se enjuiciara principalmente sobre el nivel de teoría y programa y sobre nuestras posiciones acerca de grandes eventos de la lucha de clases internacional. Por lo tanto, la LRP y la ISL se han tomado un periodo amplio de discusiones metódicas sobre una amplia gama de cuestiones teóricas y programáticas. Teniendo en mente las fusiones y escisiones apresuradas que tipifican las relaciones entre grupos de la extrema izquierda, nos proponemos presentar una alternativa teórica principista seria para mejor ganar la confianza de los trabajadores de mentalidad revolucionaria.
En nuestras discusiones políticas hasta ahora hemos tocado cuestiones desde la estrategia de la lucha palestina, la naturaleza de clase de los estados ex estalinistas y estalinistas hasta las causas de la crisis económica global del presente. Durante este tiempo también hemos discutido nuevos eventos tales como la guerra ruso-georgiana del 2008, la guerra de Israel contra el estrecho de Gasa del invierno del 2008-09, y los acontecimientos recientes en Irán – y la actitud que los socialistas revolucionarios deben mantener hacia ellos.
Los camaradas de la LRP y la ISL también han visitado a sus países para charlas de cara a cara. Estas visitas le han proveído a ambos grupos la oportunidad cercana de la experiencia de un debate democrático del cual ambos grupos desarrollan sus posiciones, y también los esfuerzos prácticos de cada uno para adelantar la causa de la construcción del partido revolucionario mediante la participación en las presentes luchas obreras, movimientos de protesta y culturas izquierdistas.
Los revolucionarios genuinos buscan a los que piensan de igual manera – camaradas que piensen por si mismos y que sean capaces de trabajar colectivamente para resolver los problemas teóricos y programáticos corrientes y del futuro presentados por la lucha de clases – y que sean capaces conjuntamente de conducir una lucha determinada para construir el liderato revolucionario internacional que nuestra clase necesita. La experiencia en las discusiones y la cooperación de la LRP y el ISL hasta este punto no nos dan razón alguna para dudar que en nuestras organizaciones respectivas hemos encontrados tales camaradas. Al hacer publicas nuestras discusiones, nuestros grupos desean proveerle a los trabajadores y jóvenes de mente revolucionaria la oportunidad de seguir de cerca nuestras discusiones políticas y la colaboración en pleno desarrollo y, más aun, la capacidad para juzgar su carácter serio y principista. En este informe, ya que la ISL es una organización relativamente nueva, vamos a describir alguna de su historia y luego haremos un resumen de la discusión de nuestros grupos hasta el momento.
Los camaradas que fundaron la ISL han viajado un largo trecho político en años recientes: a partir de la Tendencia Marxista Internacional (IMT), que es unos de los grupos más colaboracionistas de clase que reclaman la bandera del trotskismo, hasta alcanzar las discusiones del presente con la LRP. De hecho el miembro mayor de la ISL, Yossi Schwartz, comenzó su búsqueda por la genuina política obrera revolucionaria como miembro del Partido Comunista Israelí. Después de romper con el estalinismo, sin embargo, el camarada Schwartz, como muchos otros revolucionarios en búsqueda, se encontró atrapado durante años dentro del laberinto del “trotskismo ortodoxo”, notablemente como miembro destacado a largo plazo de la Tendencia Espartaquista, como también una corta asociación con el Comité Coordinador para la Refundación de la Cuarta Internacional (dirigido por el Partido Obrero argentino).
Habiendo pasado por la traumática experiencia del sofocante sectarismo y la abusiva, burocrática vida interna de los espartaquistas, el camarada Schwartz por error se unió a un grupo aparentemente trotskista que parecía ser un exacto opuesto. En el 2003, el y otros escogieron unirse a la IMT. Una razón clave detrás de su decisión era su creencia errada de que lo mas importante en ese tiempo para hacer avanzar la causa de la construcción del partido revolucionario en Israel seria unirse al Partido Comunista con el propósito de reclutar a los elementos radicalizados, particularmente entre sus bases palestinas. La IMT, que es conocida por su concepción de entrismo y apoyo a los partidos reformistas socialdemócratas y estalinistas como una etapa inevitable de la lucha obrera, alentó de sobremanera tal perspectiva.
Pero eventos históricos ya obraban para alentar la radicalización de los camaradas que formarían mas tarde a la ISL. El sionismo se dirigía velozmente hacia una crisis de legitimidad, al desenmascararse cada vez más su brutal opresión de los palestinos alrededor del mundo. Más importante aun, la lucha palestina había alcanzado una calle sin salida y una terrible crisis de liderato. En los Acuerdos de Oslo del 1993, el liderato nacionalista de la OLP había traicionado completamente la lucha por la autodeterminación de los palestinos al aceptar el derecho del estado de Israel a existir en la tierra saqueada palestina. Desde entonces, a través de su gobierno notoriamente corrupto de la Autoridad Palestina, la OLP ha servido como policía de las masas afavor de Israel en los pequeños territorios que se le ha permitido supervisar. Como reacción a esta traición, los islamistas populistas del Hamas y otros grupos reclamaron representar una alternativa política que no se vendería a los sionistas. Mientras que los eventos desmentirían estos reclamos, su manera de hacer poses radicales les gano creciente apoyo popular.
Los diferencias iniciales de los camaradas fundadores de la ISL surgieron posterior a la invasión israelí del Libando del 2006. Los dirigentes de la IMT insistían que la clase obrera judía de Israel no era menos potencialmente revolucionaria que cualquier otra, y entonces esperaban que la derrota de las metas israelíes en el Líbano en el 2006 desatara una radicalización izquierdista en su seno. De hecho, los trabajadores judío israelíes no solo apoyaron de sobremanera la sangrienta ofensiva de su gobierno sino que también giraron mas hacia la derecha, aumentando el apoyo por los políticos derechistas que criticaban a su gobierno por no proseguir con la guerra de una forma mas cruel.
Este desarrollo se explica por la naturaleza única de Israel como estado poblador colonial. Es una verdad básica que la gran mayoría de los trabajadores del mundo no tienen “nada que perder que no sean sus cadenas” y por lo tanto tienen un interés fundamental en el derrocamiento del sistema capitalista. Lo mismo no se puede decir de los trabajadores judíos israelíes. Similar a otros estamentos obrero aristocráticos en los países imperialistas, gozan de ciertos privilegios materiales que se basan en el estatus imperialista de su clase dominante. Pero disimilar a otros estamentos obrero aristocrático, sus logros se basan a costa directa de las masas palestinas y viven en tierras usurpadas a los palestinos. De tal manera que ven las acciones agresivas del estado de Israel como garantía de su existencia privilegiada. Mientras que la IMT, como la mayoría de los grupos socialistas, tercamente cierran sus ojos a estas realidades, los futuros integrantes de la ISL se dieron cuenta pronto que no podían hacer lo mismo si iban a avanzar hacia una genuina perspectiva para la lucha para la liberación palestina y para la revolución socialista en el Medio Oriente.
El punto de ruptura se dio con la guerra civil en Gasa en el 2007. Las elecciones al parlamento de la Autoridad Palestina en el 2006 habían visto a Hamas obtener una aplastante victoria sobre la facción dominante de Fatal de la OLP. Al siguiente año, las fuerzas militares de Fatal, con apoyo político y material de tanto Israel y USA, lanzaron una ofensiva contra Hamas con la meta de sacarlos del poder. Reconociendo que las masas palestinas le habían entregado a Hamas una victoria electoral como protesta contra las traiciones de Fatal y que el ataque militar contra Hamas se conducía al servicio del imperialismo israelí y USA, los futuros de la ISL correctamente se posicionaron al lado de las masas palestinas en Gasa bajo el liderato de Hamas y a favor de la derrota de Fatal y las metas de sus sostenedores imperialistas. Los lideres de la IMT, por otro lado, se opusieron a esta postura valerosa y en vez insistieron en una posición de neutralidad en la guerra civil.
Los futuros de la ISL no se rindieron ante los argumentos del liderato de la IMT, sin embargo, y fueron la próxima internacional de la tendencia, en Barcelona ene. 2007 con el propósito de argumentar su caso. La presión del debate allá los obligo a los camaradas a mirar más críticamente todas las posiciones de la IMT en el resto del mundo, como también mirar más profundamente a las raíces de sus diferencias políticas. Como explican en su documento The ISL’s Break with the IMT (la ruptura de la ISL con la IMT), los camaradas pronto argumentaron contra las políticas frentepopulistas de la IMT en Pakistán, donde sus seguidores funcionaban como parte del burgués Partido del Pueblo de Pakistán, y en Venezuela, donde la IMT se había convertido en apologistas acriticos del burgués nacionalista Hugo Chávez. Durante estos debates cogieron al dirigente de la IMT Alan Woods con una rotunda mentira cuando negó que los comunistas irlandeses no hubieran apoyado a los nacionalistas durante la guerra civil del 1922-23. Esto era mas de lo que predeciblemente podían tolerar los lideres de la IMT, y pronto expulsaron a sus camaradas sin si quiera formularle cargos o permitirle el derecho a defender sus puntos de vista en un juicio.
En su lucha política contra el liderato de la IMT, los desacuerdos de los futuros camaradas de la ISL sobre la lucha palestina rápidamente se ampliaron a diferencias sobre una gama de sigues internacionales. Posterior a su expulsión, los camaradas comenzaron a repensar su entendimiento del marxismo a los niveles más fundamentales.
La traición a la causa de la autodeterminación palestina por la OLP confirmo la perspectiva de revolución permanente de Trotsky, que nos enseña que las fuerzas burguesas entre los oprimidos en última instancias dependen en el sistema imperialista para su posición social privilegiada y inevitablemente se posicionan contra las masas. Trotsky mantenía que la lucha de los oprimidos por su liberación solamente podía alcanzar la victoria mediante el derrocamiento revolucionario del capitalismo por la clase obrera; y que la clase obrera podía, a su vez, obtener apoyo popular y gobernar estableciéndose como campeón insobornable de la causa de los oprimidos.
Sin embargo, muchos que reclamaban la bandera del trotskismo insistían que los palestinos se veían obligados a sacrificar sus derechos de un nivel a otro con el propósito de lograr el apoyo de los trabajadores israelíes. Los camaradas del ISL concluyeron que el punto de partida para un programa revolucionario en Israel/Palestina Ocupada tenía que ser una lucha sin compromisos a favor de la autodeterminación palestina, que significa el derecho completo de retorno de los palestinos a su patria y su derecho al gobierno de mayoría dentro del contexto del estado obrero palestino.
¿Como se podrá lograr tal revolución obrera? Reconociendo que las masas palestinas estaban menos armadas y fueron dominadas por el estado israelí, el liderato de la IMT había convencido previamente los de la ISL que los palestinos no tenían alternativa alguna que no fuese basar sus esperanzas en el supuesto potencial revolucionario de la clase obrera israelí. Los de la ISL reconocieron que esta perspectiva era inútil. Se alejaron de una perspectiva angosta limitada a las fronteras nacionales de Israel y Palestina y apuntaron hacia el potencial de las luchas revolucionarias de la clase obrera de la región entera, particularmente de la clase obrera árabe de los estados vecinos, de venir al apoyo de los trabajadores y pobres palestinos. La clase obrera palestina a la misma vez continuaría en su rol inspirador en las luchas anti-imperialistas y obreras del Medio Oriente y el resto del mundo.
Además, los camaradas de la ISL entendieron que detrás del rechazo de la IMT a defender a Hamas contra los ataques de Fatal apoyados por los imperialistas se encontraba el acomodo total de la IMT al imperialismo. Por ejemplo, en el caso de la guerra Malvinas/Falkland del 1982, la IMT rehusó defender a la Argentina, un país neocolonial oprimido, contra el imperialismo británico. De igual manera, en las luchas del norte de Irlanda, la IMT ha rehusado alinearse con el Ejercito Republicano Irlandés contra el imperialismo británico. Y mas allá de la IMT, los camaradas de la ISL vieron que todos los grupos principales que reclaman la bandera del trotskismo habían una o en otra ocasión traicionado el principio de defensa inquebrantable de los oprimidos contra los ataques imperialistas.
Incentivando más aun la radicalización de la ISL fue el colapso del estalinismo, un evento totalmente inesperado por el estamento de “trotskistas ortodoxos” del cual eran parte los miembros fundadores de la ISL. La creencia fundamental del estamento ortodoxo consiste en que los estados estalinistas son estados obreros. Esa visión fue refutada por el hecho de que la clase obrera ni siquiera levanto un solo dedo para defender a “sus” estados del colapso y en muchos casos fueron una fuerza clave en las luchas de masas anti-estalinistas. Pero si los estados estalinistas no eran estados obreros, ¿cuál era su naturaleza de clase? Los camaradas de la ISL concluyeron correctamente que si la clase obrera había estado oprimida y explotada por estos estados, entonces la burocracia estalinista que los dominaba tenía que haber funcionado como una clase capitalista dominante.
Sin embargo, la ruptura de la ISL con la teoría ortodoxa de los “estados obreros deformados” no los condujo a romper con el trotskismo. Por el contrario, continuaron su lucha para defender la tradición revolucionaria autentica del abuso y la distorsión. Los camaradas de la ISL habían luchado al interior de la IMT por defender la perspectiva de revolución permanente de los que la habían traicionado en nombre de Trotsky. Entonces entendieron mejor la idea de que la creación de estados obreros por los estalinistas durante la Segunda Guerra Mundial no solo traicionaba el juicio de Trotsky de que los estalinistas eran totalmente una fuerza contrarrevolucionaria sino también el entendimiento fundamental marxista de que solo la clase obrera es capaz de derrocar al capitalismo. La ISL entonces entendió que el rechazo de las ilusiones sobre el potencial progresista del estalinismo era esencial para revivir la genuina tradición revolucionaria del trotskismo.
Pero, lo que es mas importante aun, radica en que los camaradas de la ISL concluyeron rápidamente que la idea de que las fuerzas estalinistas podían llevar acabo un rol revolucionario expresa una cínica falta de confianza en el potencial revolucionario de la clase obrera, como también una esperanza ilusoria de que fuerzas no-proletarias podían ser exitosas en el derrocamiento del capitalismo donde los trabajadores habían fallado. Este cinismo explicaba la capitulación de la IMT al reformismo socialdemócrata en su sede en Inglaterra, como su apoyo político de fuerzas nacionalistas burguesas en Pakistán y Venezuela. También explicaba las muy similares capitulaciones de los Espartaquistas, que son archireconocidos por su apoyo celebratorio de los estalinistas como de los frentes populares influenciados por los estalinistas en Nicaragua y el FMLN en El Salvador en la década de los ochenta.
Al examinar los camaradas de la ISL la historia del trotskismo, empezaron a descubrir un patrón de traiciones que comenzaba a finales de la Segunda Guerra Mundial. El pusilánime apoyo de la IMT a Chávez en Venezuela no era fundamentalmente diferente del apoyo de la crecientemente degenerada Cuarta Internacional a Tito en Yugoslavia, a quien su liderato de forma ridícula le ofrecieron membresía a la Internacional. Los camaradas de la ISL ya sabían que la Cuarta Internacional había cruzado la línea de clases al apoyar el gobierno del partido burgués “anti-imperialista” en la revolución de Bolivia en el 1952; la relativamente grande seccional de Bolivia, con una significativa base obrera, traiciono el principio básico del trotskismo de siempre luchar a favor de la independencia política y organizativa de la clase obrera de las fuerzas capitalistas. La CI de esta manera contribuyo a la desmovilización y desmoralización de la clase obrera y cargó con la responsabilidad final de la derrota obrera. Los camaradas de la ISL concluyeron mas tarde que esta traición decisiva en la práctica marcó el final de la CI como organización revolucionaria.
Con estas ideas básicas, la ISL giro hacia un estudio de los puntos de vista de las pocas agrupaciones aparentemente trotskistas con una análisis de “capitalismo de estado” del estalinismo. Giraron primero hacia la agrupación mas grande, La Tendencia Socialista Internacional (TSI) dirigida por el Partido Obrero Socialista (POS) Británico. Pero un examen rápido del record político de la TSI revelo un patrón de posiciones oportunistas que no eran mejores que la del estamento “trotskista ortodoxo” con el cual habían hecho ruptura. En particular, el POS británico era ciertamente anti-sionista pero habitualmente capitulaba ante los lideratos nacionalistas e islamistas de los musulmanes tanto en Inglaterra como en los países del Medio Oriente ocupados por los imperialistas. La ISL sostuvo una correspondencia breve con la TSI, que también desenmascaro la espantosa actitud cínica hacia los prospectos de una lucha revolucionaria obrera en el Medio Oriente: ¡la TSI le advirtió a la ISL que desistiera de sus esfuerzos y se mudasen a Inglaterra!
En lo sucesivo, la ISL giro hacia la LRP y descubrió que ya compartíamos algunas posiciones en común tanto sobre el estalinismo como las luchas en la Palestina. La ISL entonces inicio contacto con la LRP y comenzamos nuestras discusiones políticas.
Luego de compartir nuestras historias políticas y puntos de vista generales, nuestros grupos comenzamos a examinar con más detalle esas cuestiones sobre las cuales ya teníamos acuerdos básicos, Israel/Palestina Ocupada, y la naturaleza de clase de los estados estalinistas.
Al repasar luchas históricas claves, comenzamos con la actitud revolucionaria hacia las guerras del 1948, 1956 y 1973. Estuvimos de acuerdo sobre la importancia de estar al lado de los palestinos contra todos los ataques imperialistas israelíes, incluyendo la guerra del 1948, una posición que ni la Cuarta Internacional aun revolucionaria no había asumido en su tiempo.
Sobre el programa de la lucha obrera en Israel/Palestina Ocupada hoy día, estuvimos de acuerdo que el punto de partida es una lucha sin compromisos por el derrocamiento del estado de Israel y por la autodeterminación del pueblo palestino oprimido, que solo se puede lograr en la forma de un estado obrero palestino sobre todo el territorio de lo que es ahora Israel y Palestina. Alcanzamos acuerdos tentativos sobre una cantidad de sigues programáticos – incluyendo la política de los lenguajes, la oposición de los revolucionarios a participar en las elecciones al Knesset israelí, la demanda a favor de una asamblea constituyente en Israel/Palestina Ocupada, la cuestión sobre la tierra, la actitud revolucionaria hacia los gremios Histadrut en Israel, la Política Militar Proletaria de Trotsky, y las tácticas para promover la lucha de la clase obrera en Israel. Esperamos que nuestros acuerdos obre estos issues se confirmen en la forma de documentos publicados en el futuro.
Una cuestión que nuestras organizaciones no están de acuerdo es sobre si los judíos israelíes constituyen una nación. La LRP ha mantenido que la lucha para desposeer al pueblo palestino y construir un estado sionista ha establecido una nación judía israelí con una conciencia nacional aparte. La ISL, por otro lado, mantiene que aunque Israel tiene muchos de los rasgos básicos de una nación, le falta la identificación consciente de si mismo como tal. De hecho, Israel oficialmente niega que es el estado de sus propios ciudadanos, insistiendo que en vez es el estado y patria de la nación judía mundial. Ambos grupos reconocemos que este desacuerdo no afecta nuestra actitud hacia la autodeterminación israelí: como un pueblo opresor cuya autodeterminación solo se puede ejercer a expensas de los palestinos oprimidos, los judíos israelí no tienen derecho a la tierra o propiedad palestina robada, o el derecho a un dominio minoritario tipo apartheid.
La ISL estudio el libro de la LRP, The Life and Death of Stalinism (La Vida Y Muerte del Estalinismo) y llegaron a un acuerdo amplio con la teoría de la LRP sobre el estalinismo como capitalismo estatificado. Luego lo expreso en su documento Trotskyism and the Class Character of the Stalinist States (El Trotskismo y el Carácter de Clase de los Estados Estalinistas). También discutimos el entendimiento de la LRP sobre la teoría económica y el patrón de crisis económicas en la época de decadencia del capitalismo que es desarrollado a profundidad en La Vida Y Muerte del Estalinismo y en varios escritos publicados, y exploraron esas ideas más aun en discusiones sobre la presente crisis económica.
También discutimos, punto por punto, la declaración programática más comprensiva de la LRP, Political Resolution of the Communist Organization for the Fourth International (La Resolución Política de la Organización Comunista por la Cuarta Internacional). Establecimos un acuerdo comprensivo sobre su perspectiva, que ha sido confirmado al comenzar la ISL a publicar documentos programáticos propios, incluyendo The Socialist Revolution and the Vanguard Party (La Revolución Socialista y el Partido de Vanguardia), trata del rol decisivo del partido revolucionario de vanguardia en elevar la conciencia revolucionaria de la clase obrera, y The ISL Position on Wars (La Posición de la ISL sobre la Guerra). Estuvimos específicamente de acuerdo que nos oponíamos a la estrategia de “entrismo profundo” a los partidos estalinistas y socialdemócratas, que no es lo mismo que la táctica de entrada temporera de Trotsky en la década de los treinta.
Nuestras discusiones también tocaron los eventos contemporáneos en la lucha de clases internacional. Alcanzamos conclusiones similares sobre la guerra ruso-georgiana en el verano del 2008. La declaración publica de la LRP sobre esta cuestión, Russian Imperialism Out of Georgia! U.S., NATO Imperialists Out of the Caucasus! se beneficio grandemente de nuestras discusiones, y la posición de la ISL fue expresada mas tarde en el documento The ISL Position on Wars (La Posición de la ISL sobre la Guerra). También discutimos la guerra de Israel en Gasa en el invierno del 2008-09, y nuestros acuerdos se expresaron en las declaraciones independientes de nuestras organizaciones publicadas sobre estos eventos, el volante de la LRP A derrotar al imperialismo Israelí y norteamericano – ¡Alto a la matanza en Gaza!, y la volanta de la ISL “Not for a cease fire but for immediate withdrawal of Israel from Gaza and the smashing of the siege of Gaza!”
Durante el verano pasado los camaradas de la ISL visitaron los EE.UU., y Yossi Schwartz de la ISL fue el orador invitado de una reunión pública organizada por la LRP en la Ciudad de Nueva Cork sobre “La Crisis del Sionismo y los Prospectos de la Revolución en el Medio Oriente”. En esta reunión, nuestros grupos propusieron una firme lucha contra el sionismo y a favor del derecho a la autodeterminación de la nación Palestina como parte esencial de la lucha por la revolución socialista en el Medio Oriente. Otros en la reunión, incluyendo representantes y exsimpatizantes de la Liga Espartaquista y la Tendencia Bolchevique Internacional, propusieron que los socialistas deberían apoyar tanto los reclamos de autodeterminación de los judíos como de los palestinos. Los oradores de la LRP y la ISL los retaron a que declaran claramente a cuales de los derechos democráticos de los palestinos se oponían, ya que los judíos israelíes solo podrán tener un estado propio negándole el derecho a los palestinos a regresar a su tierra desde adonde fueron expulsados por su etnia o por la dominación minoritaria sobre la mayoría palestina en forma apartheid. Ningún simpatizante de la perspectiva Espartaquista no siquiera intento contestar nuestra pregunta. La experiencia conjunta de los camaradas de la LRP y la ISL en defender la única y viable perspectiva para la liberación palestina confirmo más aun nuestras perspectivas políticas compartidas y nuestros crecientes vínculos de camaradería.
Las discusiones hasta ahora han establecido claramente un grado mayor de acuerdo político entre la LRP y la ISL. Las discusiones futuras se focalizaran mas sobre las perspectivas de la LRP sobre sigues tales como la importancia estratégica de la lucha de clases en los EE.UU. en particular, como la lucha contra el racismo, como cuestiones que solo se han tocado por encima, tales como nuestro entendimiento del trabajo revolucionario en los gremios y otros movimientos de masas. La perspectiva de construir nuestras organizaciones en nuestros países respectivos se discutirán también. De igual manera pondremos a prueba nuestro acuerdo sobre nuevos desarrollos de la lucha de clases internacional al emitir declaraciones conjuntas sobre issues principales. Hemos comenzado al adoptar nuestra primera declaración conjunta, Stop the U.S./Israeli War Threats Against Iran! (Alto a las Amenazas Israeli/EE.UU. contra Iran!).
Confiamos que las discusiones futuras, como la prueba del trabajo en colaboración al responder a los nuevos eventos en la lucha de clases internacional, confirmara que tenemos una visión de mundo marxista común, y que la ISL se unirá a los grupos fraternos de camaradas en la Organización Comunista por la Cuarta Internacional (COFI-OCCI).