2. La acumulación de capital

El capital se originó históricamente en sociedades precapitalistas como el dinero que los mercaderes y banqueros invertían en el comercio o usura para obtener beneficio. Pero así como el valor de las mercancías no cumplió sus propias leyes hasta que la fuerza de trabajo se convirtió en una mercancía disponible, también el capital se convirtió en sí mismo solamente como propiedad de los medios de producción por medio de los cuales el plusvalor fue extraído de los trabajadores asalariados.

Las relaciones salariales permiten un mayor grado de explotación en comparación con el pasado. Bajo los modos de producción previos, el plusproducto apropiado por los explotadores era determinado por costumbre como una suma mas o menos fija establecida con anticipación; los productores directos vivían, si podían, de lo que quedaba. La extracción de plusvalía estaba limitada por “las paredes del estomago del señor”. Los dominadores necesitaban en algunas ocasiones explotar mas a sus oprimidos, pero ellos se limitaban dado el peligro de que los productores mueran por inanición y de esta forma se interrumpa la producción.

Bajo el trabajo asalariado, en contraste, la compensación de los productores empleados se establece con anticipación; los patrones se quedan con el resto. Liberados de las tradiciones restrictivas, la burguesía tiene todos los incentivos para expandir el plusvalor. Los productores, “libres” de los medios de producción, son compelidos a trabajar bajo condiciones establecidas por loe empleadores. Como resultado de ello, los trabajadores asalariados producen un plusvalor enorme sin tener derecho a nada de él.

La apropiación de la plusvalía hace posible la expansión del capital, y esta basada necesariamente en la lucha de clases de los productores contra los explotadores. Para Marx:

La directriz, el fin y el objetivo de la producción capitalista, son extraer la mayor cantidad posible de plusvalía y consecuentemente explotar la fuerza de trabajo al máximo nivel posible. Ha medida que el número de trabajadores empleados aumenta, también lo hace su resistencia a la dominación del capital, y con ello, la necesidad del capital de derrotar esta resistencia mediante una contrapresion. El control ejercido por los capitalistas no es sólo una función especial determinada por la naturaleza del proceso social de producción, es también al mismo tiempo una función de explotación del proceso social de trabajo, y esta consecuentemente enraizada en el inevitable antagonismo entre el explotador y la materia prima viva y trabajadora que él explota.

La cantidad de plusvalía extraída es la principal cuestión de la lucha de clases entre capitalista y obreros. El capitalismo se expande reinvirtiendo la plusvalía que se apropia: en esto consiste la acumulación de capital.

Plusvalía relativa

Los capitalistas siempre han tratado de extraer mayor plusvalía de los trabajadores aumentado la duración y la intensificación de la jornada de trabajo. (Marx llamó a esto el aumento de la plusvalía absoluta). Tales medidas inevitablemente intensifican la resistencia de los trabajadores. La alternativa de los patrones es reducir el costo de la producción. En el caso de los materiales y maquinas, ellos pueden tratar de comprarlos más baratos (a otros patrones que sufren la misma compulsión hacia la reducción de costos). La mercancía fuerza de trabajo, sin embargo, es “producida” por la clase obrera; y a medida que el proletariado se fortalece y organiza, su monopolio de la fuerza de trabajo hace que los salarios suban. En consecuencia, la burguesía trata de debilitar al proletariado reduciendo su rol en la producción y aumentando el “ejército de reserva” de desocupados como amenaza constante de reemplazo para los obreros.

Marx escribió, “puede ser posible escribir una historia de las invenciones hechas desde 1830 con el único objeto de proveer al capital con armas contra la revuelta de la clase obrera”. La “ley general de acumulación capitalista” de Marx fue la expulsión de los trabajadores del proceso de producción.

La mejor forma de ‘contrapresion” capitalista es reemplazar trabajadores por maquinaria en el proceso de producción, o sea trabajo vivo por trabajo muerto. Esto no sólo permite al capitalista individual emplear menos trabajo, sino que también con una mayor productividad reduce el valor de las mercancías, y para la burguesía como un todo rebaja los bienes que los trabajadores necesitan y en consecuencia rebaja el costo de la fuerza de trabajo. Este método es llamado el aumento de la plusvalía relativa. Esta es la forma característica de la acumulación capitalista, un método económico de disciplinar a la clase obrera, el cual distingue al capitalismo de otras sociedades. (Obviamente, como toda clase dominante la burguesía también usa la violencia para mantener controlados a los obreros.)

Desde el punto de vista del capital, la contraposición entre trabajo muerto y vivo depende de cómo se invierte el capital. El capital variable paga por la fuerza de trabajo, la cual crea nuevo (plusvalor) valor para los capitalistas. El capital constante compra el trabajo muerto, el cual transfiere su valor sin modificar a los nuevos productos. El capital constante además se divide entre capital constante circulante, como ser las materias primas, cuyo valor es transferido enteramente a las mercancías producidas; y capital fijo, como ser los edificios y la maquinaria, cuyo valor se subdivide entre las mercancías que ayuda a producir a través de su vida útil.

El de cada mercancía, de esta forma, consiste de tres componentes: el capital variable V, pagado a los productores inmediatos; el capital constante C, pagados a los dueños de los materiales, materias primas y otros medios de producción usados; y la plusvalía S, o la porción impaga del trabajo vivo apropiada por el capitalista. El valor total de la mercancía se puede expresar como: C + V + S. la extracción de plusvalía relativa implica no solo el crecimiento de C a un mayor ritmo que V; también significa que el capital fijo crece más rápidamente.

Queda una distinción adicional para hacer. Marx divida la producción en dos departamentos, Departamento 1 para bienes de producción y Departamento 2 para bienes de consumo. La producción del Departamento 1 reentra en la producción como capital constante; la producción del Departamento 2 se convierte en capital variable. De esta forma el avance de la productividad, la expansión del capital constante por encima del variable, implica también que el Departamento 1 se expande mas rápidamente que el Departamento 2.

La ruta inherente para la acumulación de capital, tomando la forma de aumento relativo de la plusvalía, es la clave para la inmensa expansión del capitalismo. Y una vez la acumulación de plusvalía relativa comienza, su continuación es forzosa para la burguesía debido a la presión interna de la competencia. En 1847 Marx y Engels escribieron en el Manifiesto Comunista que “la burguesía”, durante su escaso reinado de cien años, ha creado fuerzas productivas más masivas y más colosales que todas las generaciones precedentes juntas.

La otra cara de este logro es que el trabajo esta condenado a la esclavitud por parte del capital. El “intercambio equitativo” de fuerza de trabajo por salario permite a los capitalistas apropiarse de la plusvalía sin retornar ningún equivalente. Su resultado es la vasta desigualdad entre clases (y dentro de ellas); la acumulación de capital sólo intensifica la disparidad.

La acumulación de riqueza en un polo es, por lo tanto, al mismo tiempo la acumulación de miseria, agonía, esclavitud, ignorancia, brutalidad, y degradación moral en el polo opuesto, o sea, en el lado de la clase que produce su propio producto en la forma de capital.

Concentración y centralización

Frecuentemente los marxistas afirman de la misma forma que los teóricos burgueses que la motivación conductora de los capitalistas individuales es maximizar su beneficio. Pero esto, como objetivo de extraer la máxima plusvalía, es sólo un medio para conseguir su objetivo final. Como Marx estableció, el “objetivo [del modo capitalista de producción] es preservar el valor del capital existente y promover su auto-expansión al limite máximo (o sea, promover un crecimiento aun más rápido de su valor).” Este objetivo, como veremos después, se contrapone con la tendencia capitalista “hacia el absoluto desarrollo de las fuerzas productivas, sin importar el valor y la plusvalía que estas contienen ...”. Esto significa que el capitalismo trata de expandir la forma valor incluso a expensas del desarrollo del valor de uso. El conflicto de estas tendencias, la más visible expresión de la contradicción del valor, es la clave para el análisis de las crisis capitalistas.

La acumulación ocurre tanto por medio de la concentración del capital - el crecimiento de los capitales individuales por medio de la reinmersión de su propia plusvalía -- como por medio de la centralización del capital en las manos de cada vez menos capitalistas, quienes se apoderan de la propiedad de otros. Los capitalistas más débiles, quienes son incapaces de expandirse y modernizarse rápidamente son dejados fuera del negocio y expropiados por los capitalistas más fuertes. (Dos términos son definidos aquí de acuerdo con Marx, los cuales no son idénticos con el uso que se les da hoy en día.)

Varios peligros para la burguesía son inherentes a ambos aspectos de la acumulación, además de la obvia destrucción de los capitalistas. Uno es que la acumulación viene acompañada por crisis periódicas que debilitan la confianza de las masas en la capacidad de la burguesía para administrar la sociedad. Otro es que la expansión devalúa el capital. Enlazada con ambos esta el incremento de la concentración y la organización del proletariado, unificando y fortificando la socialización del trabajo por parte del capitalismo -- una amenaza a la propia existencia del capitalismo. Este es el sumario de Marx de este proceso, una concisa pieza maestra de la dialéctica:

Tan pronto como el proceso de transformación ha descompuesto suficientemente a la vieja sociedad de arriba abajo, tan pronto como los trabajadores se convierten en proletarios, tan pronto como el modo capitalista de producción se puede tener en sus propios pies, ocurre la subsiguiente socialización del trabajo y la transformación de la tierra y otros medios de producción en medios de producción socialmente explotados, así como una expropiación adicional de los propietarios privados, que toma una nueva forma.

Lo que en ese momento pasa a ser expropiado es no solo los propios trabajadores sino también los capitalistas que explotan a muchos trabajadores. La expropiación se consigue por medio de las propias leyes de la producción capitalista, por la centralización del capital. Un capitalista siempre mata a muchos otros. Mano a mano con la centralización ... se desarrolla en una escala creciente la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación técnica conciente de la ciencia, el cultivo metodológico del suelo, la transformación de los instrumentos de trabajo en instrumentos que solo pueden ser usados en común, la economizacion de todos los medios de producción debido a su uso combinado, trabajo socializado, la involucracion de todo el mundo en la red del mercado mundial, y con esto la internacionalización del régimen capitalista.

Conjuntamente con la constante disminución del numero de magnates del capital, quienes usurpan y monopolizan todas las ventajas de este proceso de transformación, crece la miseria de las masas, la opresión, la esclavitud, la degradación, la explotación; pero con esto también crece la tendencia a la revuelta de la clase obrera, una clase que crece constantemente en numero y disciplina, unida y organizada por el propio mecanismo del proceso capitalista de producción. El monopolio del capital se vuelve un lastre sobre el modo de producción, que ha crecido y florecido conjuntamente y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo finalmente se vuelve incompatible con el capitalismo. Este es un asunto obvio. Es el funeral de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.

En resumen, el desarrollo burgués de las fuerzas productivas pone en movimiento su propia destrucción. El elegante sumario de Marx amplifica la contradicción entre el carácter social y las relaciones privadas del capitalismo. También resalta la centralidad del proletariado para el socialismo. No solo la lucha de los trabajadores es la fuerza conductora del desarrollo capitalista, no solo es su explotación la chispa potencial de la revolución, sino que el propio desarrollo del proletariado y su lucha bajo el capitalismo lo organiza y le enseña la esencia de la producción colectiva internacional. El capitalismo de esta forma crea a la clase quesera la creadora del modo de producción superior, el comunismo.

“El comunismo capitalista”

El proceso de acumulación genera una extensión de la ley del valor cuya ausencia es a veces para sostener que los países stalinistas no eran capitalistas. Con lo cual merece cierta atención.

Para un dado capital, su taza de beneficio es el cociente de la plusvalía extraída sobre el capital invertido. Esta definición en términos de valor subraya que no es lo mismo la taza de ganancia que lo que los capitalista reciben en términos monetarios. La taza de ganancia recibida es la base de la habilidad capitalista para acumular y sobrevivir. En particular, un capitalista con una taza de ganancia particularmente baja en su esfera industrial tendrá dificultad para conseguir inversiones y créditos; si la situación persiste rápidamente estará fuera del negocio.

Entre diferentes esperas la situación es paralela. Si una industria es altamente beneficiosa en un determinado momento (debido a una gran demanda o un aumento de la productividad por la incorporación de una nueva tecnología, por ejemplo) atraerá inversiones y genera nuevas firmas. Como la producción en la industria aumenta, su mercado eventualmente quedara exhausto; luego los beneficios disminuirán y las inversiones se moverán hacia otro campo. En consecuencia existe una tendencia que hace que las tazas de ganancia tiendan a ecualizarse con la taza promedio de ganancia. Esto depende del hecho de que los capitalistas están interesados en la expansión del capital en general, y no en una esfera particular en la que hayan invertido momentáneamente.

Esta tendencia a la igualación fue usada por Marx para explicar un problema aparente de su teoría del valor. El reemplazo de trabajo vivo por trabajo muerto durante la acumulación es un proceso desigual: algunas firmas avanzan más rápidamente que otras. Dentro de la misma esfera industrial, la productividad puede variar entre capitales diferentes; el valor de la mercancía producida (su valor social necesario) esta determinado por el nivel dominante de productividad. Pero entre industrias diferentes, los diferentes niveles de productividad no afectan el valor de la mercancía si no su precio.

Los capitalistas de industrias diferentes (incluso si están igualmente actualizadas) normalmente diferirán en la proporción de maquinaria y trabajo empleados. En términos de valor, Marx llamó al cociente de capital constante y capital variable la composición orgánica del capital. Mientras que la composición orgánica tiende a variar entre distintas esferas, el ritmo de explotación (o ritmo de plusvalía), que mide la plusvalía en comparación con el capital variable que la produce, tiende a ser aproximadamente igual.

Aquí estriba la dificultad. Dado que sólo el trabajo vivo produce plusvalía, un capital con una alta composición orgánica usa relativamente poco trabajo vivo y en consecuencia produce una cantidad de plusvalía por debajo de la cantidad promedio. De esta forma, su taza de beneficio (en el sentido marxista) también estará por debajo del promedio. Si el beneficio que el capitalista recibe fuera el mismo que el extrae, las compañías mas avanzadas recibirían entonces las menores tazas de ganancia, y el sistema seria inestable.

El mercado de capital asegura que todos los capitalistas no reciben su beneficio simplemente de acuerdo con la plusvalía producida por sus propios trabajadores. Por el contrario, la tendencia a la igualación de las tazas de ganancia hace que la burguesía como un todo -- en efecto, como un simple capital total -- comparta el valor total de la plusvalía en proporción con el valor del capital individual invertido, variable y constante conjuntamente. Marx irónicamente llamo a esta tendencia “el capitalismo comunista”. Una ilustración adicional de esto es que los patrones como un todo explotan a los trabajadores como un todo, no solo como sus propios empleados.

El resultado de la igualación de las tazas de ganancia es que los capitalistas con una alta composición orgánica (y de esta forma bajas tazas de beneficio en términos del valor producido) se apropian mas plusvalía de la que sus trabajadores crean, con el objeto de obtener (“realizar”) la taza promedio de ganancia. Recíprocamente, otros capitalistas con una más baja composición orgánica reciben menos plusvalía que la que sus trabajadores producen, pero ellos aun obtienen la taza promedio de beneficio. Marx llamo al valor de intercambio revisado resultante para una mercancía su precio de producción; el es calculado de acuerdo con el costo de producción (la proporción pagada del capital variable más el capital constante contenido) más una participación proporcional de la plusvalía. Una mercancía producida con una composición orgánica mayor que la promedio tiene un precio de producción mayor que su verdadero valor de cambio.

La división y participación de la plusvalía tiene lugar por medio de la negociación diaria por mercados, créditos y precios. Es claramente un proceso a largo plazo ya que los capitalistas no pueden modificar sus inversiones inmediatamente. Aquellos que tratan de mover su capital deben enfrentarse con obstáculos serios: el capital esta ligado a los edificios, materiales, instrumentos, etc.. Y como el tamaño relativo del capital fijo tiende a aumentar, el proceso de igualación se ralentiza. Marx comento que, “Bajo la producción capitalista, la ley general actúa como la tendencia prevaleciente solo en una forma complicada y de manera aproximada, como un inalcanzable promedio de fluctuaciones incesantes.”

Una consecuencia de esta “igualdad” entre capitalistas es el intercambio desigual entre industrias e incluso países. En el comercio a precios de producción entre un productor avanzado (con una alta composición orgánica) y uno atrasado, ocurre una transferencia de valor desde el atrasado hacia el avanzado -- ya que las mercancías del productor avanzado se venden a un precio por encima de su valor y las productor atrasado se venden por debajo. Esta es una forma “legal” mediante la cual los países desarrollados se benefician desproporcionadamente del comercio con las colonias y los países dependientes.

La tendencia a la igualación de la taza de beneficio individual en el mercado ilustra la inigualable combinación capitalista de racionalidad e irracionalidad. Por un lado, permite que el sistema se expanda, ya que si ella un capitalista que trate de avanzar tecnológicamente recibirá solamente una proporción baja de la plusvalía producida. Por el otro, hace que el valor de intercambio diverja cada vez mas de su autentico valor, de tal forma que la sociedad burguesa se vuelve menos y menos capaz de cuantificar científicamente su propia producción interna. Esta es una de las razones por las cuales el valor solo puede ser medido indirectamente por medio de la inestable mercancía dinero y no puede ser calculado directamente en términos de tiempo de trabajo. Esto también muestra mas profundamente por que la propiedad privada (en el sentido de separada) esta en contradicción con la producción social: los capitales privados requieren (y tienden a obtenerlo) su “participación justa” en la plusvalía social, tanto esta distribución corresponda o no con los intereses de la sociedad -- incluso la sociedad burguesa -- como un todo.

Algunos teóricos critican a Marx por dar una solución errónea al llamado “problema de la transformación”. Ellos sostiene que el reemplazo por parte de Marx del valor de intercambio por los precios de producción esta basado en la asuncion de que cada proceso de producción comienza con el puro intercambio de valores; de esta forma el esta equivocado al no notar que el costo de producción, al menos como resultado, tiene que ser medido de acuerdo con los precios de producción. Pero Marx estuvo perfectamente al tanto de ello, el anticipo la “posibilidad de un error si el precio de costo de la mercancía ... es identificado con el valor de los medios de producción consumidos por él”.

La confusión se debe parcialmente al uso por parte de Marx del termino “valor” para significar valor de cambio. Valor de cambio es realmente una expresión monetaria del valor; el precio de producción es solo una modificación del valor de cambio después de que las trazas de ganancia son ecualizadas. La “transformación del valor en precios de producción” no es un cambio entre categorías (valor y precio) si no un ajuste dentro de una categoría -- el valor de cambio. El error que Marx cita es evitable si los precios de costo iniciales (“valores”) de las mercancías son entendidos como los precios de producción (valores de cambio modificados) tal como están al inicio del período de producción. (Lo mismo vale para la composición orgánica del capital).

El problema real es que los críticos de Marx lo interpretan a el como tratando de desarrollar una formula para un sistema de precios racional. Pero, como ya hemos visto, el propósito de su elaboración de la ley del valor fue descubrir las leyes perennes del capitalismo y demostrar su impermanencia.

Otra confusión es que la igualación de las tazas de ganancia resulta de una “migración” constante de capital desde las esferas de la industria con una composición orgánica alta hacia aquellas con una composición orgánica baja. Como veremos en el capítulo 5, esto convenció a algunos de que el capitalismo no existía en el bloque del este. Pero esto es sólo la extensión del concepto de que Marx fallo al resolver el problema de la transformación.

Primero que nada, la historia del desarrollo del capitalismo muestra lo opuesto: el capital no se mueve entre esferas, pero si tiende a ir a las más avanzadas -- de otra forma no habría ningún progreso tecnológico. (El movimiento del capital entre países en busca de mayores beneficios no contradice este argumento. Cuando el capital se mueve a un país económicamente atrasado obteniendo una taza de ganancia mayor debido a los bajos salarios, lo que esta haciendo es tomar ventaja de una mayor explotación -- mientras Marx asumía que en una dada sociedad la explotación es uniforme. En ese caso tiene el efecto de aumentar la taza de beneficio promedio, lo cual es un proceso separado del balance entre la taza de ganancia entre distintas firmas.)

En segundo lugar, la noción de migración asume que los capitalistas primero se apropian de “su propia” plusvalía basados en un puro valor de calculo, y sólo después descubren por medio de la competencia que su participación es desproporcionada. Pero los capitalistas modernos nunca se han apropiado beneficios ajustándose al valor puro. (Probablemente los productores precapitalistas de mercancías podrían haber cambiado sus mercancías de acuerdo con el valor -- pero después de que el trabajo se volvió una mercancía, el trabajo abstracto y con ello el valor no pueden medirse.) Una vez que la producción capitalista se ha establecido, no hay razón para las firmas mas aventajadas, en ningún ciclo de inversión, ser aquellas con menor composición de capital orgánico. El beneficio momentáneo puede deberse a muchos factores, incluidos los acceden tales.

La teoría de la migración mezcla diferentes niveles de análisis. El cálculo de Marx en términos de valor fue su primera aproximación a la realidad, con el capital tratado como algo unificado. La segunda aproximación, el capitalismo comunista, muestra como las tazas de ganancia se igualan al nivel de los capitales competitivos. Es la extensión de la ley del valor de las mercancías al capital: los capitalistas obtienen el mismo retorno de su inversión -- no de su trabajo sino de su capital. El precio de producción de una mercancía, la modificada reflexión del valor, depende no solo de las características de su producción aislada si no de su producción como producto de una esfera de capital en relación con toda otra esfera.

A pesar de que el capitalismo comunista parecería negar la ley del valor de las mercancías, en realidad es una “violación” adicional de la ley del valor basándose en la propia ley. Como Marx destaco, “cuan poco la determinación ‘directa’ del valor le importas a la sociedad burguesa -- sus efectos son directamente inconscientes.

La taza de ganancia produce una ilusión: la capacidad productiva del trabajo vivo aparece como la capacidad productiva del capital; la plusvalía creada en la producción aparece como los beneficios generados por el mercado. Los teóricos burgueses y de clase media no inventan sus ilusiones de la nada; ellos meramente invierten forma y contenido, presentando como producto de la ciencia lo que aparece en la superficie de las relaciones capitalistas y en la conciencia de los capitalistas. Marx criticó tanto a los capitalistas como a los “teóricos burgueses, los economistas políticos”, por permitir que la formación de una taza general de ganancia oscurezca el origen de la plusvalía en la explotación del trabajo. “La confusión de los teóricos es la mejor ilustración de la incapacidad de los capitalistas, cegados por la competencia, e incapaces de penetrar su fenómeno, de reconocer la esencia interna y la estructura interna del proceso que esta por detrás de la apariencia externa.” Poco tiene que ser agregado a estoy hoy en día, excepto que los “economistas políticos” ahora se llaman a si mismos marxistas.

La cuestión de la competencia

La más común mala interpretación de la ley del valor esta relacionada con las fuerzas que están detrás de la acumulación capitalista. Los teóricos de clase media sostienen que los deseos de los capitalistas individuales y su propia competencia en el mercado, en vez de los intereses de la burguesía como un todo son los que resisten la lucha de clase de los trabajadores. Esta posición es la más conveniente para aquellos que niegan la existencia del capitalismo en la URSS, donde la competencia de mercado entre empresas estaba limitada.

Por ejemplo, Mandel escribió: “Es la competencia la que determina la dinámica completa, todas las leyes de desarrollo, del capitalismo.” Más explícitamente:

¿Que es lo que hace que la sociedad capitalista se mueva?” la competencia. Sin competencia no hay sociedad capitalista. Una sociedad donde la competencia es radicalmente o completamente eliminada no será capitalista en el sentido de que no habrá mayores motivos económicos para acumular capital y consecuentemente para realizar nueve decimos de las operaciones que el capital ejecuta.

La noción en cuestión es tan persuasiva que Tonny Cliff, quien llama al sistema stalinista capitalista, también la usa similarmente:

Mientras que en los países capitalistas tradicionales la competencia entre diferentes dueños de fabricas hace que ellos acumulen e incrementen la composición orgánica del capital, en Rusia este factor no existe para nada ya que las fabricas son propiedad por una única autoridad.

De la misma forma, Baran y Sweezy, quienes sostienen que la actitud de Marx hacia la competencia esta desactualizada, usan la interpretación standard sobre la competencia para desacreditar la relevancia de todo el análisis de Marx sobre el capitalismo:

El estancamiento de la ciencia social marxista, su falta de vitalidad y esterilidad, no pueden ser explicadas por una simple hipótesis.... Pero hay un factor importante... El análisis de Marx del capitalismo descansa en la asuncion de una economía competitiva.

Algunos incluso piensan que la competencia es la que produce la ley del valor:

Esta competencia entre capitalistas individuales genera la ley del valor y constituye la fuerza determinante para el proceso histórico de acumulación capitalista.

Así la opinión dominante entre una gran variedad de marxistas es que la competencia es el punto de partida para el análisis del capitalismo. Tales teóricos suelen buscar apoyo citando a los Grundrisse de Marx, un importante trabajo que contiene sus notas privadas escritas en la preparación del Capital. Muchas de sus formulaciones son erróneamente extractadas como autorización para la línea que sostiene que la competencia es fundamental. Esta es una cita común:

En la competencia esta tendencia interna del capital [a expandirse mas allá de todas las fronteras] aparece como una compulsión ejercida sobre el por un capital foráneo, la cual lo lleva mas allá de la proporción correcta con un constante ¡Marchen, Marchen!... Conceptualmente, la competencia no es otra cosa que la naturaleza interna del capital, su carácter esencial, en apariencia y realizándose como la interacción reciproca de muchos capitalistas entre si, la tendencia interna como necesidad externa. El capital existe y puede solo existir como muchos capitales, y su autodeterminación en consecuencia aparece como la interacción reciproca entre ellos.

Es muy fácil leer “la competencia no es otra cosa que la naturaleza interna del capital” como una afirmación de Marx de que la competencia es la esencia del capital. Pero el pasaje no dice eso, de que la competencia en apariencia es la naturaleza interna del capital. Cual es la naturaleza interna ya lo hemos visto: la necesidad de acumular, la batalla entre capital y trabajo, la explotación del proletariado por medio del trabajo asalariado. El pasaje ilustra nuevamente la distinción entre apariencia y esencia. En lenguaje cotidiano el termino aparece es fácilmente sobreasado, pero cuando Marx escribe “aparece” tres veces en unas pocas líneas se refiere a la apariencia. Leyendo el pasaje como una foto de la apariencia superficial del capitalismo es claro lo que Marx tenía en mente, si entendemos que para Marx “apariencia” es un aspecto subordinado de la realidad.

En cuanto a la frase “el capital existe y sólo puede hacerlo como mucho capitales”, Marx significa que el capital esta basado en el valor, lo cual presupone mercancías producidas para intercambiar. Luego un capital sólo puede existir en relación con los otros. Los izquierdistas típicamente leen esto como un significado de que el capitalismo de estado es teóricamente imposible. Por ejemplo:

El capital es un concepto cuyo desarrollo y funcionamiento son gobernados por ciertas leyes, o sea que tiene una lógica. Nosotros argumentaremos, conjuntamente con Marx, que el “capitalismo de estado”... es incompatible con el análisis de Marx sobre el capitalismo. El punto clave... es comprender por que 1) E capital puede existir como muchos capitales, y, 2) La competencia es la ‘naturaleza interna del capital.’ Estas dos características fuertemente relacionadas obviamente excluyen la posibilidad de un estado-capital.

Pero Marx nunca sostuvo que el capitalismo de estado es imposible (ya veremos en el capítulo próximo que el y Engels sostenían lo opuesto) -- sólo que capitales propiedad de diferentes estados deben producir intercambiar y confrontar con los otros. De hecho, en su actividad ordinaria el capital necesita tomar la forma de “muchos capitales”, que compiten entre ellos, precisamente con el objeto de deshacerse de los sectores ineficientes en épocas de crisis. Los capitales monopólicos y estatizados enfrentan la misma necesidad, pero como ellos interfieren con la operación “automática” de las leyes del capitalismo ellos tienen dificultades para deshacerse de los sectores atrasados. Los esfuerzos corrientes para “reformar” las economías stalinistas introduciendo medidas de libre mercado muestran una vez más que la competencia es una categoría necesaria pero subordinada.

Un segundo pasaje de los Grundrisse es incluso más agudo:

La competencia ejecuta las leyes internas del capital; las vuelve leyes compulsivas para el capital individual, pero no las inventa. Ella las realiza. Tratar de explicarlas simplemente como un resultado de la competencia en consecuencia significa admitir que uno no las entiende.

Marx diferenciaba entre la tendencia a acumular, la cual el denominaba “ley inmanente de la producción capitalista” o “naturaleza interna del capital” -- y su manifestación superficial en la forma de competencia entre capitales. La manifestación es perfectamente real: los capitalistas individuales, especialmente los pequeños, sienten la presión a modernizarse y acumular como viniendo de la competencia, ya que sus rivales están constantemente amenazándoles con eliminarlos produciendo mercancías mas baratas. El capitalista A no se dice a si mismo, “Ahora que se como funciona el sistema, invertir en nuevas tecnologías para acumular capital y profundizar la explotación de la clase obrera de tal forma que el capitalismo pueda sobrevivir.” No, en cambio el piensa, “el capitalista B tiene nuevas maquinarias que me sacaran afuera del negocio, luego yo también necesito bajar los costos laborales de la misma forma.”

La competencia es precisamente la operación de la presión superficial que imponen las leyes internas sobre los capitalistas: Es el agente del policía del valor del capitalismo. Pero no es una fuerza fundamental para la acumulación. Si lo fuera, no tendería a recalentarse en las fases del ciclo económico cuando el ritmo de acumulación declina y disminuir cuando este se acelera (ver la sección sobre la crisis mas adelante). Como Marx remarco:

Es fácil desarrollar la introducción de maquinaria a partir de la competencia y de las leyes de reducción de costos de producción impulsadas por la competencia. Nosotros estamos dedicados aquí a desarrollarla desde la relación del capital con el trabajo vivo, si hacer referencia a otros capitalistas.

También otro pasaje de los Grundrisse fue citado para sostener que la URSS no podía ser capitalista sin competencia: “la producción fundada en el capital... se posiciona a si misma en la forma adecuada solo si la libre competencia se desarrolla.” Esta “cita” lamentablemente omite las palabras cruciales “por primera vez” en el medio de la frase, a pista para el echo de que para Marx “la libre competencia” es solo una etapa en la historia del capitalismo, una idea que será desarrollado completamente en el próxima capitulo.

Competencia y valor

Démosle una mirada al común error sobre la competencia desde otra perspectiva. Las leyes subyacentes del capital (valor, acumulación) operan al nivel mas abstracto del “capital en general”, donde la lucha entre capital y trabajo es considerada una abstracción de los conflictos entre la burguesía. Por otro lado, los efectos de la competencia operan al nivel de “muchos capitales”, donde las leyes fundamentales son impuestas a los representantes del capital. Marx uso el método de las aproximaciones sucesivas aplicado a la realidad social con el objeto de eliminar las distintas capaz aparentes y de esta forma descubrir las relaciones internas del sistema. La mala interpretación de la competencia tiende a mezclar estos dos niveles, en efecto omitiendo al capital en general a favor de las relaciones entre capitalistas individuales. Esto puede verse en particular en una particular afirmación de un pensador asociado a Tony Cliff:

Marx distingue entre ‘capital en general’ y ‘mucos capitales’. La primera es la relación de explotación entre trabajo y capital, la segunda la interacción competitiva de capitalistas individuales. La teoría del valor concierne especialmente con relaciones entre ‘muchos capitalistas’, dado que es la competencia la que compele a las firmas a vender mercancías al tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para producirlas.

Si esto fuera verdad seria difícil ver como Marx fue capaz de analizar el valor tan ampliamente en el Volumen 1 del Capital, el cual se limita al nivel del capital en general y escasamente menciona la competencia. De hecho responde a los seguidores de Cliff por anticipado:

La competencia meramente expresa como real, pone como una necesidad externa, aquello que se encuentra dentro de la naturaleza del capital; la competencia no es nada más que la forma mediante la cual muchos capitalistas fuerzan los determinantes inherentes del capital unos a los otros. Luego ninguna categoría de la economía burguesa, incluso las más básicas, por ejemplo la determinación del valor, se vuelve real por medio de la competencia...

La concepción de Cliff de que la competencia es la esencia del capitalismo es fundamentalmente la misma que la de los teóricos de no-capitalismo de la URSS (Mandel, Sweezy, Schatman, et al.). Como mencionamos en la introducción, el sostiene que dado que en la URSS el trabajo asalariado no es una mercancía, las leyes de movimiento del capitalismo operan solamente por que son impuestas desde afuera por la competencia militar. Pero el incluso avanza más: en la sociedad soviética, según el la acumulación del valor no es un objetivo de la producción, por el contrario, “La competencia de Rusia con el resto del mundo es expresada por la elevación de los valores de uso como un fin...”

Por supuesto, cada firma y estado capitalista requiere usos específicos del valor, pero el razonamiento de Cliff eleva este hecho elemental como un principio que efectivamente destruye el análisis marxista del capitalismo. Además, el aplica esta lógica no sólo a la URSS sino al capitalismo en general:

La competencia entre los poderes capitalistas ha alcanzado el estado donde la división internacional del trabajo es distorsionada y la competencia por medio de la compra y la venta es reemplazada directamente por la competencia militar. Los valores de uso se han vuelto el objetivo de la producción capitalista.

Parecería que para Cliff la competencia es tan poderosa que ha alterado la tendencia a la expansión del valor como motivo de la producción capitalista. No sólo la URSS es un tercer sistema social, diferente en esencia del capitalismo; el también dice de hecho que el capitalismo moderno como un todo tampoco es realmente capitalista. Esto nos lleva a ver que los teóricos que niegan que la sociedad stalinista sea capitalista no tienen ninguna objeción en poner de patas para arriba a Marx removiendo la relación capital/trabajo de su posición central. Aquellos que sostienen el capitalismo de estado también lo hacen, bajo la asuncion común del marxismo de clase media de que la ley del valor deriva del intercambio, en lugar de la producción.

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